Son 333 pequeñas islas en las que viven menos de un millón de habitantes. Hay 150 países más grandes en el mundo. Pese a ello, Fiji sumó la segunda medalla olímpica de su historia, luego de quedarse con el oro en el rugby seven, repitiendo la hazaña que logró cinco años atrás, en Río 2016.

Sí, claro, Fiji es potencia mundial en la disciplina. La velocidad y potencia de sus jugadores favorece su rendimiento en la versión reducida del deporte, consiguiendo resultados que se le niegan en el rugby quince. Y cuenta con uno de los mejores jugadores de la historia, Waisale Serevi, máximo anotador del equipo y que defendió la divisa fijiana entre 1989 y 2006.

Sin embargo, parece que los aires olímpicos impulsan aún más a los fijianos, que desde 2005 no son campeones mundiales de la modalidad y que en la cita de 2018 terminaron en la cuarta plaza, probando que los cinco anillos aportan una motivación especial.

“Para mí, son los mejores del mundo. Nos ha tocado incluso compartir camarín en Hong Kong, entonces hemos sido testigos de cómo se preparan para cada partido y se te paran los pelos. Tienen jugadores muy rápidos, con mucha picardía y eso es clave en esta modalidad”, cree Edmundo Olfos, técnico de la selección nacional de seven.

En la final, se dieron el gusto de vencer a Nueva Zelandia por 27-12, actual monarca mundial del siete y potencia tanto en seven como en quince.

“Es algo que está estrechamente relacionado con la identidad nacional. Tener éxito como una nación pequeña contra viento y marea, contra hermanos mayores como Nueva Zelandia, es particularmente bueno para Fiji”, valoró el head coach del septeto, Gareth Baber.

“Hay un tema cultural muy importante en el rugby fijiano, pero también, por otro lado, les falta quizás la estructura y por eso no se consolidan en mundiales ni han logrado destacar en quince”, admite Olfos.

En tanto, en la lucha por el bronce, Argentina venció a Gran Bretaña por 17-12 y capturó la primera medalla de la delegación trasandina en Tokio.

“Fue mucho laburo el que hicimos para estar acá, pasamos por cosas muy feas, nos perdimos muchas cosas. El grupo fue lo mejor de este equipo a lo largo de estos cinco años. Tememos una alegría inmensa, no se puede describir”, destacó el capitán de los “Pumas”, Santiago Álvarez.

“Le mandé mensajes al entrenador, a quien conozco muy bien. Nosotros le ganamos a este equipo salvo por dos o tres jugadores. Es un orgullo para la región estar ganando una medalla, demostrar que estamos ahí. No era fácil ganarle a Sudáfrica pero lo hicieron y después no pudieron ante Fiji pero dieron batalla”, razona Olfos.