A 32 años desde su inicio y con las reformas posteriores que lo han perfeccionado, el sistema de pensiones chileno muestra logros y enfrenta desafíos. Acá me referiré a una gran fortaleza del sistema chileno: el activo rol que juegan las AFP en cuidar las inversiones de los trabajadores. Esto es congruente con la principal responsabilidad de las AFP: obtener una alta rentabilidad de los fondos, sujeto a niveles aceptables de riesgo.
Hay evidencia estadística sobre el aporte del sistema de AFP al desarrollo del mercado de capitales y al crecimiento de Chile. V. Corbo y K. Schmidt-Hebbel (2003) muestran cómo las inversiones de las AFP han ayudado a profundizar el mercado de capitales y a elevar la productividad y el PIB de Chile. F. Lefort y E. Walker (2002) muestran que sistemas de AFP contribuyen a un menor costo del capital, una menor volatilidad de los retornos de las inversiones, y mayores transacciones en Chile y Perú.
F. Lefort (2007) identifica tres canales a través de los cuales el sistema de pensiones chileno y las AFP afectan positivamente el gobierno corporativo de las empresas chilenas. Primero, las reformas al marco legal y de supervisión de las empresas han mejorado los mecanismos regulatorios de gobierno corporativo. Segundo, el crecimiento de los fondos y de sus transacciones ha elevado la liquidez del mercado de capitales, la profesionalización de los intermediarios financieros y la adopción de tecnologías más eficientes de transacción. Tercero, la acción directa de monitoreo e intervención de las AFP ha contribuido a mejorar los mecanismos internos de gobierno societario de las empresas.
Respecto de este último canal, la historia del involucramiento de las AFP es extensa: desde el caso Chispas en 1997 hasta el reciente aumento de capital de Enersis votado en diciembre de 2012.
El emblemático caso de Enersis merece una breve revisión. A propuesta de su controlador, Endesa España (EE), el directorio de Enersis (con la notable excepción de R. Fernández, el director elegido por las AFP) anuncia en julio de 2012 una operación muy desfavorable para los accionistas minoritarios, consistente en el traspaso de activos latinoamericanos de EE a Enersis a precios desmedidos y el aporte en dinero por los minoritarios para realizar futuras inversiones no especificadas. Apenas se anuncia esta propuesta, se gatilla la oposición masiva de las AFP a esta operación, liderada por el presidente de AFP Habitat, José Antonio Guzmán. El precio de Enersis se derrumba en 16% en los dos días siguientes al anuncio. Más adelante, la SVS declara el aporte de activos como "operación entre partes relacionadas" -tal como habían afirmado las AFP-, lo que implica cumplir con etapas y formalidades para proteger el interés de los accionistas minoritarios. Entre éstas se obligó a encargar a terceros dos valorizaciones a precios de mercado y a los directores a pronunciarse sobre la conveniencia de la operación.
Las nuevas valorizaciones de los activos que aportaría EE resultaron ser sustancialmente inferiores a la valoración inicial. A base de éstas, las AFP logran en diciembre de 2012 acordar con Enersis un aporte de capital más favorable para los minoritarios, que involucra un ahorro de US$ 1.228 millones en la adquisición de los activos aportados por EE (que es un ahorro de US$ 163 millones de ahorro para los afiliados de las AFP, equivalente al 0,1% del valor total de los fondos de pensiones) y un menor aporte en dinero por los minoritarios, entre otros compromisos del directorio de Enersis por mejorar los términos del aumento de capital, las condiciones de operación de los nuevos activos latinoamericanos y las nuevas inversiones que realizaría Enersis en la región.
La sistemática defensa de los intereses de los afiliados a las AFP constituye un enorme aporte al sistema de pensiones y al desarrollo de un mercado de capitales eficiente, transparente y honesto en Chile. Así, las AFP ayudan directamente a los directorios de las empresas en que invierten a realizar mejor su trabajo y a fortalecer sus responsabilidades, como lo establece la Ley 18.046 de Sociedades Anónimas.
En suma, el resguardo de los intereses de sus afiliados que hacen y deben hacer las AFP es esencial a su responsabilidad fiduciaria, aunque ello implique dar peleas históricas con los controladores y ejecutivos de algunas de las sociedades en que ellas invierten. Mantener y reforzar esta actitud vigilante es un gran reto que enfrentan las AFP en el futuro.