Santiago de Chile.   Mar 17-09-2024
19:12

El calor, el enemigo inmisericorde de los atletas en París 2024

Las temperaturas elevadas son una amenaza en el alto rendimiento. Los deportistas toman medidas para soslayar la variante climática, cuya alerta fue avisada mediante estudios. “Somos un radiador andante, producimos demasiado calor y tenemos la necesidad de enfriarnos”, explican los especialistas. Chalecos y cintillos de frío, geles granizados y sobre todo la necesidad imperiosa de adaptarse al calor son parte de la rutina. “Puedes perder entre el 8 y 10% de tu capacidad”, advierten.
Foto: Associated Press.
Claudio Herrera de la Fuente30 de julio, 2024
El estrés térmico es una materia que se hace familiar en el alto rendimiento. Los Juegos Olímpicos 2024 levantaron varias alarmas preventivas de cara a un verano europeo, con temperaturas que se “dispararán” según la Organización Mundial de la Salud. El Tour de Francia fue una sinopsis de aquello, con etapa abrasadoras e inclementes para Tadej Pogacar y sus perseguidores.

El mes pasado se publicó el informe “Rings of Fire: Heat Risks at the 2024 Olympics” (Anillos de fuego, riesgos de calor en Paris 2024), elaborado por la Asociación Británica para el Deporte Sostenible y Frontrunners, advirtiendo que las temperaturas promedio de julio y agosto se habían incrementado hasta 2,7°C durante el siglo que trascurrió desde la última vez que la capital gala celebró la cita olímpica. “El cambio climático debería verse cada vez más como una amenaza existencial para el deporte”, admite en el estudio Sebastian Coe, presidente de World Athletics.

“Es todo un tema, ya lo vimos en el Tour de Francia, los atletas andaban con trajes que parecían de una empresa de limpieza, con buzos para provocar esos cambios adaptativos sobre la temperatura del cuerpo (…) El calor, en términos simples, aumenta la temperatura corporal y eso provoca que tengas que gastar más cantidad de energía en termorregularse”, explica Rafael Gutiérrez, deportólogo de la clínica Meds.


Por eso la adaptación, dice el especialista, es un paso obligado. “Estar entre 10 o 14 días antes de la competencia en un lugar cálido, en condiciones similares al que enfrentarás en la prueba; garantizo que no más del 10% de los que van París lo hicieron, porque además la Villa te la abren como cinco días antes (…) El calor será incidente, depende de cuánto te deshidratas, pero en promedio tu capacidad puede disminuir entre un 8 y un 10%, y eso es mucho. Al que no se aclimató le va a costar, sobre todo en deportes de largo aliento, como ciclismo de ruta, fútbol, maratón”, observa Gutiérrez.

Utilizar los entrenamientos en calor para lograr efectos similares a los sesiones en altura asoma como tendencia. “Se trata de estimular eritropoyesis en médula ósea y con esto lograr un incremento de la masa eritrocitaria, lo que significa aumentar el contenido de oxígeno arterial y por ende, mayor VO2 máximo y mayor potencia máxima”, detalla Jorge Cajigal, entrenador de Martín Vidaurre, quien utilizó el calor en su puesta a punto tras la visita a Chile del fisiólogo noruego Bent Ronnestad, que trabaja con el Team Visma.

“La aclimatación al calor, adaptación fisiológica que implica 2-3 semanas y que va desde ajustes intercelulares (moleculares) y ajustes globales de órganos y sistemas de órganos (adaptaciones sistémicas). Esto permite un mejor control fisiológico de la temperatura bajo condiciones de hipertermia con ejercicio intenso y prolongado. La adaptabilidad al calor no se soluciona simplemente con muy buena hidratación. Un golpe de calor puede llegar a ser letal, pero lo que sí o sí afecta es la significativa pérdida de rendimiento”, propone Cajigal.


Algunos protagonistas abordan la problemática de forma más simple. A Thierry Henry, seleccionador de Francia, le consultaron por el calor durante el desarrollo del fútbol masculino y zanjó: “No puedo controlar la temperatura, pero si no pierdes el balón, corres menos y hay menos transiciones”.

Una serie de accesorios ayudan a soslayar el impacto: chalecos de frío, toallas con hielo, geles frizados e incluso indumentarias que suben la temperatura central se empiezan a familiarizar con los atletas. Esa adaptación progresiva al calor, que se puede dar en sesiones indoor, tiene algunos postulados. “Lo que dice la literatura es que no pueden pasar más de 48 sin entrenar en calor”, acota Gutiérrez.

Llegamos a París casi tres semanas antes justamente previendo calor, pero ha estado muy inestable, lluvia incluso y mucha humedad, igual seguimos la aclimatación, haciendo rodajes suaves con temperaturas por sobre los 23°Julia del Ríoentrenadora del maratonista Carlos Díaz

Julia del Río, madre y coach de Carlos Díaz, fondista que competirá el 10 de agosto en el maratón, aporta: “En la preparación en Font Romeu (Francia) nos topamos con Diego Moya y su entrenadora, Ana María Lecumberri, y ellos estaban utilizando un cintillo de frío, que baja la temperatura, funcionó bien y es una posibilidad después del km 25 dependiendo de las condiciones. Llegamos a París casi tres semanas antes justamente previendo calor, pero ha estado muy inestable, lluvia incluso y mucha humedad, igual seguimos la aclimatación, haciendo rodajes suaves con temperaturas por sobre los 23°, cada atleta se adapta distinto. También existe mucho plátano oriental y eso incide en la frecuencia respiratoria”.

“Nosotros somos un radiador andante, estamos hechos de agua, producimos demasiado calor y tenemos la necesidad de enfriarnos, por eso vivimos en equilibrio. Imagínese que aparte de la temperatura que producimos nosotros, la que le agregamos con el ejercicio y más la temperatura del ambiente, termina siendo un caos”, remata Gutiérrez.
Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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