Por fin la obra del germano uruguayo Luis Camnitzer deja de conocerse en Chile de manera fragmentaria. Así, hoy se nos muestra con amplitud en dos museos de la Quinta Normal, el De la Memoria y, sobre todo, el MAC. Aunque septuagenario, vemos que el artista mantiene esa creatividad, esa fantasía conceptual suya admirable. Si en el primero de aquellos establecimientos encontramos al autor en su verba más comprometida con la crítica sociopolítica, en el recinto universitario ostenta una visión más universal, siempre condimentada con una ironía, a veces dentro del tono un poco grave de la sensibilidad rioplatense. Aquí, de partida, materializa su actitud educadora mediante una frase sobre el muro, entre la planta baja y el piso alto del MAC: "El museo es una escuela: el artista aprende a comunicarse; el público aprende a hacer conexiones". No obstante, mucho más llama la atención del visitante un trabajo de 1969, reeditado en 2012, "Living-Room". En él lleva a un extremo desconocido en nuestro país el estricto arte conceptual. En efecto, sencillamente las palabras reemplazan desde el mobiliario hasta lo que dejan ver dos ventanas de una habitación convencional.
Acaso mayor inventiva que las obras anteriores poseen tres "Autorretratos" (1968 a 1972): los aguafuertes constituidos nada más que por su solo nombre. Asimismo conocemos su visión burlona de la noción de valor monetario: "Pintura mural original" (1972-2013), consistente en un par de cuadrados grises en la muralla, con indicaciones de dimensiones y, respectivamente, de costo manual por hacerlos y de precio comercial supuesto. Se muestran ejemplares, también, de su sentido de autenticidad artística: "Copias" (1972), donde a su propia firma se agrega la autentificación firmada de una copia; o "Firma por tajadas" (1971-1972), como cortes de pan de molde, trabajo que hace recordar una obra bastante similar de nuestra Catalina Parra respecto al diario "El Mercurio"; o su rúbrica fragmentada en centímetros, de la misma época.
Si la fotografía le sirve con cierta frecuencia de intermediario, como la casita, el arbolito y las ovejitas encima de su rostro, en el surrealista "El paisaje como actitud", son primero el grabado y luego el objeto sus protagonistas mediáticos permanentes. En el Museo de la Memoria sobrecoge una serie de fotograbados con color y texto manuscrito, "De la tortura uruguaya" (1983). Se trata de simples imágenes reales, directas, pero capaces de sugerir en el espectador, y de hacerlo partícipe del dolor físico y moral. Anotemos nada más que una. De ese modo, para "Ellos trabajaron a través de la noche" le basta captar una vulgar ampolleta quebrada. En cuanto a objetos, recordemos la complejidad conceptual del "Guante de lana" (1979) que, junto con pasar de mano en mano de la plana mayor de los artistas colombianos, va subiendo de precio según la valoración hecha por ellos mismos. Volviendo al MAC, sin duda muy atrayente para la mirada pública emerge "Migración" (2006-2013), bonito árbol caído que se va metamorfoseando desde sus raíces hasta su mero recuerdo dibujado, pasando por su fin último, miles de lápices de grafito. En otras oportunidades, el objeto desnudo -una hoja de papel arrugado- se convierte en risible "Origami" (2004) o un par de cartas de naipe hacen de "Torres gemelas" (2003). Y con objetos ensamblados -cuchillos feroces y adornos navideños- retrata la masculina hazaña de las "Tres carabelas de Colón". Por último, "Retrato del artista" (1991-2012) ofrece un lápiz colgante, el cual raya aleatoriamente el muro a impulsos de un ventilador; acá, la evocación de la alemana Rebeca Horn resulta inevitable. Desprendida desde una instalación en el piso, una interminable tira amarilla con una frase ingeniosa y en diversos idiomas une, física e ideológicamente, ambos museos.
En VitacuraGalería Patricia Ready nos propone dos autores, uno de ellos de vasta trayectoria. Se trata de Patricio de la O. Busca él resolver el difícil compromiso entre abstracción y figura reconocible. Si antes aplicaba progresivamente la geometría a sus personales paisajes, ahora va mucho más lejos, sometiendo a ella la totalidad del cuadro. Sin embargo, más allá de la composición impecable y del cromatismo correcto, falta mayor vitalidad plástica a estas seis vistas de Playa Ancha. Pareciera, acaso, intentar un retorno a los postulados del Grupo Rectángulo. Gerardo Pulido, por su parte, participa con un caleidoscopio de figuras, cuyo acercamiento decorativista, afirmado por planos geométricos, podría asociarse a un muestrario textil o de mármoles. Ello no impide que su mayoritario conjunto de 40 dibujos-pinturas en menor formato mantenga un particular encanto visual.
CONTRA EL OLVIDO/OBRAS DE LA COLECCIÓN DAROS LATINOAMERICANA
Magnífica demostración del talento conceptual de Luis Camnitzer
Lugar: Museos de la Memoria y MAC de Quinta Normal
Fecha: Hasta el 25 de agosto
IMAGINARIO DE PLAYA ANCHA
Paisajes urbanos de Patricio de la O, invadidos por la geometría
NUDOS Y VENAS
Sobre todo, 40 bonitos dibujos-pinturas de Gerardo Pulido
Lugar: Galería Patricia Ready
Fecha: Hasta el 28 de junio