Santiago de Chile.   Jue 07-11-2024
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Y a propósito… Esta semana juega la selección nacional

Todos los que en algún momento han dudado en ir a la selección o definitivamente no han ido o se han automarginado para siempre, lo han hecho porque han debido —injustamente— elegir en base a una calendarización cada vez más nutrida y peor diseñada.
Foto: Photosport
Sergio Gilbert07 de octubre, 2024
La polémica arde en Francia. Kylian Mbappé no fue convocado por el DT Didier Deschamps a la selección francesa para los partidos de la Liga de Naciones ante Israel (10 de octubre) y Bélgica (14 de octubre). Y el entrenador argumentó la determinación aduciendo que el astro francés "tiene un problema que no es grave, pero necesita cuidados para que se recupere bien”.

Mbappé, para contextualizar, se lesionó en el bíceps femoral el 24 de septiembre jugando por Real Madrid ante Alavés, y los médicos señalaron que el tiempo de recuperación era de unas tres semanas, por lo que los plazos no le daban para los partidos de la selección.

Hasta ahí, todo bien. Pero “Kiki” recortó esos plazos y jugó algunos minutos por su equipo en la Champions (en la derrota ante Lille) y este fin de semana estuvo 70 minutos en la liga ante Villlareal.

Claro, Mbappé fue acusado de que no está motivado a jugar por la selección, lo que se suma a la renuncia ya definitiva de Antoine Griezmann a ser parte del equipo nacional francés. No hay interés de los jugadores a defender “Le Bleu”… dicen en Francia.

En Chile, cómo no, se replica la polémica.

El volante de Carlos Palacios, nominado por el seleccionador Ricardo Gareca a los juegos eliminatorios ante Brasil y Colombia, dijo textualmente la semana pasada que “he dudado (N. de la R.: Ir a la selección), porque como todos saben, siempre he querido salir campeón en Colo Colo, el año pasado no pude y ahora que está en las manos, es difícil tomar una decisión”.

Pero Palacios no solo dijo eso. También, en castellano del tipo chileno y no en idioma krio, oromo o sánscrito que,“es un daño para el jugador principalmente (tener que elegir), porque todos quieren defender a la selección y jugar en su equipo y ser campeón, entonces, me ponen entre la espada y la pared a tomar decisiones”.

Clarito. Pero los termocéfalos y los amantes incondicionales de los clickbaits, tal como en Francia, agarraron vuelo y destrozaron a Palacios, dando a entender una especie de antipatriotismo de su parte y llevando el tema a niveles básicos y hasta chabacanos.

No. Palacios no es un apátrida ni se siente más colocolino que chileno. Y tampoco Mbappé y Griezmann son inmunes emocionalmente al escuchar los sones de La Marsellesa.

Ellos, más todos los que en algún momento han dudado en ir a la selección o definitivamente no han ido o se han automarginado para siempre, lo han hecho porque han debido —injustamente— elegir en base a una calendarización cada vez más nutrida y peor diseñada por parte de los dueños de la pelota, del negocio, de los que inventan torneos, alargan campeonatos y ponen cada vez más equipos en competencia para que “rinda”.

Jugar por el equipo del propio país en una competición es tan importante para un jugador de fútbol como hacerlo por el club que lo contrató y que le paga mensualmente.

No hay malicia en decirlo ni en demostrarlo.

Establecer diferencias con bases y caracterizaciones simplonas, nacionalismos trasnochados o argumentaciones diseñadas por mentes intelectualmente débiles es no entender nada de nada.

Y no hablamos solo de fútbol…
Sergio Gilbert

es periodista titulado en la UC, especializado en fútbol. Profesor universitario y redactor en El Mercurio. En Twitter: @segj66

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