Saltando etapas
Solo hay dos casos de éxito entre los pilotos que saltaron de fórmulas menores directo a la F-1: Kimi Raikkonen y Max Verstappen. Y son innumerables los casos de aquellos que con poco tiempo en la F-2 ascendieron, y a poco andar fueron rebajados de jerarquía o definitivamente marginados
El pasado GP de Italia será recordado por mucho tiempo y por muchas razones. Lo primero y obvio, porque ganó Ferrari en casa y el desborde de los tifosi dio la vuelta al mundo. Por otro lado, se acabó el dominio de Red Bull, y Max Verstappen, el campeón vigente, debe transpirar para rescatar algunos puntitos que minimicen el ataque de los pilotos de McLren, que ya tienen en el bolsillo el campeonato de constructores y una gran opción por el de conductores.
Pero quiero detenerme en otro hecho especial, la aparición de dos pilotos con gran proyección. El primero, el joven italiano de 18 años Andrea Kimi Antonelli, confirmado en Mercedes Benz para ocupar la butaca de Lewis Hamilton. Y el otro, el argentino Franco Colapinto, que debutó en Williams en reemplazo de Logan Sargeant.
Antonelli participó de los ensayos del viernes y tras pocas vueltas se despistó, terminando su día y dañando bastante el auto de George Russell. Uno podría haber pensado que tras este debut su confirmación quedaba en duda, sin embargo, en esas cuatro o cinco vueltas que logró completar en los dos sectores más exigentes del circuito (Ascari y la parabólica, hoy curva Alboreto), fue el más rápido entre todos los habituales integrantes del gran circo, ratificando por qué la gente de Mercedes pone todas las fichas en él y no quiere repetir el caso Verstappen, a quien dejaron pasar en su momento por su juventud.
Lo de Colapinto es distinto, tiene 21 años y ha juntado experiencia en las categorías formativas, sin saltar escalones como hará Antonelli. Tras 23 años, vuelve un piloto argentino a la máxima categoría, y no solo con auspicios como fueron los últimos representantes, sino uno con grandes condiciones. Tiene aseguradas las ocho carreras que quedan. Pero en 2025 estará en el aire, porque esa butaca será de Carlos Sainz. En su debut mostró mucha personalidad y seguramente se aferrará con uñas y dientes a esta oportunidad, apoyado desde este lado del mundo por un país con una pasión por el automovilismo única y una historia que aun pesa.
La pregunta que aflora es cuán recomendable es para un piloto saltar etapas. Solo hay dos casos de éxito entre los pilotos que saltaron de fórmulas menores directo a la F-1: Kimi Raikkonen y Max Verstappen. Y son innumerables los casos de aquellos que con poco tiempo en la F-2 ascendieron, y a poco andar fueron rebajados de jerarquía o definitivamente marginados. Algunos recientes como los de Red Bull Daniel Kyviat, Alex Albon y Pierre Gasly, el propio Logan Sargeant, Mick Schumacher, Antonio Giovanazzi, y tantos otros que, incluso habiendo sido campeones de F-2, se diluyeron enfrentados al monstruo mayor.
Por lo mostrado en tan poco tiempo (es dos veces campeón europeo de karting, campeón del europeo de Formula Regional el año pasado y también vencedor de la F-2),con Antonelli estamos frente a un fenómeno equivalente a lo que fue Verstappen en su momento.
¿Evolucionara de igual forma? Por ahora ha ratificado que es rapidísimo y, como dijo Toto Wolff, su mayor hincha y soporte, es más fácil calmar a un piloto rápido que hacer rápido a uno lento.
Alejandro Schmauk
es ingeniero civil, consultor en movilidad, ex piloto de fórmula 4, 3 y 2 y campeón chileno de rally (1983 y 1991). Ha sido comentarista especializado en automovilismo en TVN, Chilevisión, El Mercurio y radio Biobío.