Arley Méndez era una bomba de tiempo. El cóctel explosivo incluía lesiones, el peligro del Covid-19, el encierro, las presiones, los dolores, la marihuana, una suspensión por dopaje y una depresión. El detonador, tal vez, fue su magra presentación en Tokio 2020, donde no logró sumas válidas en la serie 81 kilos y se fue sin nada, aunque puede que haya sido solo la excusa. Al final, llorando, anunciaba su retiro del deporte, a los 27 años.

En 2013, el pesista llegaba a Chile desde Cuba. Era un muchacho alegre y entusiasta, que una vez que manifestó su deseo de quedarse en el país y ponerse la camiseta chilena abrió las esperanzas de una medalla olímpica. Con su antigua bandera había sido campeón panamericano juvenil y después, por Chile, logró ganar el Mundial de Anaheim 2017.

Pero no hubo presea en Tokio, no estuvo ni cerca y eso lo sabía el propio Arley, Pidió apenas 160 kilos en su primer intento del arranque, que no pudo superarlo después. En envión no logró levantar los 190. De seis intentos, cinco nulos.

Las lesiones conspiraron, y mucho. La de la tibia, por el roce con la barra; la de la cadera, que causa bastante dolor. Y en Japón se hizo visible otra, en una muñeca, que lo complicó mucho. “Lamentablemente no se dio, lo siento. No he podido prepararme bien, quise hacerlo bien, pero no se dio. Me voy a retirar, es definitivo, por cosas personales. Son muchas complicaciones, dolores, depresiones, ya no me siento a gusto. Me voy a dedicar a otras cosas, a salir adelante, pero pesas no voy a hacer más“, lanzó sorpresivamente Arley Méndez en la zona de prensa.

“Lo del retiro se le ocurrió varias veces, pero nunca fue en serio, fueron como arrebatos cuando le iba mal, cuando se sentía frustrado. Es que venía mal hace rato con las lesiones, han sido tres años duros. ¿Si perdió el entusiasmo? Así, cualquiera, es un deportista de alto rendimiento y de repente todo se va a las pailas. En su nivel, podría haber sacado medalla”, cuenta alguien cercano al deportista.

También afectó su rendimiento la pandemia. Su entorno señala que Méndez no salía de su pieza y que, más adelante, sufrió presiones para volver a las prácticas en el Centro de Entrenamiento Olímpico, pero Arley temía a los contagios. “Siempre me daba justificaciones para no ir a entrenar. Cuando el Mindep consiguió un pase con el Minsal para abrir el CEO dijo que no quería ir, que le tenía miedo al Covid, que tenía hijos. Ante eso nosotros no podíamos hacer nada”, comenta desde Japón el presidente de la Federación Chilena de Levantamiento de Pesas, Juan Carlos Aburto.

El pesista habló en Tokio de llegar a la depresión. Desde el Comité Olímpico de Chile aseguran que nunca supieron que Méndez estuviera pasando por problemas psicológicos. El cuerpo médico de la organización se excusa de referirse al caso por ser “un tema de índole personal”, mientras que el círculo del deportista asegura que no recibió ayuda, aunque no explicita si la solicitó.

¿Cómo pasó Méndez de ser un joven alegre y con ilusiones a un adulto con depresión al punto de querer dejar el deporte? Cristian Harthey era presidente de la Federación Chilena de Levantamiento de Pesas en 2013 y tiene una hipótesis: “Él se chilenizó, pasó a ser mediocre. Fue campeón mundial por Chile por la necesidad de ser útil para el país y después se olvidó de entrenar. Sus lesiones son comunes, fue tratado por médicos en Chile y Bulgaria y estaba de alta. Finalmente, creo que el consumismo se lo comió”.

Arley Méndez no va más. ¿Intentará alguien convencerlo de cambiar de opinión? “Creo que podría regresar. Es un talento increíble, se podría recuperar pero hay que hacer mucho trabajo psicológico, en el fondo, tiene que volver a empezar”, opinó Jaén Echeverría, parte de los primeros cuerpos técnicos que tuvo Méndez en Chile y que comentó para TVN el paso del pesista por Tokio.

No tendría mayores intenciones de retenerlo en el deporte el Comité Olímpico de Chile. Oficialmente, la institución sólo comunicó que “en estos Juegos hemos visto varios ejemplos que nos recuerdan que los deportistas son seres humanos y no siempre pueden rendir al cien por ciento. Entendemos que los deportistas de alto rendimiento están sometidos a mucha presión, por eso no es fácil hacer un análisis y menos un juicio de lo que pasa”.

Desde el Ministerio del Deporte adelantan que no van a dejarlo solo si tiene problemas de salud mental, pero será muy difícil encauzar un apoyo si no está en el sistema. La ministra del Deporte, Cecilia Pérez, comentó a “El Mercurio” que “nos preocupamos por la salud física y mental de nuestros deportistas. Arley Méndez no será la excepción y estaremos con él para ayudarlo y acompañarlo en todo lo requiera durante la evaluación respecto a su futuro”.

El apoyo en todo caso, es por el problema mental que develó Méndez. En el caso del dopaje separan aguas. “Fumé un día antes, lo hice adrede. Llevo meses que estoy cansado de esto, estoy sufriendo mucho con dolor, depresiones, no aguanto más. Espero que me entiendan”, confesó el deportista.

“Buscar a propósito un doping positivo no es una decisión correcta, sea cual sea la razón. Esperamos tener una conversación con Arley en Santiago, una vez que terminen los Juegos Olímpicos”, dicen desde el COCh. La ministra Pérez, por su parte, declaró que “nunca justificaremos ningún tipo de conducta antideportiva, menos si esta fue realizada de manera intencional”.

El levantador de pesas aseguró que fumó marihuana “adrede” antes de una competencia, y aunque pudo hacerlo para soportar algún dolor, es más claro que buscaba un test positivo para no tener que ir a Tokio. Es que en caso de simplemente negarse a participar de la justa, el Reglamento del Sistema de Becas Proddar indica que puede ser expulsado de las ayudas.

Igual terminó suspendido de las becas, pues un quebrantamiento a las normas del dopaje es razón suficiente para ello. En este sentido, lo que de acuerdo a sus cercanos lo afectó mucho fue que le comunicaran esta decisión pocas horas antes de tomar el avión. Era el detonador final, viajaba destruido, a punto de explotar.

“Nosotros hace tiempo que venimos percibiendo una desmotivación, que nunca manifestó, y no lo hizo por lo mismo que él dice, de ahí obtiene sus recursos económicos”, manifiesta Aburto.

“Me gusta competir, pero estoy sufriendo mucho, el deporte me está haciendo mal. Me iba a retirar hace tiempo, pero tengo que alimentar a mi familia, este es mi trabajo”, declaró también el deportista. Otro tema importante si va a buscar nuevos rumbos, pues en pocas semanas nacerá el segundo hijo del pesista (o expesista) Arley Méndez.