La resaca del festejo no para: Lewis Hamilton celebró su séptimo título de la Fórmula Uno logrando la pole position para el Gran Premio de Bahrein, que se disputa este domingo. Con 35 años y un equipo dominante como nunca en la historia, el inglés tiene todo para seguir incrementando las ya inmensas marcas que ha establecido.

Pero antes de eso hubo un largo camino que recorrer. Desde que a los 8 años inició su carrera en el karting y hasta su coronación en Turquía manejando un Mercedes, el piloto se ha rodeado de personas clave para impulsar sus éxitos. Este es un repaso de los siete nombres más destacados que han ayudado al británico tanto dentro como fuera de la pista.

El padre del piloto fue el primero que creyó en él. Con 8 años y un karting de segunda mano, el entonces trabajador de ferrocarriles en Stevenage tuvo que conseguir diversos “pitutos” para complementar sus ingresos en el siempre costoso mundo tuerca.

El jefe de familia se separó de la madre de Hamilton cuando el niño tenía dos años. Carmen, su madre, se ha mantenido cercana al piloto, quien también conserva una buena relación con Linda, la segunda esposa de su padre. “Soy afortunado de tener dos madres que me apoyan, me criaron y me guiaron”, ha dicho el multicampeón.

Cuando se inició en el profesionalismo, el padre se convirtió en el manager que lo acompañó en las categorías formativas y en el salto a la Fórmula Uno. Pero la relación comenzó a resquebrajarse y en 2010 Lewis “despidió” a su progenitor de ese rol. “Fue una pesadilla. Quedé devastado. Fue algo sorpresivo. Había estado a su lado desde que le compré su primer auto a control remoto a los cinco años. De todos modos fue mi culpa como padre, porque debí haberlo dejado libre antes”, recordaría años más tarde.

A fines de 1995, recién coronado como el mejor cadete del karting británico, Lewis Hamilton participó en la premiación de la revista Autosport. Ahí estaba Ron Dennis, histórico jefe del equipo McLaren. “Algún día quiero correr para su equipo”, le dijo el niño.

Tres años después, la ilusión infantil se hacía realidad y ya era parte del programa de pilotos jóvenes de la escudería de Woking. En 1998 y 1999 Mika Häkkinen se consagraba campeón del mundo. Luego vino una sequía (a comienzos de siglo dominaron Ferrari y Renault) que fue rota… por Hamilton en 2008.

Antes, eso sí, hubo que sortear la turbulenta temporada 2007, en que el joven cumplió la mejor campaña en la historia de un debutante, pero a la vez generaba una crisis “política” al amenazar el estatus de número uno de Fernando Alonso, que llegaba como bicampeón (2005 y 2006) y no quiso aceptar el trato igualitario que proponía Dennis. El español siempre sospechó de un favoritismo hacia el protegido de la escudería y la relación se quebró.

Al final Alonso se fue y Hamilton se quedó en McLaren al alero de Dennis. Aunque esa sociedad también se terminó cuando el equipo no pudo darle al piloto un auto capaz de pelea.

Después de algunos años irregulares en McLaren, a mediados de 2012 Hamilton fue tentado por Mercedes, que entonces estaba en etapa de reconstrucción y ya sabía que no contaría para la siguiente temporada con Michael Schumacher, quien había vuelto del retiro para ayudar al desarrollo de la escudería.

Las conversaciones iban bien encaminadas, pero faltaba el empujón final. Y ese llegó con Niki Lauda, tres veces campeón de la Fórmula Uno (1975, 1977 y 1984), quien se desempeñaba como asesor deportivo de las “Flechas de Plata”.

“Él me llamó para convencerme de unirme al equipo. Fue realmente grandioso que un ícono como él me llamara. Nos reunimos en un hotel para el Gran Premio de Singapur y descubrimos que teníamos muchas cosas en común. A partir de ahí formamos una gran relación. Él siempre empujaba a que uno pensara y trabajara cosas para mejorar”, recordó Hamilton sobre el austríaco, fallecido en 2019.

La cercanía entre ambos fue grande, salvo en 2016, año en que Hamilton luchó por el título con Nico Rosberg y comenzó a sospechar de la preferencia del equipo hacia el alemán. El accidente entre los dos pilotos en el Gran Premio de España de ese año enfureció a Lauda: “Es inaceptable. Somos un equipo y no podemos destruirnos. No descartaría que nos deshiciéramos de algún piloto si no saben comportarse”, disparó por entonces. Luego intervino para apaciguar las aguas.

En enero de 2013, el expiloto e inversionista compró el 30% de la propiedad del equipo Mercedes y se convirtió en su director ejecutivo. Bajo su administración, Williams había conseguido su última victoria en la F-1 en 2012, pero los éxitos en la nueva escudería se multiplicaron.

No fue fácil, eso sí. El austríaco ha reconocido que solo después de 2016, la temporada en que Hamilton perdió el título con Rosberg, la relación con el piloto pudo consolidarse. Antes, como jefe, le tocó gestionar la dura rivalidad, tratando de mantenerse imparcial.

Wolff es el líder del equipo más dominante de la historia de la Fórmula Uno, con siete títulos de pilotos y constructores de manera consecutiva.

“Hemos construido valores en el equipo: ser honestos, leales y transparentes, capaces de decirnos verdades brutales, incluso si duele”, ha dicho Wolff, quien apuesta por la continuidad de Hamilton en sus filas, aunque todavía no ha firmado su contrato, el que expira este año.

“Por la manera en que vive, se cuida, el veganismo, el entrenamiento y la gente que lo rodea, creo que hará posible que su habilidad para rendir al más alto nivel se mantendrá más allá de la edad en que uno normalmente cree que un piloto puede terminar su carrera. Creo que a Lewis le quedan muchos años al máximo nivel”, aseguró tras la consagración en Turquia.

“Get in there, Lewis”. La frase más escuchada a través de la radiocomunicación en los últimos años en la Fórmula Uno. La felicitación, que no tiene una traducción literal, sale de la boca del ingeniero de carrera al que Hamilton llama “Bono”.

La trayectoria de Bonnington arrancó en el equipo Jordan a comienzos de siglo, para luego pasar a Honda, cuya estructura se convirtió en el equipo Brawn y este, a su vez, en Mercedes. Con las “Flechas de Plata” trabajó con Michael Schumacher, y tras la salida del alemán, reemplazado por Hamilton, continuó la labor con su compatriota.

¿Su labor? Es el que se comunica directamente con el piloto en cada sesión, dialogando sobre las estrategias a seguir y respondiendo las inquietudes de Hamilton. O simplemente calmándolo o alentándolo, según sea el caso. “It’s Hammertime”, es su otra frase típica, la que empuja al inglés a acelerar a fondo para hacer funcionar el plan de carrera.

“‘Bono’ es fantástico dirigiendo, porque siempre hay mucha conmoción en el pit, mucha gente le dice ‘haz esto, haz lo otro’ y él sabe qué filtrar. Siempre me habla con calma y eso me ayuda mucho”, reconoce Hamilton sobre su compatriota.

“Ella es una de las cosas más grandes que me ha pasado en la vida”. Así de importante es el rol de la fisioterapeuta que acompaña a Hamilton cada fin de semana.

En la TV se ve siempre: es la rubia que acompaña al piloto hasta antes de ponerse el casco y la que lo recibe cuando se baja del auto. Neozelandesa, comenzó su trabajo con Hamilton en 2016.

En el sitio oficial de la Fórmula Uno, el británico destacó las virtudes de Cullen: “Es enfocada, generosa y hace que mis fines de semana sean muy tranquilos. Siempre es optimista y eso es muy importante: tener gente que te levante, que te inspire”. Además, recordó que antes “tenía un preparador físico, pero no es lo mismo que un fisioterapeuta. Muchas veces tenía dolores musculares o en la espalda y él no podía solucionarlos”.

Cullen fue hockista hasta los 21 años, y su pasión por los deportes la trajo a Chile en 2006: “Recorrí Sudamérica en bicicleta, desde Ushuaia hasta Colombia, durmiendo en carpas. Cruzamos la cordillera 14 veces, pasé por el desierto de Atacama y el salar de Uyuni”, relata.

Luego de “divorciarse” de su padre, Hamilton pasó varios años sin un manager formal. En 2015 comenzó su sociedad con este expiloto británico, quien ahora es su asesor más cercano y está a cargo de la imagen del multicampeón, a través de la empresa Project 44, que maneja sus diversos negocios.

En la particular temporada 2020 de la Fórmula Uno, la “burbuja” de Hamilton solo constaba de dos acompañantes: Cullen y Hynes.

“Lewis nunca deja de trabajar para mejorar su marca, trabaja incansablemente para su equipo y para el deporte fuera de las pistas. Luego se sube a su auto y destruye a sus rivales”, resume Hynes.

El último proyecto en que se embarcó Hamilton es X44, equipo de la categoría Xtreme E, con vehículos eléctricos todoterreno, lo que combina dos de las grandes pasiones del piloto: las carreras y la preocupación por el medioambiente. Hynes comentó que “nunca habíamos pensado involucrarnos en las carreras de este modo, pero el concepto nos pareció muy relevante para lo que está viviendo hoy el planeta”.