La ministra de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Ximena Rincón, participó esta semana en las negociaciones que terminaron en un acuerdo político entre el Gobierno y la oposición en torno a la reforma tributaria. Se trataba de un entendimiento que, tras firmarse la noche del martes, desató críticas en el PC y en diputados de la Nueva Mayoría.

La secretaria de Estado indica que su rol en el acuerdo alcanzado en el Congreso por el titular de Hacienda, Alberto Arenas, se circunscribió a "advertir dónde teníamos problemas, ciertas conversaciones que nos faltaban, yo allá voy acompañando a los ministros en sus desafíos". En otro momento de esta entrevista plantea: "Cuando asumí la Segpres había muchas críticas de algunos opinólogos que decían 'no, Ximena Rincón no va a poder tener un segundo plano'. Y ahora que lo tengo, algunos dicen, 'no, Ximena Rincón está desplazada'. La verdad es que estamos haciendo nuestro trabajo en múltiples frentes y al menos yo me siento satisfecha del equipo que hemos construido".

-¿Qué lecciones deja el acuerdo tributario que se alcanzó esta semana con la oposición?
-Aquí hay una estrategia de trabajo legislativo que tiene que ver con instalar la señal de que vamos a hacer los cambios que la Presidenta comprometió en su campaña y que ha impulsado con fuerza. Ella ha hablado de tres reformas estructurales, que son la tributaria, la educacional y la nueva Constitución. Uno puede mirar que fue erróneo lo de la Cámara de Diputados, que no correspondía. Creo que esa mirada es equivocada. Lo que instaló la discusión en la Cámara fue que esto era en serio, que era una reforma que pretendía lograr lo que finalmente ha resultado en el trámite del Senado. En la segunda fase, en el segundo trámite legislativo, se necesitaba ampliar la interlocución, consensuar aquellos temas donde había mayores reparos. Era fundamental sumar a actores, en el escenario de que entendieran que esta era una reforma que el Gobierno iba a hacer de todas maneras. Y las lecciones son que tenemos que mejorar probablemente los mensajes. Tenemos que ser capaces de instalar en la opinión pública el sentido de las reformas y, en la tributaria, es contar con recursos permanentes para una transformación que es profunda, que es la educación.

-¿Han existido problemas para comunicar? La última encuesta Adimark arrojó una baja en el respaldo a las reformas tributaria y educacional.
-No es que haya habido problemas de comunicación, es que nos movemos en un espacio muy complejo. Si uno quiere discutir adecuadamente una política pública tan profunda, necesita informar a la ciudadanía, porque o si no se genera casi una trinchera, un campo de batalla que hace muy difícil instalar un diálogo que sea constructivo.

-¿Marca un punto de inflexión este acuerdo tributario con la oposición? ¿Existe una nueva política de los acuerdos?
-Todos los acuerdos, pero para avanzar. ¿Por qué? Porque estamos en un cambio de ciclo en la política, hay un país mucho más exigente. Entonces, si hay un compromiso por parte de la Presidenta de hacer una reforma tributaria que tiene un sentido claro y conocido, que no es solo (financiar) la reforma educacional, pero con un alto componente en lo educacional, todos los acuerdos son necesarios para lograr las transformaciones. Muchos dirán, no, pero es que tienen los votos. En algunos casos los tenemos, en otros estamos al justo. Pero más que los votos, lo importante es construir algo que le haga sentido al país y el país demanda que vayamos terminando con las desigualdades, y eso en educación es donde de mejor manera se expresa.

-Usted se reunió con el presidente del PC, Guillermo Teillier, quien ha señalado que no se le informó del pacto con la oposición y que no le va a entregar un apoyo anticipado al proyecto. ¿Es legítimo su reclamo?
-Tengo las mejores relaciones con él y lo que me ha hecho ver, y lo dijo por lo demás a la opinión pública, es que cree que es un tema de forma y no de fondo.

-¿Hubo un problema de formas?
-Eso es algo que obviamente hay que ver y revisar, y lo importante es estar atento a estas opiniones, porque los parlamentarios son quienes debaten y votan las leyes en el Parlamento. Y lo importante es que el proyecto de ley y el acuerdo al que se ha llegado en el Senado ha sido posible gracias a lo que hicieron los diputados en la primera etapa, y no se ha cambiado ni se ha transado en el fondo y en el corazón del proyecto. Y, obviamente, si hay aquí problemas de forma, tendremos que revisar y mejorar nuestra forma de trabajar.

-Al mismo tiempo en que el diputado Teillier manifestaba que no se le había informado del entendimiento con la Alianza, la DC valoraba el acuerdo. ¿Las reformas del Gobierno están tironeadas por dos almas en la Nueva Mayoría?
-Para nada. Es más, el diputado Teillier también valora el acuerdo en tanto respete el principio rector de la reforma, que tiene un monto de recaudación y cuatro objetivos. Y eso no se ha transado en este acuerdo, muy por el contrario. Lo que se hace es sacar adelante una reforma que es fundamental para el Gobierno, para poder acometer la reforma educacional y el financiamiento a temas tan importantes como la salud, la infraestructura en nuestro país. Por lo tanto, no hay dos almas.

-Diputados de la Nueva Mayoría también han protestado.
-Uno tiene que escuchar a todos los actores, y los parlamentarios, lo he dicho desde el día uno que estoy acá, son actores relevantes. Por lo tanto, escucharemos los reclamos que ellos tengan, y haremos todos los esfuerzos para hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible.

-¿Es viable reeditar un acuerdo con la Alianza en la reforma educacional?
-Tenemos que enfrentar una reforma que es profunda en materia de educación, y necesitamos obviamente construir una buena legislación.

Nosotros trabajamos estrechamente con todos los ministerios, a efectos de ir incorporando y recogiendo las materias que son parte del debate legislativo. Algunas las compartimos, otras no. Hacemos un esfuerzo por mejorar la redacción. Un ejemplo de ello es lo que nos ha pasado en la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, donde he ido a todas las sesiones desde que empezamos la discusión del binominal, y hemos ido recogiendo muchas de las discusiones en la comisión respecto de las distintas mejorías que se plantean. En Educación vamos a hacer exactamente lo mismo. Todo aquello que mejore las redacciones de los proyectos, y que vaya en el sentido de lograr la idea matriz del texto propuesto, obviamente va a ser incorporado (...) Estamos avanzando no solo en una estrategia legislativa que incorpore aquellos temas que son necesarios, sino que también hemos ido logrando acuerdos con distintos legisladores a efectos de sacar aquellas cosas que no son de la esencia y son irrelevantes desde el punto de vista de lograr el sentido y la idea del proyecto. Y eso lo vamos a hacer con nuestros parlamentarios.

Nueva Constitución y derecho de propiedad

"No es una Constitución lo que queremos tener, queremos tener un pacto constitucional. Y un pacto constitucional significa instalar las reglas, el marco, el paraguas que nos va a cobijar como nación, como comunidad, y por lo tanto tiene que ser capaz de interpretar, de recoger, de representar lo que queremos hacer como país, y eso no es la imposición de uno sobre otro, esa es la diferencia. No digo que en la tributaria haya una imposición, para nada", afirma la ministra.

-¿Un acuerdo social y político?
-Un acuerdo social, político y económico (...) Tienen que estar los trabajadores, los empresarios, los partidos, las organizaciones sociales, tienen que estar todos.

-La Presidenta Michelle Bachelet dijo hace algunos días que "esperamos avanzar en una nueva Constitución, al menos redactar una nueva Constitución e iniciar su discusión". ¿Va a existir una nueva Constitución en este Gobierno?
-Los que apuestan porque no va a haber se equivocan, apuestan mal. Y apuestan mal porque creo que redefinir nuestro pacto constitucional, tener un pacto constitucional, le hace bien al país. Debemos trabajar todos para aquello.

-Ha existido un debate en torno al derecho de propiedad en la Constitución, ¿cuál es su diagnóstico?
-Primeramente, hay que reconocer que el derecho de propiedad es un derecho fundamental de las personas, pero existen formas de establecerlo y protegerlo constitucionalmente. También tenemos claro que la propiedad es clave para el funcionamiento de la economía de mercado, pero el problema es que la Constitución le dio una preeminencia exagerada a este derecho, lo que ha llevado a que sea el derecho más protegido en las cortes, todo es posible de amparar por vía de la propiedad. Por ejemplo, los miles de recursos de protección en contra de las isapres se acogen por propiedad, no por derecho a la protección de la salud, eso es raro, y ahí hay algo que revisar.
A nosotros nos interesa establecer un sistema de derechos más equilibrado y moderado, donde existan libertades personales, políticas y económicas por cierto, pero no que la propiedad sea el eje del sistema de derechos. Nos interesa también dar importancia a la dimensión social de la propiedad. En este sentido, las constituciones relevantes, como la alemana, tienen otra impronta, donde la propiedad también genera deberes y responsabilidades ligadas al bien común.