En este año electoral, lamentablemente los protagonistas del debate político y la ciudadanía prescinden de la realidad internacional. Esto es delicado para un país que vive de exportar. Olvidamos que somos un país integrado al mercado mundial y que compite en busca de inversión, empleos y prosperidad. Y el debate político, como desestima el panorama internacional, tiene lugar, cándidamente, en lo que parece ser el mejor de los mundos posibles, como si viviésemos una fase de crecimiento, estabilidad y prosperidad mundial. Nada externo merece nuestra reflexión: ni el feroz desempleo en España o Grecia, ni el derrumbe del Estado Benefactor europeo, ni la recesión en la Unión Europea, ni la crisis fiscal de EE.UU. En un mundo globalizado, tendemos a pensar como provincia, como si fuera posible abstraerse sin costo alguno del planeta y su realidad.
Pese a que Chile nunca ha sido más próspero ni ha dependido tanto del comercio exterior, seguimos pensando como el Chile provinciano de los años 60. Es delicado que en un país con estas características, su elite política debata sobre su futuro de espaldas a la situación internacional, la bancarrota de modelos, los retos para nuestras plazas de trabajo, las reformas que implementan vecinos como Perú, Colombia o México. Sorprende, al mismo tiempo, la vitalidad callejera de movimientos que se identifican con modelos estatistas despachados por su población en los 90 por ineficientes y dictatoriales. Llama la atención lo poco que sabemos de la admiración que despierta el país en la región y, como vivimos de espaldas al mundo, poco nos ocupan también los enormes desafíos que aguardan afuera.
En este contexto deseo resaltar la relevancia de la Alianza del Pacífico, el exitoso esquema de integración pragmático, impulsado por México, Colombia, Perú y Chile. Su objetivo es avanzar hacia el libre movimiento de bienes, servicios, capitales y personas, aprovechando los tratados de libre comercio que existen entre sus miembros, y conformar una plataforma para llegar a los mercados del Asia y mejorar las condiciones de vida de la población. Fundada en abril de 2011, muestra ya aciertos impresionantes: el 90% de los productos que se comercian entre los cuatro países tendrá este año arancel cero, y el resto, plazos de desgravación. Existen becas estudiantiles regionales, una red de investigación para el tema del cambio climático, un acuerdo de cooperación en turismo, y se eliminó la necesidad de visas entre sus ciudadanos. Impulsamos la promoción conjunta a nivel internacional e iniciamos la creación de embajadas y oficinas comerciales conjuntas. América Latina, cuya historia es rica en integración retórica, tiene aquí una de carne y hueso y que avanza bien y tiene varios observadores.
Con 212 millones de habitantes, 35,8% de la población de América Latina y el Caribe, y un ingreso per cápita promedio de 14 mil dólares (el de Chile se acerca a 20 mil, el primero de la región), conformaríamos la novena economía del mundo y la de mayor crecimiento. Las oportunidades que brinda esta integración profunda son enormes para personas, profesionales, estudiantes, emprendedores e instituciones públicas y privadas. Nos garantiza también una voz en el mundo de la globalización, donde los bloques pesan cada vez más, y nos ofrece un espacio de cooperación, acercamiento, de paz y mayor comprensión entre estos países. Los cuatro centran su filosofía básica en el respeto al Estado de Derecho, la democracia, la integración a la economía mundial y el libre comercio. Existen enormes retos inmediatos para esta Alianza que ha echado a andar con resultados concretos y que se reúne próximamente en Cali, Colombia. Entre los retos están temas como propiedad intelectual, la educación, fondo de cooperación, movilidad de personas, vinculación entre empresa, investigación y Estado; trato a los observadores interesados en ingresar, y algo no menor y urgente: conocernos de forma real y profunda. Ojalá que logros como estos incentiven a los actores políticos a incorporar la dimensión y los desafíos internacionales de Chile en el debate de este año.