Con una resolución de 35 páginas y casi una década de investigación, el ministro en visita de la Corte de Santiago Alejandro Madrid dictó procesamientos por el homicidio de dos reos de la ex cárcel pública de Santiago y por la tentativa contra otros cinco internos contagiados con toxina botulímica en 1981.
El magistrado encargó reo como autores de los delitos de homicidio calificado y homicidio frustrado al médico Eduardo Arriagada Rehren y al médico veterinario Sergio Rosende Ollarzú. En calidad de cómplices, en tanto, encausó al coronel (r) del Ejército Joaquín Larraín Gana y al comandante (r) del Ejército Jaime Fuenzalida Bravo.
Los cuatro procesados aparecen también mencionados en el denominado caso Frei, donde se indaga la muerte del Presidente de la República Eduardo Frei Montalva.
El caso de la ex cárcel pública
Según los antecedentes reunidos en la indagatoria, los internos consumieron alimentos contaminados con la toxina, falleciendo Víctor Hugo Corvalán Castillo y Héctor Walter Pacheco Díaz. Lograron sobrevivir, sin embargo, Guillermo Rodríguez Morales, Ricardo Antonio Aguilera Morales, Elizardo Enrique Aguilera Morales, Adalberto Muñoz Jara y Rafael Enrique Garrido Ceballos.
Y, de acuerdo a las indagaciones del juez, se ha logrado dar por establecido que “con la finalidad de proceder a la eliminación física de opositores al régimen militar se realizó una operación especial de inteligencia que habría culminado con el fallecimiento de los internos Víctor Hugo Corvalán Castillo y Héctor Walter Pacheco Díaz, los cuales eran enjuiciados por delitos comunes y se encontraban recluidos en la Galería N°2 de la Ex Cárcel Pública de Santiago, produciéndose su deceso por la ingesta de alimentos contaminados con la denominada ‘toxina botulínica’, la que fuera traída al país por el servicio público encargado de velar por la salud de la población y, posteriormente entregada a los encargados de un laboratorio secreto a cargo de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE)”, consigna la resolución.
Por otra parte, los restantes afectados “sufrieron graves lesiones producidas por la ingesta de dichos alimentos contaminados, logrando sobrevivir —a pesar de la tardanza en el auxilio— por el oportuno y certero diagnóstico de la causa del envenenamiento y, por la aplicación de la antitoxina respectiva; de esta manera, no se produjo el resultado querido por los partícipes, en cuanto dice relación con los delitos antes mencionados, evitándose su consumación, por causas independientes de la voluntad del agente”, se sostiene en el procesamiento.
Los procesados permanecerán en prisión preventiva en el Batallón de Policía Militar N° 1 del Ejército, dado que todos tienen rango militar.
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