... es bueno para Estados Unidos, dijo Charles Wilson, Presidente de esa empresa el año 1955. A comienzos de esta semana, el ícono de la industria americana pidió su quiebra. Los paradigmas cambian y la caída del gigante automotriz es para muchos la prueba definitiva de que la economía mundial entrará en una fase de recuperación, dejando atrás el lastre de instituciones de gran simbolismo y tradición que ya no tienen nada que hacer en una industria que se ha transformado. Paradojalmente entonces, la quiebra de la General Motors es una buena noticia para los Estados Unidos.
Pero a nivel de la política local, ese mensaje no parece haber sido comprendido por todos. Con esa mezcla de severidad y candidez que se la da tan bien, Eduardo Frei ha dicho que en la próxima elección está en juego la subsistencia de la Concertación; él cree que lo que es bueno para la Concertación es bueno para Chile, lo que demuestra que no ha sido capaz de leer los signos de los tiempos: de eso se trata, justamente, don Eduardo, del fin de este ciclo de veinte años en que ustedes han gobernado el país.
Y es que el desconcierto en el oficialismo ante la baja de la adhesión a su candidato y el alza de Marco Enríquez-Ominami parece afectar su capacidad de interpretar lo que está pasando en Chile. La pesadilla del comando de Frei, que hace quince días adelantábamos en esta columna (Enríquez-Ominami a segunda vuelta), probablemente tiene con síntomas de apnea del sueño a varios.
La clave está en entender que lo que fue bueno para Chile en un período, no tiene por qué serlo en el siguiente. No se trata de desconocer que la Concertación condujo un proceso exitoso de consolidación de la democracia y validación de un modelo económico de mercado, con crecientes grados de protección social. Pero en ese afán ha envejecido, ha perdido dinamismo y capacidad de convocatoria. Hoy no entusiasma a la mayoría de los chilenos, que perciben que los cambios que el país necesita no los hará la coalición gobernante.
En el gobierno de Aylwin la economía creció 7,7%, en el de Frei 5,5%, en el de Lagos 4,3% y el de Bachelet terminará con un 2,9%. La explicación está en la caída de la productividad en nuestro país. Y ojo que la crisis no tiene nada que ver, pues en el período 1986-1997, cuando el mundo crecía al 3,4%, nosotros lo hacíamos al 7,6 %; mientras que entre 1998 y el 2009 el mundo crecerá 3,5% y Chile sólo 3,3%. ¿Por qué nos ha pasado esto? Porque no hemos fortalecido los pilares del crecimiento: capital humano, ciencia y tecnología, innovación y emprendimiento, flexibilidad y modernización del Estado.
Pero no es sólo una cuestión económica, hay además una crisis de representación de la ciudadanía. Las instituciones políticas son mal evaluadas, las inquietudes de diversos grupos parecieran no tener cabida en el intrincado juego de intereses y poder que maneja la Concertación.
Hace falta un cambio de aire en la conducción del país para revertir esta tendencia y tanto Sebastián Piñera como Marco Enríquez-Ominami parecen interpretar mejor ese cambio. La tabla de salvación que ha encontrado Frei es la red de protección social que ha consolidado la Presidenta Bachelet. La verdad es que la protección social viene de mucho antes; los subsidios de la vivienda son de la década de los ochenta, la pensión mínima también; anteriores gobiernos de la Concertación avanzaron en varios temas sociales, como la reforma a la salud pública. Pero la percepción es ésta: Bachelet es igual a protección social. Claro, contribuye a esa imagen el que este gobierno haya aumentado el monto y la cobertura de los beneficios: aunque sabemos que no todo se puede gastar, el actual gobierno tendrá ingresos fiscales por 44.800 millones de dólares el año 2008, más del doble de los que se generaron el año 2004 y casi el triple de los que ingresaron a las arcas fiscales el año 2000, todo en dólares del mismo valor.
La protección social parece ser el tema y el Gobierno y el candidato oficialista harán todo lo posible por diferenciarse con él. ¿Pero qué argumento de verdad tienen para asegurar que los otros candidatos no conservarán la red de protección social? Ninguno, y eso tienen que hacerlo ver sus campañas. Lo que sí es claro es que esa protección no puede mantenerse indefinidamente sin crecimiento.
Lo que los nostálgicos de la Concertación deben aceptar es que, esta vez, el bien del país pasa por su salida del poder; así como la recuperación de los Estados Unidos ha requerido la quiebra de la General Motors.
"Hace falta un cambio de aire en la conducción del país para revertir esta tendencia y tanto Sebastián Piñera como Marco Enríquez-Ominami parecen interpretar mejor ese cambio".