Enero y febrero suele ser una buena temporada para ir al cine. Si durante el resto del año las películas de adultos se sumergen en la invasión de cintas adolescentes, en estos días la cartelera, que busca aprovechar el aventón de los Oscar, nos vuelve a recordar que el cine es un lugar por donde aún atraviesan discusiones morales, sociales y afectivas.
Esta semana se estrenaron tres películas que merecen comentarse. La más pequeña de todas es, seguramente, "Seis sesiones de sexo", una cinta que, sin embargo, termina siendo mucho mejor de lo que uno se imagina. Dirigida por Ben Lewin, cuenta el esfuerzo que realiza Mark (John Hawkes, un escritor deformado por una polio infantil) para perder su virginidad. La cinta, si bien está filmada con poco vuelo y es más bienintencionada de lo verosímil, es delicada con sus personajes y sensible en sus preocupaciones, y nos hace preguntarnos sobre lo que entendemos por atractivo en una persona, una materia en la que es fácil confundirse.
La pelea de los perros grandes, no obstante, está entre "La noche más oscura" y "The Master", donde los gustos sofisticados ya han condenado a la primera por patriotera, mientras que han puesto por los cielos a la segunda, por el esplendor de su puesta en escena.
Dirigida por Kathryn Bigelow ("Vivir al límite"), "La noche más oscura" sigue a Maya (Jessica Chastain), agente de la CIA que se instala en Pakistán y persiste durante 10 años, contra viento y marea, en dar con el paradero de Osama Bin Laden. La cinta pone en escena la conexión que hay entre el interrogatorio de prisioneros, la tortura y la obtención de información, sin cuestionar el fondo de este sistema. De manera parecida, tampoco se interroga sobre la pertinencia de realizar, en tiempo de paz, una operación militar en un país extranjero ni sobre la posibilidad de capturar a Bin Laden y someterlo a juicio, en lugar de simplemente matarlo. Es cierto, omite varias preguntas peliagudas; sin embargo, una película no tiene por qué ser un ensayo: acusar "La noche más oscura" de militarista y patriotera, de facha a fin de cuentas, es perder el punto. La cinta no oculta, sino que muestra la dureza fría de la tortura. Describe también la progresiva enajenación de los agentes que participan en ella, incluso en la misma Maya. No hay romantización de su trabajo en toda la historia. Los soldados que finalmente hacen la pega sucia, la hacen con absoluta superioridad numérica y ofensiva. Con el paso del tiempo, la cinta bien puede convertirse en un crudo testimonio de cómo Estados Unidos solucionaba sus problemas a comienzos del siglo XXI. El tiempo dirá si se actuó con justicia, pero de lo que no hay duda es que aquí no hay gloria alguna. Sí una película tensa, nerviosa, que no esquiva imágenes y pone la cara.
En "The Master", Freddie Quell (Joaquin Phoenix) sale de la Segunda Guerra Mundial adicto a preparaciones alcohólicas innombrables, con poderosas fijaciones sexuales y totalmente desafectado del mundo. Los rostros de sus compañeros en el hospital psiquiátrico contrastan con las caras sonrientes que Freddie fotografía más tarde en un elegante centro comercial: es el abismo entre mancharse las manos de sangre y gozar del confort que esos actos atroces permitieron. "The master" es una cinta sobre la post guerra en Estados Unidos, una sociedad optimista, trabajadora, apacible, que comenzará a resquebrajarse desde dentro. Una de esas filtraciones está representada por Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), un gurú que acoge a Freddie y que, pese a que se alimenta de las donaciones de gente rica, menosprecia la lógica racional que ha construido esta riqueza. Su retórica es científica, pero sus métodos están a años luz de serlo. Dirigida por Paul Thomas Anderson ("Magnolia", "Petróleo sangriento"), hoy uno de los cineastas más respetados de Estados Unidos, la cinta posee una puesta en escena espléndida, arrolladora, con algunos planos largos y envolventes. Sin embargo, uno tiene la constante sensación de que el director desprecia lo que está filmando. Quizás siente -o sentimos- cierta compasión por Freddie, no demasiada, pero del resto de los personajes ruines o miserables. La película se convierte así en una fiesta gloriosamente montada para invitar a gente infame. Se puede disfrutar desde un plano exclusivamente estético, quizás se exprimen algunas ideas "interesantes", pero al final uno se pregunta para qué tanto esfuerzo, a dónde vamos con todo esto.
La noche más oscura
Dirigida por Kathryn Bigelow
Con Jessica Chastain, Joel Edgerton y Chris Pratt
Estados Unidos, 2012
157 min
The MasterDirigida por Paul Thomas Anderson
Con Philip Seymour Hoffman, Joaquin Phoenix, Amy Adams
Estados Unidos, 2012
144 min