Santiago de Chile.   Mar 17-09-2024
19:12

Joaquín Churchill: "Es posible volver con una medalla olímpica"

El taekwondista aspira a hacer historia en su primera participación olímpica. En el podcast Estación París de "El Mercurio" habla de todo: desde la patada de su referente Ignacio Morales que le fracturó la nariz, hasta su mayor frustración y la explicación de su inspiración en la figura del cocodrilo.
KARIN POZO/SANTIAGO 2023 VIA PHOTOSPORT
Felipe Vial31 de julio, 2024
El puentealtino Joaquín Churchill se convirtió en el tercer taekwondista masculino olímpico chileno. Sin antepasados ni parientes que hayan impulsado su pasión por la disciplina, su llegada fue casual: inicialmente se inscribió en u taller deportivo de básquetbol, pero no quedó y se inclinó por el taekwondo.
Y le apuntó medio a medio, igual como cuando lanza patadas en los combates de su especialidad.

Con 21 años ha conseguido múltiples medallas y a París llega convencido de conseguir una presea histórica para Chile.


— ¿En verdad cree posible volver con una medalla olímpica?

"Siempre hay que creer, uno no va solo a participar, se plantea objetivos. Así que es posible, nada es imposible".

— ¿El taekwondo se presta para sorpresas como esas?

"Claramente, como no es un deporte de marcas, es impredecible lo que puede pasar en un combate. La posibilidad siempre está. He tenido varias competencias internacionales contra los mismos participantes que estarán en los JJ.OO. y he logrado un buen desempeño, así que creo y pienso en que tengo posibilidades".

— ¿Quiénes son los rivales más fuertes?

"Corea, Jordania, Estados Unidos (EE.UU.) y Túnez".

— Ramón Arias, un hombre fundamental en su carrera, dijo que lo encontraba muy alto (1,83 metros) para su categoría (80 kilos) pero que sus ganas y voluntad lo hicieron clasificar.

"En América quizás soy un poco alto, pero en Europa hay varios competidores más altos que yo que quizás hasta me sacan una cabeza. Además, mientras más alto, más alcance y distancia".

— Usted comenzó en el taekwondo más motivado por el lado marcial que el deportivo, ¿no?

"Así es, comencé en el colegio siendo chiquitito y mi principal objetivo era ser cinturón negro, siempre me gustó el camino de la marcialidad. Fue un lindo proceso".

— Y fue primer dan (primer grado de cinturón negro).

"Sí, es que le agarré el gusto. Conocí gente linda y tengo muy lindos recuerdos, valió la pena".

— ¿Cómo van los estudios de educación física?

"Van bien. Obviamente voy a un ritmo mucho más lento de lo normal porque también me dedico al deporte pero van bien, lento pero seguro".


— ¿Alguna vez ha recurrido al taekwondo por defensa propia?

"Gracias a Dios no y espero nunca tener que aplicarlo afuera. Uno nunca sabe lo que puede pasar, es peligroso".

— Pero es una buena arma de defensa.

"Claro, no está de más. Pero uno nunca sabe lo que pasa afuera, quizás la gente no anda sola o tenga armas y en un segundo se puede acabar todo, así que es preferible no usarlo".

— ¿Qué importancia tuvo el Club Areté para usted?

"Un montón, fue como una familia para mí y básicamente me introdujo en el alto rendimiento de la mejor manera posible, así que le debo mucho".

— Ese club desapareció.

"Sí, se clausuró porque mis profesores Bryan Blanco y 'Betsy' (Betzabé Aravena) se fueron a Canadá a seguir con sus estudios y enseñar taekwondo.

— ¿Qué le evoca Elizabeth (Martínez), su madre?

"Básicamente es mi razón de ser, una mujer increíble a quien admiro mucho y amo de todo corazón".

— Y ha sido muy importante en su carrera, llevándolo a todos lados.

"Claro, fue mi primera auspiciadora y un apoyo incondicional. Ganando o perdiendo, siempre estaba ahí apoyándome y tirándome para arriba".

— ¿No haber peleado las medallas en los Juegos Odesur 2022 es lo más duro que le ha pasado?

"Sí, creí que podría. Hubo algunas complicaciones porque en ese evento no tenía ranking así que me pusieron al tiro con un rival fuerte que fue quien ganó la competición. Estuve ahí, a nada de ganar así que sí: me dolió mucho perder".

— Pero se sacó los balazos al año siguiente en Santiago 2023.

"Claro, tuve resiliencia y seguí dándole independiente de los fracasos. Uno no solamente va a ganar sino que tiene otro objetivo a corto plazo y hay que seguir andando para llegar a cumplir los sueños".

— Entiendo: los deportistas de alto rendimiento conviven con el éxito y el fracaso de manera permanente. Pero me imagino que las noches después de un fracaso estrepitoso son difíciles. ¿Se duerme? ¿Son solitarias?

"Es duro. A veces uno se respalda en la familia y conversa con sus seres queridos, los que siempre apoyan, para sentirse bien consigo mismo. Pero sí, el momento cuando se acaba un proceso por el cual trabajaste meses, días y horas y quedas ahí, recapitulando todo lo que hiciste para llegar y no te fue como esperabas, duele un montón. Pero hay que seguir tirando para adelante, hay muchas más cosas por hacer".

— ¿Usted cree que cambió un poco la mirada de la gente y su interés por deportes más de nicho, como el taekwondo, después de Santiago 2023?

"Imagino que sí, yo creo que se hicieron más conocidos. Por ejemplo, la gente antes no sabía cómo es el taekwondo y que se puede vivir del deporte. Gracias a los Juegos Panamericanos de Chile, los deportistas nos hicimos más conocidos y va a llegar mucha más gente porque el deporte se hizo más conocido y llamativo y capaz que más personas participen".

— ¿En algún momento de su carrera no le interesó cambiarse a otra arte marcial?

"La verdad es que no. Me encantó mucho el taekwondo, me enamoré y ahí me quedé y no me moví para ningún otro lado".

— ¿Nunca se sacó la espina de jugar básquetbol?

"A veces jugaba cuando chico. De repente voy a los parques a encestar el balón pero no, me enamoré del taekwondo y ahí me quedo".

— ¿La rutina de entrenamiento de un taekwondista es muy exigente? ¿La puede describir?

"Empieza en la mañana: llegas, generalmente haces velocidad o reacción y luego técnico-táctico y terminas con fuerza especial-específica que es como hacer patadas fuertes y, o sino, resistencia. En la tarde continúas con el trabajo físico. Eso durante las semanas, de lunes a sábados y se vuelve a repetir".

— ¿Cuánto se proyecta en el alto rendimiento?

"Es verdad que el alto rendimiento es corto ya que el cuerpo humano se exprime al límite y es duro vivir con lesiones que, si no te cuidas, pueden ser crónicas e impedirte seguir en el alto nivel. Hay que cuidarse mucho. Este es mi primer ciclo olímpico y espero estar dos más en el máximo nivel.

— Parece contradictorio: usted cuida mucho su cuerpo pero al mismo tiempo lo maltrata. ¿Qué le genera? ¿Le asusta pensar en cuando sea una persona mayor o no piensa en eso?

"Uno piensa que la vida es más larga y después hay que pararse, salir y caminar. Por eso hay que ser responsable en el día a día y si te pasan cosas el cuerpo habla y hay que escucharlo siempre y respaldarse en los equipos médicos para cuidarse y no destrozarse. Si no te cuidas, obviamente vas a quedar súper mal, con lesiones crónicas para toda la vida que incluso pueden necesitar operaciones. Hay que cuidarse, alimentarse bien y respetar los tiempos de descanso para seguir día a día".

— Usted debe mantener un peso para competir en su categoría, lo que puede generar algún tipo de trastorno alimenticio.
"Cuando pequeño yo competía en categorías más bajas y tenía que bajar un poco de peso pero nunca al extremo como otra gente que he visto. Ahora, siendo adulto, siempre competí en categorías mucho más altas y he tenido que subir de peso así que me considero un privilegiado, he tenido que comer para dar la categoría".

— ¿Cuánto pesa ahora?

"Ahora mismo estoy comiendo más, haciendo más físico y tomando suplementos alimenticios así que estoy por arriba de la categoría, que es lo recomendable para después bajar un poquito. Estoy como tres kilos arriba de mi categoría y entrenando se me hace súper fácil bajar, nunca he tenido complicaciones con el pesaje. Más que nada hay que ordenar bien la alimentación, entrenar y listo. Generalmente entreno el último día, sudo mucho y bajo dos kilos. Nunca he tenido problemas y me considero un privilegiado porque he visto compañeros matándose y dejando de comer. Es duro".

— ¿Cuál fue la patada más fuerte que recibió?

"Una vez me comí una patada en la nariz entrenando y tuve una fractura. Es la patada más dura que me ha llegado".

— ¿Quién fue el pateador?

"Fue Ignacio Morales, un deportista súper bueno y hay que estar atento siempre al entrenar con gente de ese nivel. Me tocó, pasa, es un deporte de contacto y hay golpes y hay que saber convivir con ellos".

— ¿Y la patada más fuerte que pegó?

"En un campeonato nacional pegué una patada de giro que impacta con el taco y le llegó a un tipo en la nariz. Es la patada más fuerte que he pegado. He estado practicando mucho la patada trasera, que va hacia arriba y llega en la pera".

— ¿Cuál es la mejor edad de un taekwondista?

"Entre los 20 y 24 años uno llega a su peak, a su máximo nivel. Pero en muchos eventos internacionales han aparecido taekwondistas que han sido campeones mundiales a muy corta edad. Por ejemplo, la española Adriana Cerezo ganó plata en Tokio 2020".

— Según ese cálculo, usted debería alcanzar su mejor resultado en Los Ángeles 2028.

"Claro, o en París. De aquí a Los Ángeles debería estar en mi máximo nivel".

— ¿Por qué es tan importante el cocodrilo para usted? Usted tiene una celebración relacionada a ese animal.

"Quizás no es tan importante pero es como un sello o una marca para mí. Empezó en un trabajo de psicología deportiva en el cual a todos nos preguntaron con qué animal nos sentimos representados y yo respondí con un cocodrilo porque siempre están ahí, con sigilo y calma y de repente... ¡Paf!, salen y consiguen presas grandes para cazar. Ahí muchos me empezaron a molestar y empezó la lesera de saludar así en las competencias. Ahora llegó a un nivel que no se puede controlar y toda la gente me relaciona con un cocodrilo".

Felipe Vial

es el Editor de Deportes. Fue redactor en los diarios El Mercurio y La Época, en las revistas don Balón y El Gráfico; columnista de T13 Radio y Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2014.

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