Hoy día el Partido Socialista, el Movimiento Amplio Social y el Partido Por la Democracia proclamamos como candidata a las primarias de la oposición del 30 de junio a la Presidenta Bachelet. Esperamos que en los próximos días otras fuerzas políticas tomen el mismo camino. La satisfacción es inmensa, la esperanza en el triunfo también nos compromete a respaldar al principal liderazgo del país, con una plataforma que, en solo dos semanas de campaña, interpreta a nuestras filas y a la mayoría de chilenos y chilenas.En solo dos semanas de campaña, la Presidenta ha cambiado el cuadro político del país con sus definiciones y propuestas. En primer lugar, su candidatura nos ha diagnosticado el principal problema de Chile: la desigualdad y el abuso de los poderosos. Asimismo, nos ha colocado en el horizonte, un país más justo y más inclusivo, donde todos se sientan parte de un proyecto común. Para llegar a esa aspiración nos propone cambios profundos en los más importantes ámbitos de la sociedad chilena, como asimismo que para respaldar esos cambios es imprescindible construir una nueva mayoría política y social.
El principal liderazgo del país, de esta manera, terminó con un debate respecto a las fuerzas político-sociales que harán posible este cambio. El próximo gobierno, si la mayoría lo decide, no será el quinto gobierno de la Concertación, será el primero de una nueva mayoría. Los contenidos esenciales -hasta hoy propuestos por Bachelet- responden a requerimientos fundamentales de la sociedad chilena. Es necesaria una nueva Constitución que, a lo menos, implique cambiar el sistema electoral binominal por uno proporcional; rebajar los quórums supramayoritarios que sobrerrepresentan a la minoría, y terminar con el concepto de Estado subsidiario y reemplazarlo por el de un Estado solidario.
En materia educacional, los principios básicos enunciados por Bachelet nos convocan: la educación es un derecho y no un negocio; no puede haber negocio y lucro con recursos de todos los chilenos; la educación pública debe ser la prioridad; la gratuidad en todo los niveles debe ser la aspiración, y la calidad, la marca de todo el sistema educacional. La Presidenta nos dice que para realizar esa gran reforma en la educación es imprescindible que sea acompañada con una gran reforma tributaria, cuyo objeto es allegar nuevos recursos para nuevas responsabilidades, considerando que la responsabilidad fiscal es esencial, ya que nuevos gastos permanentes requieren de nuevos ingresos permanentes. La oposición en su conjunto ha colocado a disposición de la Presidenta, y al equipo encargado por ella para esta tarea, el acuerdo que logró a mediados del año pasado, y que implica llevar a cabo una gran reforma tributaria que significa la incorporación de varios miles de millones de dólares al erario nacional, con el objeto de garantizar la igualdad y calidad en todo el sistema educacional chileno.
En materia cultural, compartimos algunas definiciones que la Presidenta ha planteado, como por ejemplo: restituir en Chile el aborto terapéutico y avanzar sostenidamente hacia la igualdad en materia de género y de minorías sexuales. Todo esto en solo dos semanas. La reacción ha sido la esperada, el Gobierno y la derecha responden a cada una de estas iniciativas en forma negativa, permitiendo a los ciudadanos, de esta manera, establecer la diferencia entre el proyecto de la derecha y el proyecto de la mayoría. Esperamos en las próximas semanas que nuestra candidata aborde otros temas relevantes, como por ejemplo la necesidad de equilibrio entre el factor capital y el factor trabajo en las relaciones laborales, el enfrentar la crisis del sistema previsional, así como otros múltiples desafíos de la sociedad chilena para construir un país más justo e inclusivo.