La última CEP nos deja reflexiones, consideraciones, puntos de vistas y opciones. Vamos viendo. En materia de liderazgos se consolida el de Michelle Bachelet definitivamente, tanto en la Concertación como en la oposición. Claramente no tiene rivales. Lo anterior nos lleva a un problema: siendo personalmente partidario de las primarias de la oposición, me temo que si las variables permanecen constantes no existan candidatos retadores al liderazgo consolidado ante el temor de hacer el ridículo. He ahí un problema. Las primarias son relevantes para el liderazgo de Bachelet. En una de esas se encuentra sin competencia. En el bando de la derecha la situación en esta materia es deplorable. Las opciones de Longueira y Allamand suman 11 puntos y la derecha es mucho más que eso. Estas cifras expresan una falta de liderazgo impresionante en este sector político. Esta situación, de no cambiar, nos podría llevar al escenario de 1993, cuando el liderazgo de Eduardo Frei era tan apabullante, que la derecha quedó reducida a su mínima expresión de 31%, sumando sus dos candidatos -Arturo Alessandri y José Piñera-. Por otra parte, la diferencia sustantiva entre la evaluación como personaje público de Bachelet, su intención de respaldo y su voto duro frente a la Concertación en particular y a la oposición en general, caracterizadas estas últimas por el bajo respaldo ciudadano, constituye simultáneamente un liderazgo sin contrapeso de Bachelet en su coalición, y, por otra parte, una capacidad de ordenamiento y de disciplinamiento que no ha tenido nadie desde Patricio Aylwin en 1989. En tercer lugar, reflexiones para el Gobierno: ¿Cómo se entiende que un gobierno que ha logrado que el país crezca un 6% en el 2010, un 6,1% el 2011 y se prevé un 5% este año; que ha creado centenares de miles de empleos; que ha tirado toda la "carne a la parrilla" en materia de agenda social: posnatal de 6 meses, 7% a los jubilados, bono Bodas de Oro, bono de alimentación, bono de mujer que se incorpora al trabajo, etc., etc., etc... tenga una evaluación positiva del manejo económico de sólo un 27% , y colocados los encuestados ante una definición más taxativa, el 21% sostiene que la economía está bien y el 31% que ésta está mal? No hay otra forma de entender esta contradicción sino como "que el chancho está mal pelado". El patrón de crecimiento es exitoso, el patrón de distribución es escandaloso. Por otra parte, es cierto que el Gobierno se recupera en esta encuesta, del 22 al 27% en este año. Pero es una recuperación desde los "subterráneos". Es cierto, sube, pero queda en una pésima situación. Cabe recordar -en la línea de encuestas del CEP- que un 27% del respaldo al Gobierno y al Presidente sigue siendo la cifra más baja de los últimos 22 años. Desde otro punto de vista, nos preocupa la consolidación de la pérdida de confianza y credibilidad en instituciones fundamentales para el país. Salvo Carabineros y la radio, el conjunto de las instituciones sigue perdiendo el vínculo esencial con la sociedad: su confianza y credibilidad. Este desafío constituye -en mi opinión- el principal problema político de la sociedad chilena. No es viable en el largo plazo un país en que su gente -sencillamente- cree cada día menos en sus instituciones fundamentales. Finalmente, si la elección fuera mañana, la Presidenta de Chile en primera vuelta sería Michelle Bachelet. Pero, la elección no es mañana, nos quedan 15 meses, y para consolidar ese liderazgo la tarea de la oposición es sólo una: ofrecerle a Michelle Bachelet unidad política, social, electoral y programática, siendo este último aspecto el elemento clave que permite forjar la unidad sobre propósitos compartidos y respaldar sólidamente el liderazgo y confianza que la ciudadanía sigue depositando en la figura más relevante de la política chilena.