La Champions League, con su puesta en escena y un espectáculo siempre rimbombante en la cancha, baja la cortina después de 354 días de actividad. Desde los ignotos equipos de San Marino (La Fiorita), Andorra (Inter Club d’Escaldes), Estonia (Levadia) y Finlandia (Vikingur) que abrieron la fase preliminar un año atrás, con una jornada que convocó a la final multitudinaria en Estambul entre Manchester City e Internazionale.

El tricampeón de la Premier League aterriza en la definición con amplio favoritismo, reflejado en las casas de apuestas que pagan 1,5 lo apostado por el triunfo citizens, mientras la victoria lombarda se premia sobre los 6,75.

El técnico Nicolás Núñez, desvinculado de Magallanes, viajó hasta Turquía para asistir al último partido de la “Orejona” y empujado por ver en directo la obra de Josep Guardiola, técnico que después de 12 temporadas intenta volver a adjudicarse el certamen que ganó por última vez al frente de Barcelona y que después se le negó con Bayern (tres semifinales fue su techo con los bávaros) y el propio City, tras perder la final hace dos años.

“Imagino un partido completamente controlado y dominado por el City, pero a la vez el Inter entregando esa iniciativa, porque los equipos italianos mentalmente se preparan para sufrir 90’ y son capaces de sostener ese desgaste. A nivel de estrategia será un City plantado posicionalmente en campo rival con poco espacio entre el arco (de André Onana que registra 45 atajadas y 10 goles concedidos, mientras su colega Ederson exhibe 21/4) y la línea defensiva del Inter, que es donde más difícil es encontrar y generar los espacios en el fútbol, pero si hay un equipo y un entrenador que los sabe descifrar es el City de Guardiola, que encuentra ventajas en esos pocos metros (…) Pero al ser un solo partido, los equipos se equiparan , lo emocional será preponderante, el Inter va a jugar todas sus posibilidades al gran espacio que habrá a las espaldas de los defensores del City, estará cómodo con ese plan. El equipo inglés llega bien, pero siempre existe te la chance de no ganar y eso juega en la cabeza”, desentraña Núñez.

“En el Inter Lautaro Martínez, (Edin) Dzeko o (Romelu) Lukaku le dan poder extra, cuando el equipo necesita descansar se apoya en ellos; en el City me gusta mucho Bernardo Silva, que puede jugar de extremo, interno y hasta de lateral, por el hecho de comprender el juego logra hacer todo bien, hunde al rival, sostiene los ataques posicionales, interpreta cuándo ir y cuándo no, con sus presiones es capaz de anular hasta tres rivales por su inteligencia. El otro es Kevin De Bruyne (siete asistencias), termina y hace muy bien las transiciones en un equipo que no juega a las transiciones, él lo hace perfecto y le da esa variante de ataque al City cuando defiende”.

La radiografía hace al City, invicto hasta ahora, casi incontestable: exhibe más goles anotados, menos recibidos, mayor posesión, y supera en pases y remates a portería a su rival, cuya armadura defensiva está probada: en cinco de los seis partidos de eliminación directa entregó su arco limpio.

El factor Erling Haaland es letal: 12 goles tiene el centroatacante del City en la bitácora de la Champions actual, más que los tres arietes interistas (Dzeko 4, Martínez 3, Lukaku 3). Nadie en el torneo remató (40 tiros) y le apuntó más (25) a portería rival que el noruego.

La quinta final en el historial de Liga de Campeones entre ingleses e italianos, saldo que ofrece paridad (Liverpool 1984 y 2005 superando en penales a la Roma y AC Milan, respectivamente; Juventus 1985 y rossoneros 2007 vencieron a los Reds), ofrece un intrincado juego estratégico, bajo la óptica del técnico Francisco Meneghini.

“Seguramente será el City con el dominio de la pelota y el Inter agazapado, cerrando espacios; atacar una línea de cinco defensores –como la del Inter- siempre es difícil de manara posicional, el City juega 3-2-2-3 o el llamado 3-2-5, y contra rivales que utilizan cuatro defensas suele disponer cinco delanteros, y cuando la pelota entra ahí hay ventaja, pero ahora al haber cinco defensas esa ventaja no está. A veces el City contra línea de cinco se atreve con seis delanteros, no sé si lo hará en esta final, con el Chelsea lo intentó la vez anterior (final 2021), pero se terminó quitando espacios y dándole ventaja en la contra al Chelsea”, observa “Paqui”.

El técnico de Everton agrega: “Para el Inter será importante cuando tenga la pelota, la pueda cuidar, mover, que pueda hacer correr al City, que no sea solo resistir y salir de contra. El favorito, está claro, es el equipo inglés”.

El Inter, lejos de la caricatura, tiene volantes de buen manejo, capaces de llevar la pelota a lugares convenientes: el triángulo de Hakan Calhanoglu, Nicolo Barella y Henrikh Mkhitaryan, mientras al frente está el trajín de Rodri, el jugador que encabeza los registros de pases acertados (842), balones recuperados (62) y metros recorridos (123 kilómetros), reforzado por el rol de John Stones, el zaguero que sube al eje de la mediacancha para neutralizar allí los contraataques, e Ilkay Gündogan, futbolista clave en las rupturas y decisivo en la final de la FA Cup ante Manchester United.