En Azul Azul tienen identificado el día en que Gustavo Álvarez comenzó a pavimentar su adiós: “Para el mercado de invierno solo pidió de refuerzos a Sebastián Rodríguez y Felipe Salomoni, y llegaron los dos… Le contamos, además, que estaba la opción de Eduardo Vargas y dijo ‘ya’. Y resulta que cuando no se realiza la operación se molesta. Ahí empezó todo”, confiesan en la dirigencia.

“También se quejó porque los traslados no fueron en chárter. Este año hubo nada más que vuelos directos con solo una excepción: cuando fuimos a Venezuela. Primero volamos a Bogotá, Colombia, y de ahí en chárter a Valencia”, agregan.

En Azul Azul presentían el desenlace de este lunes, aunque el discurso en la rueda de prensa previo al partido ante Coquimbo Unido tomó a todos por sorpresa: nadie sabía la bomba que el DT haría detonar.

“Siento un profundo desencuentro entre la razón y el corazón; el corazón me enamora de este club, la razón ve un profundo desgaste que paso a justificar… Los proyectos deportivos tienen que tener objetivos bien claros de acuerdo a la magnitud e historia de las instituciones. Definidos esos objetivos debe contarse con los recursos, proporcionales a esos objetivos. Y en segundo lugar, que los grandes beneficios económicos, los números azules, vayan emparejados con los logros deportivos; si no van de la mano esta diferencia la paga el entrenador, los jugadores y la sufre el hincha. Esa diferencia provocó un desgaste muy grande en mí. Tengo la energía y el compromiso para estos dos partidos, pero lo mejor par el año que viene es que la u cambie el entrenador. Es lo más saludable”.

A los directores de la concesionaria no les gustó el momento elegido por Álvarez: a un día del trascendental duelo con el campeón de Chile, clave en el objetivo de clasificar directamente a la Copa Libertadores. “Queda la impresión de que en el club no hay ambición… Todos los jugadores que llegaron fueron pedidos por él o aprobados por él. Todos los meses se paga un millón de dólares por la plantilla, la segunda más cara del fútbol chileno… Ni siquiera hubo una reunión donde nos negáramos a una petición de él”, dijeron en La Cisterna.

Álvarez prometió que no tiene ofertas de trabajo (la selección de Perú lo está tentando desde hace rato y la Roja, ahora que Manuel Pellegrini renovó en el Betis, también es uno de sus objetivos) y que terminado el torneo buscará descansar y recargar energías.

Azul Azul, en tanto, no podrá darse esa licencia, porque tendrá que encontrar un reemplazante. Y ya tiene uno en la mira: Francisco Meneghini, actual DT de O’Higgins, y quien estuvo en el club como analista de videos (2011-2013) y ayudante de Sebastián Beccacece (2016).

“Paqui” tiene contrato hasta diciembre con el equipo celeste, pero sus nuevos dueños —Grupo “Caliente”, liderado por el representante Christian Bragarnik— no lo han citado a reunión alguna para dialogar sobre una renovación.

Es más, el rumor que recorre Rancagua es que el plan es incorporar a un DT de su corral, como por ejemplo Mariano Soso.

Meneghini se mosqueó en el mercado de invierno cuando la dirigencia incorporó dos futbolistas representados por Bragarnik que él no había solicitado, Maxi Romero y Francisco González, pero siguió adelante para completar el año de contrato que había pactado con la familia Abumohor, los antiguos propietarios.