La
carta enviada por la ex Presidenta Michelle Bachelet, a propósito de la Junta Nacional del Partido Demócrata Cristiano en la cual saluda el evento, posee un contenido de alta significación política para el futuro de la Concertación en particular, y de la oposición en general. Nadie sabe si los contenidos de esta nota implican una decisión personal sobre su futuro político, pero no obstante tiene la importancia de señalar un camino para derrotar a la derecha el próximo año y construir una alternativa sólida y mayoritaria.
En primer lugar, la ex Presidenta coincide con otros liderazgos de la Concertación en que ha concluido un ciclo político, económico y social de 20 años de extensión, entre 1990 y el 2010, y en consecuencia para los próximos 20 años hay nuevos desafíos que enfrentar. En segundo lugar, la ex Mandataria define un camino, una orientación, un sueño, una esperanza: Chile tiene que ser en el próximo período un país más justo, igualitario, con menos privilegios, abusos y desigualdad. Ese es el "nuevo relato" de la oposición.
Asimismo, nos señala que para materializar ese sueño es imprescindible realizar reformas de gran envergadura en el ámbito político, económico y social. En este contexto, y en lo político, parece relevante su llamado a cambiar el sistema electoral binominal; el voto a los chilenos en el exterior; una ley de cuotas; mejorar sustantivamente la legislación sobre el funcionamiento de los partidos políticos y democratizar las instancias regionales.
En el ámbito económico y social, su reivindicación de la educación pública; su llamado a una gran reforma educacional; al mejoramiento de la salud pública y su preocupación por el empleo femenino y juvenil marcan un acento en esta temática.
Por otra parte, las medidas anunciadas por su volumen, impacto y extensión requieren un gran financiamiento y eso la lleva correctamente a plantearnos llevar adelante una reforma tributaria significativa.
En líneas gruesas, estamos en presencia en esta carta de una orientación política estratégica de largo alcance y de contenidos programáticos prioritarios.
Por otra parte, la carta llega en un muy buen momento en función el debate sobre políticas de alianzas y de contenidos que cruza la Concertación. Los planteamientos de la ex Presidenta Bachelet para constituirse en una alternativa política con mayoría electoral, social y cultural requieren de la unidad de la Concertación, de la oposición y del movimiento social. La propuesta de la ex Mandataria no es posible llevarla a cabo sin la Democracia Cristiana, sin el Partido Comunista y sin el movimiento social. Creemos que es fundamental que toda la Concertación y la oposición cierren filas en torno a esta orientación y se construyan los acuerdos políticos, programáticos y electorales coherentes con esta nueva esperanza que tenemos que ofrecerle a Chile.
En esta materia, la oposición ha avanzado. En la actualidad esta fuerza política tiene un planteamiento común con respecto a una reforma tributaria avanzada, se ha propuesto una reforma fiscal que alcanza a los US$ 7 mil millones de recaudación. Asimismo, se tiene un planteamiento común sobre los elementos de contenido de una gran reforma educacional como, por ejemplo, cobertura total a la educación preescolar; aumento sustancial a la subvención en la educación básica y media; y gratuidad en la educación superior para los alumnos provenientes de la enseñanza municipal y particular subvencionada.
En tanto, se ha logrado un acuerdo programático municipal relevante a partir del trabajo de todos los centros de estudios vinculados a la oposición. Asimismo, en materia electoral se debate en el Congreso una propuesta específica de cambio al sistema binominal así como existe un proyecto alternativo a este modelo electoral que cuenta con gran respaldo en la oposición y que fue generado, entre otros, por el ex ministro Pérez Yoma. Como se aprecia, el mensaje de la ex Presidenta ha coincidido con los avances que ha logrado la oposición en estas materias.
Por todo lo anterior, la carta ha llegado en momentos de definiciones y de trabajo ya iniciado, lo que nos llama con urgencia a la construcción política, programática y electoral, que nos permita contar nuevamente con el respaldo de la inmensa mayoría de los chilenos y chilenas.