Rara vez suelen utilizar el pelo humano las artes visuales. Inaugurados por el cubismo y ampliamente desarrollados por el pop art , sin embargo hoy los nuevos materiales poco asombran. Y mucho menos si están bien empleados. Es el caso de
María José Mir, la actual expositora de Galería Artespacio. En general, ella privilegia la visión abstracta. Sobre la base de su experiencia en el ámbito textil, ahora hace del cabello su protagonista mediático. Ante todo, lo explota en su condición de trazo. A través de él, presenta cuatro clases de trabajos, aunque la metamorfosis completa la alcanza solo en tres. Uno de ellos entrega dibujos en blanco y negro, sobre delicadísimo soporte textil blanco. Por momentos, su gráfica podría asociarse a una imaginería vegetal, arbórea o de pastizal, y una vez hasta a un grupo de malezas desordenadas. No obstante, aquí los productos más interesantes parecieran relacionarse con las sencillas líneas ondulantes que, horizontales, no llegan a aglomerarse, desafiando su relación con el soporte. Es que la autora sabe equilibrar, sabe dominar sus espacios. En cambio, cuando emplea pelo picado, adquiere este condición de oscuro pigmento en concentraciones diversas y con efecto de claroscuro. Respecto del grupo de monocopias sin color, las aglomeraciones pilosas no llegan a la transfiguración plena y se limitan a su cruda presencia.
De los otros dos conjuntos expuestos, llama la atención la hermosura de un par de tapices -"Destierro"-, que despliegan la tercera dimensión. Se trata de módulos de celulosa teñida, los cuales tanto parecen medallones vegetales como escamas de un pelaje zoológico. De ellos emergen largos filamentos pilosos que acentúan la densidad formal de cada obra. Asimismo resalta acá su acertado sentido del color: rica gama neutra de grises y ocres, en dos vertientes diferentes. La segunda agrupación de trabajos opta por atractivas aproximaciones al arte óptico. Así, unifica su material protagónico con costuras sobre soporte de muy fina tela oscura. Define sucesiones geométricas de círculos, donde la línea de la cabellera marca, discreta, acompasadas curvas o trazos más desordenados. Por instantes provocan una dinámica sensación luminosa.
Muy próxima a la galería anterior, La Sala ofrece cerámicas de la poco conocida
Constanza Sierralta . Se trata de una diversidad, en diseño y tamaño, de vasijas con restos de color, siempre golpeadas, erosionadas, dañadas por el paso del tiempo, por el uso y el descuido. A veces, los sufridos cacharros portan lañas -debieran ser de metal-. Sin duda, las piezas más atractivas corresponden a la de condición más sencilla, sobresaliendo aquella -N° 19- con huellas de blanco, supuesta consecuencia de las humedades experimentadas.
Papeles pegados en Las Condes
La técnica del collage ha contado y cuenta con cultores nacionales destacados. Bien lo demuestra la actual exposición de la Corporación Cultural de Las Condes. Abarca esta un período de 50 años. Su ejemplar más antiguo -1962- corresponde a una abstracción en colores oscuros, de
Uwe Grumann . Dado el número muy considerable de participantes, no es posible detenerse en cada uno de ellos. Limitémonos, entonces, a recordar las obras que aquí nos parecen más representativas de la individualidad de sus autores. Comencemos con productos de los años 60 y 90, respectivamente de
Hugo Marín y de
Benjamín Lira . El primero nos muestra una metamorfosis visceral y de acento monstruoso de la figura, logrando una plasticidad vigorosa. El segundo, entretanto, deja ver una vez su maestría en la materia: su par de abstractas maderas pegadas exhalan prístina belleza. Inventiva conceptual ostenta el limpio trabajo de
Ernesto Muñoz , alrededor de nuestra primera cubista, Sara Malvar. Tenemos, también, las imaginerías y expresividades tan propias de
Francisco Smythe ,
Samy Benmayor -otorga sutil corporeidad a parte de su material- y
Guillermo Núñez . A
Francisca Núñez puede asociársela relativamente al collage , nada más que en su volumétrica Tele con negativos fotográficos. El mismo reparo cabe hacerle a la inclusión de
Gonzalo Sánchez : algo de gabinete de alquimista posee su colorida instalación de sobremesa. Por el contrario, sí sorprende la visión cinematográfica de los impecables papeles pegados sin color del dramaturgo
Alejandro Sieveking . Sobresalen, asimismo, artistas tan diversos como
Victoria Martínez ,
Tatiana Álamos ,
Claudio Bertoni ,
Kurt Herdan ,
Mario Soro ,
Guillermo Deisler y
Gonzalo Millán .
Vestigios
María José Mir, el pelo como dibujo y tapiz
Lugar: Galería Artespacio
Fecha: hasta el 10 de junio
Re-Interpretación
Constanza Sierralta y sus aporreadas vasijas de cerámica
Lugar: Galería La Sala
Fecha: hasta el 1 de junio
Solocollage
Atractivo y muy variado conjunto con 50 años de collage nacional
Lugar: Corporación Cultural de Las Condes
Fecha: hasta el 2 de junio