Un Hollywood argentino quiere construir Cristina Fernández en Puerto Madero. Se siente algo envidiosa de que el emblema del cine estadounidense haya podido crear "una cultura casi universal", y los argentinos no. El cine trasandino hace tiempo se ganó su lugar, por calidad y también por cantidad. El año pasado se estrenaron 99 películas, muchas de ellas con buena crítica y premios internacionales. Pero de ahí a emular el logro hollywoodense promoviendo la "cultura y valores argentinos" con el proyecto del Polo de Desarrollo Audiovisual, parece mediar un sueño algo megalómano de la señora Presidenta -quien, además, cree ser ¡"la reencarnación de un arquitecto egipcio"! Cristina, en todo caso, nunca deja de sorprender, y por eso, supongo, hizo furor en Twitter. Su presentación por cadena nacional (la número 15 del año) fue el trending topic del día. La puesta en escena fue magistral: ella con una capita de piel negra, en el Museo Bicentenario, el retrato de Perón y Evita vestidos de gala a su espalda; ministros, embajadores, actores y toda su claque kirchnerista, video y PowerPoint. El Polo tendría 120 mil metros cuadrados de estudios de cine y TV, un museo, teatros, auditorios y una sala 3D. Para promover la creatividad, Cristina decretó un aumento significativo de las subvenciones a los realizadores. Eso fue lo que disparó a los tuiteros, que se abalanzaron a imaginar las películas que saldrían de este Hollywood kirchnerista: "Robó, huyó y la pescaron", "La viuda negra", "Cristina en el país de las maravillas". El periodista Jorge Lanata destacó con "Querida, encogí la democracia". Si no fuera porque ya existe otra zona en Buenos Aires donde están instaladas más de 50 empresas de medios, la idea sería genial. Pero el plan de recuperar la isla Demarchi, en un sector deteriorado de Puerto Madero, parece otra provocación a Mauricio Macri. El alcalde-presidenciable tiene más de algo que decir sobre el tema -de hecho, en la misma isla ya existen proyectos en marcha-, y no fue consultado. Además, nada garantiza el éxito si no hay inversión privada, y la apuesta es arriesgada en plena crisis económica. Es obvio que la Presidenta hace desesperados esfuerzos por revertir su alicaída imagen, después de que las encuestas por primera vez mostraron que despierta más rechazo que aprobación. Y ella quiere ser popular, como Evita. Lo de las películas pudo parecer elitista; entonces, entregó subsidios a la vivienda. Algo notable de la señora Kirchner es su capacidad discursiva, que evoluciona de acuerdo con los vaivenes políticos. Esta vez no rememoró a Néstor ni derramó lágrimas, sino que hizo chistecitos y mostró ciertas dotes histriónicas. Quizás lo que estaba realizando era preparar su debut en el cine, por si no le resultan sus preparativos para una nueva reelección.