2012 fue un año sorprendente para el mundo. Aunque la Zona Euro está en recesión, los tan anunciados defaults bancarios y soberanos de Grecia y de España no se han materializado, ni el euro se ha acabado. EE.UU. ha continuado su lenta recuperación, mientras que Japón cayó nuevamente en recesión y deflación. El crecimiento de los BRICS decepcionó, aunque China está volviendo a crecer sobre el 8%. No obstante el magro crecimiento mundial, la renta variable rindió mucho. Desde septiembre, los mercados mundiales de capitales se han ido calmando, como lo reflejan los indicadores de riesgo financiero.
¿Cómo viene el 2013 para la economía mundial?
En el escenario base, el PIB mundial crecerá sólo un 3% en 2013, arrastrado por Europa. La bipolaridad del crecimiento mundial, que comenzó en torno al año 2000 y se manifiesta en una acelerada convergencia de pobres a ricos, seguirá su curso. El crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo (5,2%) podrá ser siete veces el de las economías avanzadas (0,7%) en 2013.
Este escenario base se cumplirá sólo si no se materializan los serios riesgos que enfrenta el mundo. Estos riesgos son mayores que en tiempos normales y están sesgados hacia escenarios muy negativos. Un riesgo severo, de largo alcance, es Europa; el otro, moderado pero inmediato, es EE.UU.
Europa meridional seguirá en recesión, con debilidades estructurales que no permitirán ver la luz en este largo túnel: sobreendeudamiento público y privado, bancos frágiles, un tipo de cambio sobrevaluado por la membresía en la Zona Euro y gobiernos débiles frente a protestas crecientes de poblaciones empobrecidas.
¿Cuáles son los retos principales que enfrenta la Zona Euro?
Primero, lo más fácil: parar el desangramiento inexorable de economías inviables dentro de la Zona Euro, como es Grecia. Dejar ir a Grecia (y quizás a otros), con todas sus consecuencias financieras (ya bastante internalizadas), es mejor para Grecia y concentra la atención de otros miembros débiles de la Zona Euro. Estos podrán elegir entre emular a Grecia o redoblar sus reformas fiscales, financieras y estructurales, requeridas para permanecer en la zona euro. Segundo, lo más difícil: reforzar las uniones fiscal, bancaria y económica entre los países miembros, con apoyo de liquidez por el Banco Central Europeo y de préstamos estructurales por la troika a los miembros más débiles, a cambio de condiciones de ajuste duras e innegociables a posteriori.
EE.UU. está hoy a 20 días del vencimiento del plazo para acordar un ajuste fiscal importante, a fin de evitar su caída por el "precipicio fiscal" de los ajustes automáticos de gastos e ingresos fiscales, equivalentes a 4% del PIB americano, que por ley deben implementarse, y que llevarían a EE.UU. a una recesión en el 2013. Pero es probable que este escenario se evite con un acuerdo de último minuto entre demócratas (que quieren subir impuestos) y republicanos (que quieren cortar el gasto fiscal), cediendo ambos algo.
¿Y cómo viene el 2013 para Chile?
Dado el escenario base mundial, Chile podría tener otro año de buen crecimiento de PIB, empleo y salarios. El país podrá crecer en torno al 5%, cifra igual a su crecimiento tendencial. La OCDE proyecta que Chile será el país de mayor crecimiento de entre sus 34 países miembros en 2013-14, lo que refleja sus fortalezas estructurales y el excelente manejo por sus autoridades económicas. Con ello, el PIB per cápita de Chile podrá acercarse a US$ 21 mil en 2014. La inflación se proyecta anclada a la meta del Banco Central de 3% en 2013-14, después de un excepcional 1,8% en 2012.
Pero Chile también enfrenta dos riesgos macroeconómicos, que implicarían desviaciones significativas del escenario central. Uno está asociado a la economía global: Chile no está blindado frente a turbulencias financieras europeas o una recesión mundial. Pero el marco de las políticas macroeconómicas y financieras de Chile sitúan al país en una buena posición para enfrentar un escenario mundial adverso.
El segundo riesgo es de signo opuesto y de más difícil manejo, porque es interno y, por tanto, prevenible. En 2012 ha continuado la elevada expansión del crédito bancario y del gasto interno, se ha ampliado significativamente el déficit en cuenta corriente y los precios de los activos inmobiliarios siguen subiendo mucho. Este calentamiento de la economía chilena en 2012 conlleva el riesgo de transformarse en sobrecalentamiento, sobregasto y sobreendeudamiento en 2013-14. Sabemos que toda bonanza (y la alegría que la acompaña) es insostenible, revirtiendo rápidamente en crisis (y lágrimas), típicamente gatilladas por un shock adverso externo. Pues bien, los años 2013-2014 serán un buen test de la capacidad anticipatoria de nuestras autoridades, que deberán aplicar las políticas adecuadas en dosis y momentos adecuados, previniendo mayores desequilibrios en endeudamiento, gasto doméstico e inflación de precios de bienes y activos.