Carlos Muñoz tiene que irse de Colo Colo. Ya. Ahora mismo. Si la oferta de los Emiratos Árabes es concreta, no hay mucho más que pensar. Váyase, sin cargo de conciencia ni complejo de culpabilidad alguno. Despídase agradecido de la oportunidad que tuvo de mostrarse en un equipo grande, dígale a la hinchada que después espera volver y retirarse en el club, agarre a su familia y emprenda el largo viaje sin retorno programado.
Que los dirigentes no le incrusten miedos en la cabeza diciéndole que más adelante puede llegar un mejor ofrecimiento, pues uno nunca sabe si lo dicen por usted o por "los intereses de la institución". No se deje llevar por quienes ariscan la nariz porque el fútbol árabe carece de jerarquía y allí sus opciones de llegar a la selección o progresar en "el medio futbolístico" van a disminuir. Tenga certeza absoluta de que ninguno de sus críticos está en su lugar, y que si estuvieran, estarían arriba del avión.
Si le inquieta su desarrollo profesional, ya tendrá tiempo de reformular con calma su carrera en el extranjero, sin los apremios económicos de la gran mayoría de sus compatriotas. Asegure el futuro, Carlos, que el fútbol es una moneda de dos caras y a usted le está tocando bailar con la bonita.
Isidora Jiménez, el mejor prospecto (si no realidad) del atletismo nacional de los últimos años, no puede ni debe quedarse en Chile. Si quiere convertirse en top mundial, pensar que lo va a lograr entrenando acá y saliendo a competir cuando el esfuerzo familiar o la gestión de la federación lo permitan, es engañarse.
Con las actuales marcas que tiene, ningún auspicio de la empresa privada ni el aporte más generoso del IND van a acercarse a lo que alguna casa de estudios de Estados Unidos le ofrecerá a todo nivel. Ignore las promesas que le van a hacer aquí, Isidora. Con sus registros y proyección deportiva, búsquese mañana un buen college que le garantice una beca integral mientras aprende el idioma, y después postule a la universidad que compatibilice su pasión por el atletismo y alguna carrera con pre y posgrado que satisfaga su vocación.
Ningún deportista de nivel que ha salido de Chile puede negarlo: el entorno nacional de nuestro deporte achata, empobrece, conforma y debilita. Hay factores demasiado poderosos -desde la familia y los amigos hasta la competitividad y los recursos- que hacen que todas nuestras promesas deportivas que son incapaces de separarse del terruño terminen palideciendo en obra y espíritu.
Manuel Pellegrini hizo esta semana una afirmación que refleja su trayectoria y su éxito: "La decisión más importante de mi vida ha sido atreverme". Atreverse a partir, alejarse del hogar, abandonar la comodidad, enfrentar lo desconocido, probarse a sí mismo.
Nadie se lo reprochará, legítimamente. Isidora y Carlos, no se van a arrepentir. ¡Váyanse, ya!