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Domingo 05 de mayo de 2013
Longueira: "El país está viviendo un momento en que no pude decir que no"
El ex ministro, y ahora candidato presidencial por la UDI, entrega las razones que lo motivaron a asumir el desafío de enfrentar las primarias de la Alianza, habla de los lineamientos de su campaña y relata cómo fue su reencuentro con Laurence Golborne...
Margaret Valenzuela
En absoluta reserva, Pablo Longueira llegó el miércoles, cerca de las 20 horas, hasta la casa de Laurence Golborne, ubicada en Las Condes. Ambos conversaron junto a sus respectivas esposas sobre lo ocurrido 48 horas antes y que marcó, inesperadamente, el futuro político de ambos. "Sé lo duro que es esto para la familia. Yo pensé en su señora, en sus hijos, y fue la Chichi (Cecilia Brinkmann) que me dijo que fuéramos a verlo", explica Longueira.
-¿Y qué pasó en esa reunión?
-Le expresamos nuestro afecto y cariño. He vivido muchas veces esos momentos y sé la soledad, sé lo duro, lo inentendible de lo que ocurre y conversamos de todo. Me encontré con un matrimonio excepcional, con una generosidad y desprendimiento que destaco. Me dijo que estaba a mi entera disposición.
-¿Qué fue lo que gatilló la caída de la candidatura de Golborne?
-El fin de semana pasado venía llegando de un viaje a Costa Rica y cuando se me invitó a discutir el tema, señalé que no iba a participar en ninguna reunión sobre esta decisión. Por lo tanto, se me debía comunicar si es que querían mi concurso, si es que era una decisión unánime, compartida e informada con Laurence. Así es que no tengo información para decir qué gatilló la decisión, pero lo lamento profundamente, porque hasta el día domingo anterior participé en reuniones sobre cómo conducir la campaña para que Laurence fuera nuestro abanderado.
-¿Se percibía un estancamiento de la candidatura de Golborne? Se señalaba, incluso, que estaba empatado con Allamand.
-Como ministro no estaba involucrado en la conducción de la campaña. Yo colaboraba con él en las reuniones de los domingos. Obviamente en un minuto se discutió que se estaba creando un clima de empate, pero toda la información que hubo siempre mostró que no era así, pero se discutió. Si uno observaba las actividades de campaña de ambos candidatos, era clarísimo cuál era más popular y quién atraía más el interés y la adhesión de la gente, especialmente en sectores populares. Siempre hubo un optimismo muy importante teniendo claro la conflictividad natural que generan las primarias.
-¿Cuándo surge la necesidad de que usted asuma un rol?
-Si hay algo que estaba absolutamente descartado era asumir este desafío, pero ocurrieron hechos que finalmente te llevan a esto, a pesar de que es algo que nunca busqué. Esto toda la UDI lo sabe, y el propio Laurence lo sabe, porque hubiese sido muy fluido obtenerlo si lo hubiera querido al inicio, por el inmenso cariño que siempre he recibido de mi partido. Pero hay momentos en los que uno ya no se puede restar. El país está viviendo un momento en que no pude decir que no. En los momentos difíciles uno no puede decir "paso", sino "cuenten conmigo".
-¿Y cuándo usted le señala a la UDI que está "disponible"?
-Junté a toda mi familia el día domingo para comentar esto, porque siempre el límite para mí -en el servicio público- ha sido el no destruir jamás mi matrimonio ni mi familia. Ha sido lo más importante para mí en todas mis decisiones. Todos una vez más dijeron: "Papá, si hay que hacerlo, y tenemos que acompañarte, lo haremos". Lo único que les pedí es que ninguno destruyera su vida con esta decisión, que es lo que siempre he tratado de evitar. Por algo ocurren las cosas y la familia se fortalece aún más. Por lo tanto, enfrentamos los desafíos con mucha unidad. Y el ejemplo que nos ha dado Matías -el sexto de sus siete hijos- a todos nos ha impactado: le va a ganar a su cáncer, va a terminar en tres meses más la terapia y será parte de la unidad familiar. Asumí el deber porque no había otra opción, no habría sido coherente en un momento en que creo que hay que dar una señal de alerta con lo que está ocurriendo con Chile.
-¿Quién lo llamó?
-Formalmente me llama Patricio Melero.
-¿Y le dice "queremos que sea nuestro candidato presidencial"?
-Me consultaron si estaba disponible. Me llamaron a reunión y yo dije que no iba a ir a ninguna reunión. Lo deciden ustedes y con Laurence, lo que quiero es la unanimidad. El desafío que enfrentamos es para que estemos todos juntos en esto. Además yo venía muy distanciado de la forma en que estaba actuando la UDI. Para mí esa no es la UDI. Por eso yo había asumido ya hace mucho tiempo que no iba a participar en más reuniones. Había ido al último Consejo General para acompañar a Laurence.
-¿Cómo se explica, entonces, que Golborne esa misma noche en un programa de TV mantuviera su candidatura e incluso señalara que solo competiría en una primaria?
-Esa noche yo me mostré disponible a asumir el desafío presidencial y Laurence se mostró, por su parte, disponible para que la UDI tomara la mejor decisión. Hasta el domingo todas las opciones eran posibles.
-¿Que tan debilitada estaba la candidatura de Golborne como para caerse en un par de días?
-No, toda esa chimuchina me parece irrelevante. Me gustaría que continuara en el servicio público, nada me dolió más que lo que le ha ocurrido y lo considero una persona valiosísima, un gran aporte para el país.
-¿No fue grave para usted el fallo del caso Cencosud?
-Es un fallo de un tribunal que fija un criterio. Si la pregunta es si eso lo inhabilitaba, no. Creo que no afecta en lo personal a Golborne y no me parece pertinente seguir insistiendo en un tema que él ya ha aclarado.
-Se lo pregunto porque Andrés Allamand y RN dijeron que se trataba de asunto de gravedad...
-He sido muy claro: soy una persona que no se refiere a los candidatos. Cuando uno es candidato tiene que señalar su proyecto y la gente comparar los proyectos. Yo no construyo mayorías destruyendo al adversario.
-Usted mencionó que era muy crítico de cómo estaba actuando la UDI hasta hace una semana. ¿Por qué?
-Porque la UDI que necesita Chile es una con un nivel de desprendimiento que había desaparecido. En la UDI no hay que temerle nunca a no tener democracia interna. Nosotros somos un partido distinto. En esta historia de 30 años todos fuimos a perder, yo me cambié de San Bernardo a Conchalí, saqué la primera mayoría con más del 40%. Joaquín Lavín fue a perder en su primera elección en Las Condes, Jaime Guzmán fue a perder, por Jovino Novoa nadie daba un peso.
-¿Qué ha pasado en el último tiempo que le incomoda?
-Ahora todos preguntan cómo están las encuestas. Se perdió el compromiso de decir "el mejor para ir en este lugar es tal persona" ¿Hoy, cuánta gente está dispuesta a ir a perder? Yo le rendía siempre homenajes a los que iban a perder porque esta historia se construye con los que pierden. Julio Dittborn fue primero a perder a la primera región. ¿Quién cosechó? Jaime Orpis. Para qué decir los que ganaron en las municipales. Cada vez que hay una elección, llamo primero a los que pierden y luego a los que ganan. Eso es lo que ha hecho grande a la UDI.
-Si estaba distanciado del partido, ¿qué lo lleva a aceptar la candidatura?
-El amor a Chile. Alguien dirá: que frase más siútica. Es demasiado lo que amo a mi país como para ser indiferente a lo que estoy viendo. No fui capaz de restarme. Y cuando asumí el desafío presidencial es porque busco gobernar el país, y porque quiero que haya una generación de jóvenes que ame a su país. Quiero que se prestigie la política, que se ennoblezca el servicio público, no quiero sumarme para estar en la galería y seguir destruyendo instituciones. No he sido nunca así.
-Usted en marzo dijo que se debía evaluar no hacer primarias en la Alianza y llegar a la primera vuelta. ¿Por qué cambió de opinión?
-Mi gran argumento para ir a la primera vuelta era que la Concertación tiene una primaria en la que todos sabemos el resultado y Bachelet construye todos estos meses su plataforma, su discurso, hasta noviembre. Entonces nosotros en una primaria, en la forma en que estaba planteada, estábamos en un discurso de que era reduccionista hacia el sector. La UDI me planteó si estaba dispuesto a los dos escenarios. Les dije: señores, voy a aceptar cualquiera de los dos escenarios, pero unánime. En esta primaria le voy a hablar a Chile. Espero que la gente de nuestro sector participe en la primaria de la centroderecha porque están contribuyendo al éxito. Mi trabajo en la primaria es porque yo estoy convencido de seremos nosotros quienes representemos a la Alianza frente a Bachelet.
-¿Sigue sosteniendo que era mejor llegar a noviembre?
-No. Es que tenemos la certeza de que nuestra candidatura será la que enfrente a Bachelet en noviembre. Yo estaré en la papeleta en noviembre, y por eso le hablaremos al centro social, a la clase media y al país en su conjunto. No solo a nuestro sector.
-¿No teme enredarse en un clima de confrontación con Allamand tal como le ocurrió a Golborne?
-No hay un solo metro para ese escenario, porque si a mi me atacan yo no respondo. No tomé esta decisión para una pelea menor con Andrés Allamand ni con nadie. Lo que me motiva es algo superior y más importante que las pequeñas peleas políticas. A mí esta campaña me da la oportunidad para que la gente me escuche, me conozca, reflexione. Me impactó, como ministro, ver como votaban todos escuchando a las galerías. Son los grupos radicales, las redes sociales, tal como escribió el padre Montes en la columna de El Mercurio. El gran problema de Chile es que la única forma de que sigamos avanzando es que exista movilidad social, y ésta la genera la educación y el emprendimiento. Lo que necesita Chile es un cambio cultural. Si uno quiere lograr el desarrollo no lo vamos a lograr solo con indicadores del PIB.
-¿Por qué el sector tiene que votar por usted y no por Allamand?
-Porque creo que he tenido una experiencia de vida junto a una generación que es la que nos permite continuar el gobierno del presidente Piñera. Con Andrés somos distintos, aunque en muchos aspectos pensemos igual. Mi única diferencia de fondo es mi trayectoria, mi conocimiento profundo del mundo social, mi capacidad para lograr acuerdos.
-¿Pero cuál va a ser el discurso diferenciador con Allamand?
-El discurso diferenciador es la historia. Soy una persona que cuando asumo una candidatura la asumo con mucha libertad. Creo que soy el continuador de la obra de Piñera, porque en el gobierno hemos hecho el mayor crecimiento de Chile con la mayor inclusión social. Tengo la tranquilidad de poder mirar a los ojos a toda esa gente que clavó nuestras banderas en los sectores populares y decirles que cumplimos. Creo que lo diferenciador con Allamand está en los estilos, las formas y cada uno le explicará al país cómo quiere gobernar y sabemos que, terminada la primaria, habrá un programa común. Yo quiero recorrer Chile, a eso me dedicaré.
-¿La UDI se va a cuadrar detrás de Andrés Allamand si él se transforma en candidato?
-Al elector le molestó mucho más lo que hizo Andrés que los temas que enfrentó Golborne. Molesta lo que hizo y lo que dijo. Pero si Andrés gana, a partir de ese minuto trabajaré donde él quiera.
-¿Cómo se recompone la relación entre la UDI y Allamand?
-Trabajando en conjunto para obtener el triunfo en diciembre.
-¿Por qué cree que le puede ganar a Bachelet?
-Precisamente porque vamos a representar a esa inmensa mayoría que quiere que avancemos lo más rápido posible, solucionando los problemas y no embarcándonos en aventuras que finalmente nos impiden seguir creciendo al 6%. Los chilenos tienen que comprender que no es causalidad que esta sea la primera recesión internacional que Chile ha enfrentado aumentando sus pymes, aumentando los emprendedores, aumentando el empleo y el crecimiento. No existe mejor política pública que el mayor crecimiento con un mayor empleo. Esta es una campaña que va a tener mística, convocatoria, va a sorprender. Vamos a derrotar a los pesimistas.
-¿Y cómo superará su nivel de rechazo que arrojan las encuestas?
-Es lo que menos me importa. Esa es parte de una discusión de la elite que vive de las encuestas. No voy a hacer una encuesta para decirle a los chilenos lo que tenemos que hacer. Voy a ser muy claro en decirle a la gente que prefiero que usemos los recursos hídricos a que nos llenemos de termoeléctricas. No me van a escuchar decir la consigna. Vamos a enfrentar la consigna con argumentos.
-¿Cómo se captura el centro después de la primaria?
-Voy a iniciar oficialmente mi campaña el próximo sábado en Santiago, donde iniciaremos este recorrido por el país. Y ahí no le voy a estar hablando a mi sector para que voten 50 mil, voy a apostar a que la primaria sea lo más participativa posible porque es un proceso democrático. La gente a mí me va a ver recorriendo el país y haciendo planteamientos.
-¿Cuál será el rol de Joaquín Lavín en la campaña?
-Terminadas las primarias, lo más probable es que le pida a varios ministros que me acompañen en la etapa final para salir a defender nuestra obra. Me ayudaría mucho no solo para ganar y lograr la continuidad en el gobierno, sino que también para tener una buena lista parlamentaria. Se lo quiero pedir a otros también.
-¿Está apelando a la buena relación que ha cultivado con Piñera para pedirle que libere a ministros?
-Obviamente que es una decisión presidencial. Déjeme decirle que Piñera ha sido lejos el mejor Presidente desde el retorno a la democracia. Pero está claro que tenemos una dificultad para difundir la obra y es por eso que creo que reaccionamos a tiempo y vamos a poder lograr que los chilenos reflexionen. La gente cree muchas veces que lo que decide el triunfo son las grandes ideas, pero finalmente la gente enfrenta temores y la izquierda sabe azuzar muy bien esos temores. Mire, la Concertación ya no es la misma y creo que la ex Presidenta cometió un error al asumir la candidatura.
-¿Por qué?
-Porque la Concertación ya no es la que conocimos. Terminada las primarias se va a sustituir la influencia del centro, de la DC, por el radicalismo del PC. Esta es la primera elección que vamos a enfrentar con un pacto político con el PC y eso marca una diferencia enorme. ¿Es ese el camino que queremos para Chile? No, yo creo en la moderación, en los consensos, en los acuerdos. Mire, la candidatura de Velasco para mi representa los mejores equipos técnicos de la izquierda que tuvieron los gobiernos de la Concertación que han levantado esta candidatura porque ven que están siendo autoarrasados por la consigna. Y la de Claudio Orrego representa el mundo cristiano, el centro político, del cual todos sabemos su resultado. Entonces nos van a dejar un espacio para representar al centro social de Chile.
-¿A ese espacio apuntará su opción?
-Ese es el espacio que vamos a liderar y yo le voy a hablar a ese centro político. No le voy a hablar a la derecha, le voy a hablar a ese segmento. Quiero ofrecer un camino de paz, de orden, tengo la convicción más profunda que hay una ciudadanía silenciosa y atemorizada que no escribe en las redes sociales, que está asustada, que no quiere más marchas ni encapuchados. Chile es un país maravilloso, que está avanzando, que tiene que enfrentar problemas nuevos, pero está avanzando por el camino correcto.
-¿En qué lo nota?
-En esos jóvenes que trabajan en el gobierno y que están todos apasionados por acompañarme en este desafío. Me han llamado alcaldes que están dispuestos en esta primaria a salir uno a dos meses sin goce de sueldo a recorrer el país. Creo que aquí hay una energía imparable, vamos a sorprender una vez más y eso nos va a dar la energía para lograr algo que la gente considera imposible. Quiero ser muy claro: voy a salir al país a decirle que quiero ser un continuador de Piñera, porque tengo la convicción más profunda de que si perseveramos por este camino, vamos a alcanzar el desarrollo, a derrotar la pobreza, a mejorar la distribución del ingreso. Y la acusación de Beyer no se nos puede olvidar.
-¿Por qué?
-Porque ahí no hubo coraje. Cuando me preguntaban yo decía que al único al que apuesto mi ficha es a Patricio Walker. Lo conocí en el caso Spiniak, por eso cuando escuché en la radio lo que él había votado no me sorprendió. Necesitamos muchos Patricio Walker en Chile y se están yendo para la casa. Por eso, no me pude restar, porque creo que estamos en una hora decisiva. Quiero ser el Presidente de la clase media, de esa misma generación de hace 30 años que ya no vive en la pobreza. Hay un cambio histórico, maravilloso y que nadie valora. Ya ni la Concertación defiende lo que hizo su gobierno. Entonces hoy están todos siendo arrastrados por la calle, la consigna manda: reforma tributaria, fin al lucro, educación gratuita, nada con contenido.