En circunstancias que mariscaban a media milla de Punta Gruesa, cerca de Iquique, un grupo de hombres rana se encontró en agosto de 1963 con lo que quedaba de la fragata peruana "Independencia", encallada allí durante la Guerra del Pacífico. "El Mercurio" dio cuenta del hecho el 11 de septiembre siguiente, detallando que "los buzos divisaron -a unos 12 metros de profundidad- un inmenso fierro semejante a un ancla y varias piezas de artillería coincidentes con las que usó la nave".

Se informaba que luego del hallazgo el jefe del equipo submarino se contactó con el intendente de Tarapacá, con el gobernador marítimo y con el cónsul de Perú, quienes expresaron que "efectivamente se trata del poderoso acorazado que acompañó al monitor 'Huáscar' en el Combate Naval de Iquique, el 21 de mayo de 1879. Su casco está destruido en su totalidad, esparcido e incrustado entre los roqueríos, en un área de fuerte oleaje".

Sobre los acontecimientos que desencadenaron el fin de la "Independencia", se precisaba que "mientras en la rada de Iquique era escrita, por el capitán Arturo Prat y sus hombres de la corbeta 'Esmeralda', la página gloriosa que legaron a nuestra historia, en Punta Gruesa la goleta chilena 'Covadonga' protagonizaba otra hazaña que constituyó una victoria táctica de inmenso valor".

El relato continuaba: "Dejando atrás Iquique, el comandante Carlos Condell llevó a la 'Covadonga' rumbo al sur. Después de que el monitor peruano le disparara una andanada, comprendió que su salvación estaba en navegar pegado a la playa, por donde su oponente de mayor calado no podría. Con su estrategia, casi a ras de las piedras, la 'Covadonga' impacienta a la 'Independencia', que la sigue a toda máquina al mando del comandante Juan Guillermo Moore. Hasta que el acorazado peruano no tarda en sacudirse violentamente, una roca le ha abierto, con ruido estrepitoso, brechas y vías de agua en su casco y en la quilla destrozada (...)". Al final, el comandante Miguel Grau fue en auxilio y ordenó incendiar el navío de su escuadra.

Cabe destacar que antes del suceso descrito en 1963, existen antecedentes de que el buzo italiano de escafandra Victorio Perini se sumergió en 1886 y extrajo diversos elementos menores. Posteriormente, en 1987, buzos tácticos de la Armada de Chile descendieron al lugar, rescatando un trozo de coraza, una parte de una de las anclas y un cañón, hoy en el Museo Naval de Valparaíso.

Por su parte, el Museo Naval de Iquique mantiene en exhibición dos cañones de 9 libras, una roldana de aparejo y una cabilla de hierro, una claraboya, una placa, un marco de lámpara colgante, un perchero y una viga de madera, entre otros objetos. Dos cañones de 70 libras, en tanto, descansan frente a la Comandancia de la IV Zona Naval en la misma ciudad.