Se llama Letsile Tebogo, nació hace 19 años en Botswana y es el nuevo rey de la velocidad junior.

Primero, fue la final de 100 metros en el Mundial Sub 20 de Cali, en la que reventó el cronómetro con 9.91 segundos, batiendo por tres centésimas la marca que él mismo había apuntado en las series del Mundial adulto de Oregon, hace dos semanas.

Luego, los 200 metros, en los que ya había avisado con récord de campeonato en las series. Este jueves, logró la medalla de plata en una definición fotográfica en la que cedió ante el israelí Blessing Afrifah.

“Es extraordinario, tiene una facilidad impresionante, corre más fácil que Usain Bolt, aunque para llegar a hacer las marcas que hizo Bolt, tienes que estar alejado de las lesiones y mantenerte sano por años”, dice Pablo Squella, récordman chileno y entrenador de atletismo.

“Corre muy natural, se nota que tiene mucho margen de crecimiento. No sé en qué proceso está en su carrera, pero por la edad que tiene, se nota que puede seguir bajando sus marcas. Tiene mucho tiempo por delante”, aporta Ricardo Roach, entrenador de Ignacia Montt, dueña de la plusmarca de Chile en velocidad.

A la edad de Tebogo, Bolt ni siquiera lucía en 100 metros y estaba más dedicado a los 200 y a los 400. En el doble hectómetro había llegado a 19.93, un registro que el botswanés está a punto de alcanzar (19.96 en la final del Mundial).

“Él debería ser ya finalista mundial y olímpico, pero tuvo un problema en los tacos en la semifinal de Oregon, pero el 9.94 que hizo en su serie debió meterlo en la final. Lo veo como recambio de la generación de Usain Bolt, Yohan Blake y Tyson Gay”, cree Roach.

Similar visión tiene Pablo Squella, quien ve una nueva camada de velocistas que comenzarán a robarse las portadas en el mundo del atletismo en los próximos años.

“Se junta él, Eriyon Knighton, (Noah) Lyles que aún es joven y varios más que van a competir y, debido a eso, seguirán mejorando sus marcas. Será un buen espectáculo para todos”, aventura Squella.

La novedad, asimismo, es la procedencia del velocista, metido en una batalla en la que habitualmente se lucen estadounidenses y jamaiquinos.

“Hay varios velocistas africanos que están apareciendo con fuerza. No solo Tebogo, sino que hay un keniata (Ferdinand Omanyala) y un sudafricano (Akani Simbine) que aparecieron con fuerza. Desde Frankie Fredericks que no había un atleta de ese continente metido entre estadounidenses y jamaiquinos”, aporta Carlos Moreno, técnico de velocidad nacional.

En tanto, Chile también marcó presencia en el Mundial. Este jueves, María Ignacia Aspillaga fue octava en su serie de 200 metros lisos (24.56 segundos) y quedó fuera de carrera en la prueba.

Sin embargo, la gran aparición de la cita caleña fue el velocista Martín Kouyoumdjian, quien logró apuntar dos veces su mejor marca personal y llegó hasta las semifinales de 400 metros, con un tiempo de 46.69 segundos, amenazando el récord sub 20 en poder de Pablo Squella desde 1982 (46.20).

“Por la pandemia y limitación de aforos no lo había visto correr en vivo. Sí había visto sus tiempos y sus progresos. Y ahora que lo vi en el Mundial, me di cuenta de que tiene para mucho más. Siento que a mi récord le quedan días y creo que bajará de los 46 segundos este año o el próximo”, admite el exministro.

Kouyoumdjian es entrenado por Cristóbal Lagos, quien lo formó en el colegio SS.CC. Manquehue. Para este año, su calendario marca el Sudamericano Sub 23 en Brasil y, dos semanas más tarde, los Juegos Odesur en Asunción.

“Tiene mucho futuro, porque tiene buena cabeza, siempre compite bien en los campeonatos grandes. Lo conozco y conozco a su entrenador y sé del buen trabajo que hacen. Hasta hace muy poco jugaba fútbol y lleva solo un par de años en el atletismo. Del año pasado bajó casi un segundo, que es una enormidad en esta prueba”, asegura Ricardo Roach, dueño del récord de Chile en la distancia.

La proyección, según los especialistas, es altísima.

“Lo cronometré mientras lo veía por televisión. Pasó los primeros 200 metros en 22 segundos, yo nunca pude hacer eso, lo que significa que tiene mucho margen para crecer, porque la velocidad ya la tiene”, avisa Squella.

“Por la manera en cómo entrena, creo que puede llegar muy adelante. No me sorprendería verlo en mundiales adultos o en Juegos Olímpicos en algunos años. Chile tiene mucho talento, hay que trabajarlo”, completa Roach.