Santiago de Chile.   Sáb 18-01-2025
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Los sospechosos de siempre

Es lamentable que ya retirados, alejados de las luces y del interés que generaron en sus tiempos activos, exfutbolistas y exdirectores técnicos utilicen el pequeño foco de atención mediática que se les proporciona para intentar sobresalir de la manera más fácil: denostando y, además, mostrándose como referentes de trayectoria impecable, distinta, sacra. Ellos deberían ser, al contrario, los que iluminen caminos. Pero no, prefieren apuntar a matar.
Foto: Photosport
Sergio Gilbert09 de diciembre, 2024
No es un tema de ahora ni que se haya disparado por la explosiva y pesada influencia de las redes sociales. No. Desde hace tiempo que en el ambiente futbolero nacional existe un grupo de exjugadores y entrenadores locales, que se va renovando con el paso de los años, ligados emocionalmente en forma principal a los llamados equipos “grandes” —Colo Colo, la U y la UC— y a la selección, que tiene una sola misión: atacar la actualidad de esos clubes y de la Roja, como una suerte de francotiradores. Una especie de “elenco estable” que se autoerige como propietario de la verdad revelada y de la santidad y a los cuales los medios recurren —por el facilismo que ello implica— para encender o avivar una polémica.

Son los sospechosos de siempre, a los que se recurre cuando hay un tema más o menos polémico y a los cuales se les interroga porque tienen antecedentes.

Es fácil entender hacia quiénes se apunta. Es cosa de forzar un poco la memoria porque aparecen en todos lados y a cada rato. Contestan de inmediato los WhatsApp porque están siempre esperando ver que alguien les “está escribiendo”.

¿Un ejemplo? Lo vimos en estos días: el exzaguero de Colo Colo, de Unión Española y de la selección nacional Leonel Herrera (un habitué de estos menesteres) sentenció que Brayan Cortés “no debe volver nunca más a Colo Colo” por haber rechazado la oferta de renovación de contrato.

Insólito, por decir lo menos.

Primero porque Cortés tomó una decisión desde el punto de vista profesional más que atendible (a los 29 años, siendo arquero titular de la selección nacional, quiere probarse en mejores mercados y, por cierto, asegurar su futuro económico).

Y segundo, porque Herrera parece tener mala memoria. Él, en 1975 y aparentemente por los mismos motivos que tiene hoy Cortés (más plata, mejores perspectivas deportivas), rechazó renovar en Colo Colo y se fue a Unión Española donde fue campeón e incluso volvió a jugar una final de la Copa Libertadores.

¿Le hicieron la cruz a Herrera en el club albo? ¿Le cerraron las puertas?

Adivine. No. En 1979 volvió a Colo Colo sin que nadie lo lapidara. Siguió siendo un símbolo de los albos e incluso fue capitán.

Es lamentable que ya retirados, alejados de las luces y del interés que generaron en sus tiempos activos, exfutbolistas y exdirectores técnicos utilicen el pequeño foco de atención mediática que se les proporciona para intentar sobresalir de la manera más fácil: denostando y, además, mostrándose como referentes de trayectoria impecable, distinta, sacra. Ellos deberían ser, al contrario, los que iluminen caminos. Pero no, prefieren apuntar a matar.

Por suerte no todos son así.

Carlos Caszely, uno que sí fue grande de verdad, que siempre fue de frente, que mantuvo sus convicciones en las duras y en las maduras, puso la pelota al piso y dijo dos cosas que son las justas: que Brayan Cortés tiene todo el derecho a velar por su futuro porque cuando se retire nadie lo va a ir a ayudar, y que en un equipo como Colo Colo si se va uno, tiene que venir otro y nadie puede echarse a morir por eso.

Esa es de crack. A él hay que preguntarle…
Sergio Gilbert

es periodista titulado en la UC, especializado en fútbol. Profesor universitario y redactor en El Mercurio. En Twitter: @segj66

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