Antes de jugar con Cobresal, el 15 de mayo, Mauricio Pellegrino no pudo contar con Leandro Fernández, pues el delantero presentaba un cuadro respiratorio que no lo tenía en las mejores condiciones físicas. Durante esa misma semana también se anticipó que el argentino tampoco estaría el sábado 20 ante Ñublense, en Chillán, y que recién en la segunda rueda volvería a ver acción, pues su cuadro había empeorado: Fernández padecía neumonía. Dicha afección llevó al trasandino a consultar a un doctor fuera del club, quien le prescribió un medicamento que encendió las alarmas en la U, pues no estaba incluido entre los fármacos autorizados para la práctica deportiva.

“El jugador sufrió una infección respiratoria que requirió un tratamiento con medicamentos específicos para su afección. Nuestro club informó debidamente el uso de estos medicamentos a la Comisión Nacional de Control de Dopaje (CNCD), el 19 de mayo. De acuerdo al protocolo, la Comisión tiene hasta 21 días hábiles, desde el 19 de mayo, para entregar una respuesta que exima a Leandro de cualquier inconveniente futuro ante los controles que se realizan en nuestras competencias oficiales… Aclaramos que Fernández no corre ningún riesgo de ser sancionado por dopaje”, explicó el club a través de un comunicado.

Los estudiantiles esperan una respuesta afirmativa de la CNCD para no perder al argentino ante O’Higgins, por la Copa Chile (21 de junio) y frente a Universidad Católica (28 de junio), cuando se completen los 60 minutos que restan por jugar en el suspendido clásico universitario del 30 de abril.

Sin embargo, al interior del Centro Deportivo Azul (CDA) reconocen que la condición física que arrastra Fernández no es la mejor y que aunque consiguiera la exención solicitada por el club, igual arriesga no estar ante los rancagüinos. “Está entrenando diferenciado, no por un potencial castigo que pudiese recibir por el medicamento que se le aplicó. Lo hace porque la neumonía lo afectó: perdió peso y masa muscular”, sostienen desde el club.

Por lo mismo, el trasandino sigue una estricta minuta y las sesiones de pesas en el gimnasio son frecuentes en su día a día. En un principio, incluso, se temió por alguna consecuencia en sus pulmones, lo que con el correr del tiempo quedó descartado.

“Se entiende que buscara alguna solución inmediata fuera del club, pues estaba en su casa cuando se sintió muy mal y decidió recurrir a un subespecialista, quien le recetó un tratamiento que fue informado inmediatamente a la comisión de dopaje”, reafirman en el CDA sobre la situación que vive el jugador, quien es considerado clave por Mauricio Pellegrino.

En otro plano, los estudiantiles agotan gestiones para conseguir un estadio para jugar un amistoso con Deportivo Cali el 14 de junio, luego de la negativa por parte de la autoridad regional de Valparaíso para autorizar el duelo en las dependencias del estadio Elías Figueroa Brander. De no poder conseguir un reducto para enfrentar a los colombianos, se evalúa cambiar de rival y enfrentar en esa misma fecha a Iquique en el norte.