Con sus velas desplegadas y ante la alegría de todos los presentes, arribó a Valparaíso, el 4 de julio de 1915, la corbeta-escuela "General Baquedano", al mando del comandante Carlos Ward. Aquel crucero de instrucción a Isla de Pascua duró solo 50 días: 15 de ida, 14 de regreso, y el resto, de permanencia en la posesión chilena.

Se consignaba en "El Mercurio" que había sido "un interesante viaje de aprendizaje para los guardiamarinas. Durante la estadía, todos bajaron a tierra, instalándose en carpas, excepto el personal que quedó a bordo para la atención de la nave, ejecutando estudios hidrográficos. La oficialidad se ocupó del levantamiento de planos del lugar, así como de hacer sondajes y buscar fondeaderos".

También, se embarcó en el navío un delegado del gobierno para analizar la agricultura de la isla y el terreno, "que es abundante en vegetación y ganado". Allá, en tanto, los visitantes fueron interceptados por el capitán de la barca francesa "Jean", que había sido echada a pique por los alemanes. Además, encontraron la goleta de un científico inglés que buscaba la relación de la raza nativa con los aimaras y otros aborígenes. Sin embargo, les llamó la atención la existencia de leprosos. "Aunque estén en completo aislamiento, siempre constituyen un peligro para la población".

Respecto de la corbeta "General Baquedano", las crónicas mencionaban que Chile encargó su construcción, en 1897, a los astilleros Armstrong Whitworth y Cía. del Reino Unido. Fue lanzada al agua el 5 de julio del año siguiente, concebida como un buque escuela a vela de 2.500 toneladas, con capacidad para una dotación de poco más de 300 personas (entre oficiales, guardiamarinas y demás tripulantes).

El pabellón nacional se izó a bordo el 22 de agosto de 1899, para comenzar su primer crucero de instrucción, que finalizó en Valparaíso el 2 de marzo de 1900. Con su adquisición, se reemplazó a las corbetas "Abtao" y "Pilcomayo", que habían cumplido la misma función desde 1892, y con anterioridad, las corbetas "Chacabuco" y "O'Higgins".

Luego de 37 años de servicios a la Armada Nacional, la corbeta "General Baquedano" contribuyó, hasta 1935, a la formación de numerosas generaciones de marinos, misión que desde 1954 realiza por los mares del mundo nuestro buque-escuela "Esmeralda".