Mañana, los ciudadanos participarán -a través de su voto- en la sexta elección municipal que elige a las autoridades locales. Efectivamente, desde el retorno a la democracia y previa reforma constitucional, hemos concurrido a las urnas el año 1992, 1996, 2000, 2004, 2008 y mañana. De estas elecciones, las primeras tres se efectuaron bajo un sistema electoral en que elegíamos concejales, y entre ellos, el alcalde o alcaldesa de la comuna. A partir del 2004 se instaló en Chile el sistema de elección separada, es decir cada ciudadano posee dos votos, uno para su opción de alcalde o alcaldesa, y otro para su opción de concejal y concejala. Esta reforma -largamente anhelada por la Asociación Chilena de Municipalidades y por la Concertación- pudo salir adelante gracias a que concurrió a lograr la mayoría un porcentaje importante de diputados de Renovación Nacional, y en el caso del Senado, el voto fundamental de los senadores Carlos Cantero, Mario Ríos y Antonio Horvath, que junto a la Concertación permitió obtener el quórum necesario para tan importante reforma.
A partir del 2004, en consecuencia, hemos elegido alcaldes y concejales en forma separada, lo que ha permitido, en el balance general, establecer quien ganó o perdió la elección. Es así como la lectura del 2004 fue que la Concertación logró un contundente cuatro a cero sobre la derecha , dado que en esa oportunidad, la fuerza entonces gobernante logró más alcaldes y alcaldesas, más votos en alcaldes y alcaldesas, más concejales y concejalas; y más votos en concejales y concejalas que la derecha. En el 2008, el resultado fue favorable a la Concertación por tres a uno, dado que la derecha por primera vez desde 1992 logró obtener más votos en la elección de alcaldes y alcaldesas.
Todo indica que el resultado de mañana será más parecido al del 2004, con una diferencia: ahora será la oposición la que ganará cuatro a cero. Es decir, sumando las fuerzas de los cinco pactos electorales que expresan a la actual oposición, ésta obtendrá más alcaldes, más votos de alcaldes, más concejales y más votos de concejales, que la derecha. Esta última, consciente del resultado que se aproxima, ha levantado otros indicadores de triunfo o derrota, como por ejemplo el resultado en las 20 comunas más pobladas de Chile, el resultado de las 15 cabeceras regionales, y también ha levantado como indicador el porcentaje de población administrada por cada pacto político. Sin duda que son variables importantes, se podrían enumerar muchas más, pero hay que recordar que mañana lo que se eligen son concejales y alcaldes, y los votos para lograr dicho objetivo; en consecuencia, esas son las variables principales. Mañana, por otra parte, se aplica por primera vez en Chile la inscripción automática y el voto voluntario. Habrá que evaluar dicha aplicación. La experiencia comparada internacionalmente en los países que utilizan este sistema, es que hay tres tendencias generales: aumenta la abstención, votan más "viejos" que "jóvenes", y votan más "ricos" que "pobres". En Chile hay un dato que es preocupante y que reafirmaría esta tendencia de otras experiencias, y es que, de acuerdo a la penúltima encuesta del Centro de Estudios Públicos, se determinó que sólo el 3% del grupo socioeconómico A B C1 no estaba inscrito; mientras que el 43% del grupo socioeconómico D y E estaba en la misma situación, es decir no inscrito. Si uno proyectara este dato a la voluntariedad del voto, existe el peligro de elitización de éste y una sobrerrepresentación relativa adicional de la derecha por sobre el sistema binominal. Será clave, en consecuencia, analizar el porcentaje de abstención en comunas de clara diferenciación socioeconómica.
Pasado mañana, la oposición tendrá una enorme responsabilidad. Habrá obtenido un triunfo relevante, lo que la obliga para la próxima etapa a construir un proyecto común, un programa común, y elegir un liderazgo común, para que la mayoría del país vuelva a conducir el gobierno y construya un Chile más justo.