Es joven, inteligente y buenamoza; con un tipo andino delicado, una elegancia innata y una elocuencia que le permite transitar fácilmente por los meandros políticos. Ella dice que no se trata de eso, que lo suyo es lo social. Que solo ayuda a su marido a sacar adelante las iniciativas que mejoren la vida de los peruanos más pobres.
Nadine Heredia es de sonrisa fácil y decisiones firmes. Quienes la conocen y la quieren creen que le ha hecho muy bien a Ollanta Humala en su gestión presidencial, que posee ideas claras y sabe plantearlas. Los que "no le tienen buena" dicen que es mandona, da órdenes a los ministros y maneja los hilos del poder; que es voluntariosa y está empeñada en ser candidata presidencial, para lo cual usa "descaradamente" los recursos del Estado.
Ella parece una excelente candidata, es cierto, pero es preocupante que otro país de la región, como lo hizo Argentina con los Kirchner, se embarque en aventuras de continuismo conyugal que van en contra de las leyes y las costumbres. En Perú, hasta 1993 no se permitía un segundo período de gobierno. En 2000, luego del trauma fujimorista, se volvió a prohibir. Antes se había impedido por ley la elección de familiares cercanos al Presidente. El debate es que la Constitución no lo prohíbe, pero el gobierno ha dicho que no presentará proyecto de ley que habilite a Nadine. La oposición no se lo cree y está en plena cruzada para impedirlo. El más motivado es Alan García, quien vería afectadas sus perspectivas para volver a reelegirse en 2016.
Nadine ha afirmado que no está en campaña, que el tema de su candidatura presidencial no lo ha puesto ella, que "la promoción viene de otros sectores", apuntando a aquellos interesados en perjudicar al Presidente, mucho menos popular que su mujer. Con más del 60% de aprobación, ella claramente se empina como una buena carta para el oficialismo. Pero ¿estará preparada para gobernar? Siempre ha sido una política activa, cofundadora con Ollanta del Partido Nacionalista, tiene una licenciatura en Comunicaciones y un posgrado en Sociología. Sobre su ideología, hay incertidumbre. Muchos decían que era más izquierdista y nacionalista que Humala, pero parece pragmática y ha apoyado la política económica que da tan buenos resultados en Perú.
Con 36 años, Nadine puede esperar su momento, y no presentarse en 2016, sino en las elecciones siguientes. Mientras tanto, aunque ella diga que "no está en su agenda", muchos piensan que podría ser la próxima alcaldesa de Lima. No parece una mala idea, si bien con ello, como me dice un amigo limeño, "se expone a muchos riesgos" y a perder parte de su capital político.
Para mi gusto, las primeras damas no son buenas sucesoras de un Presidente. El caso más claro es Cristina. Y aunque Hillary Clinton podría ser un contraejemplo, no estoy convencida de que sea una opción acertada para Estados Unidos.