Fijando la mirada en la presentación, el clímax y el desenlace del primer capítulo de "Bim Bam Bum", la nueva serie estrenada anoche por Televisión Nacional, es inevitable no recordar escenas de musicales como "Chicago", cómics como "Dick Tracy" o películas como "La bella de la Alhambra".
Lo cierto es que la novela negra y el melodrama de cabaret son géneros preexistentes a esta producción financiada por más de $500 millones del CNTV y otros $300 millones de la señal estatal. Entonces, no son de extrañar los ecos aparentes de esta onerosa producción. El crimen pasional como vehículo a la fama y las rivalidades entre las bailarinas de la primera y la última fila de un ballet son lugares comunes en este tipo de narración.
Lo que no es común -lo que no debiera serlo- es que esta historia escrita por Luis Ponce y Luz Croxatto, con dirección de Matías Stagnaro, lleva como título un ícono de la cultura popular local: el show revisteril más célebre en la historia de la entretención nacional.
Por lo visto en el capítulo del debut, esa es precisamente la mayor deuda que deja "Bim Bam Bum": el haber logrado una buena reconstitución de los códigos narrativos propios de los géneros de esa época y haber conseguido una recreación de escenografía y vestuario de buen nivel. Pero más allá de esos logros de ambientación -que siempre falla en la iluminación de interior-, no se aprecia una historia que justifique la homonimia con que se bautizó la serie.
Y aunque mañosa, la observación no es irrelevante. Porque si bien hay un guiño a las nuevas audiencias con la efectiva puesta en pantalla, el elenco joven, la rítmica edición y la cuidada producción -a distancia pero en dirección de creaciones de cable, como "Mad men"-; y a pesar de que los conflictos como la autonomización de la mujer o el doble estándar moral de la autoridad, cruzan cualquier generación, es imposible no preguntarse si las generaciones más longevas, aquellos telespectadores que vivieron la era dorada del Teatro Ópera, la revivirán cuando sintonicen Televisión Nacional.
Juanita Ringeling y Celine Reymond entregan una estilizada versión de las mujeres de cabaret. Más refinada en lo interpretativo y en el atractivo del rol se ve a Paloma Moreno, como una joven de doble vida que es víctima de un intento de violación. Catalina Pulido aparece notable como una mujer de alcurnia despechada, y Roxana Naranjo, en el rol de vestuarista de las bailarinas, se anuncia como todo un aporte a la ficción en televisión. Lo mismo para Alejandro Goic, como el oscuro propietario de los secretos de la noche. Bastián Bodenhöfer, en cambio, ensaya desde la comedia su rol de empresario teatral.
Construir identidad es una misión de todo medio de comunicación, y esto se maximiza cuando se trata de una señal de carácter público y alcance nacional. Entonces, aún queda pendiente ver cómo se desarrolla esta historia que, por ahora, es una moderna recreación de cualquier teatro de revistas de mediados del siglo que ya acabó.
15 puntos marcó TVN entre las 23:05 y las 00:11 horas. Canal 13 obtuvo 18,2 puntos en ese horario, CHV 13,1 puntos y Mega 5,6 puntos.