Santiago de Chile.   Jue 18-04-2024
21:41

El nuevo arbitraje en el fútbol chileno

En su rol de jefe de la Comisión de Árbitros, Roberto Tobar está haciendo sentir el estilo que lo llevó a ser uno de los mejores réferis del continente y hasta del mundo: dirigir con sentido futbolístico, evitando cobrar cada roce, ignorando los reclamos y, como consecuencia, provocar que los partidos tengan más continuidad en su desarrollo y crezca el tiempo efectivo de juego.
Foto: Photosport
Alejandro Cisternas08 de febrero, 2023
Comenzó la temporada 2023 del fútbol chileno con uno de sus sellos característicos: la irregularidad. En apenas tres jornadas el único con canasta limpia es Huachipato (también Ñublense, pero con solo dos partidos jugados), todos los equipos grandes han perdido al menos un partido y los problemas derivados de la falta de estadios en Santiago se ven agravados por el deplorable estado del césped del Santa Laura, perjudicando al espectáculo y provocando desarreglos en la programación. Y eso sin contar algo en lo que el fútbol no tiene culpa: los incendios que ya han movido tres compromisos de su fecha original.

Aparte de abonarse a sus clubes, los hinchas tendrán que hacer un convenio con alguna agencia de viajes. Universidad Católica fue local en Concepción y el nomadismo de Universidad de Chile la trasladó a Valparaíso y este fin de semana a La Serena. Quizás tanto viaje es lo que tiene mareado a Mauricio Pellegrino a la hora de armar el equipo.

En este ya tradicional caótico escenario, vale la pena resaltar algo positivo. En el fútbol chileno, el arbitraje está transitando un camino interesante. Para analizar.

En su nuevo rol de jefe de la Comisión de Árbitros, Roberto Tobar está haciendo sentir el estilo que lo llevó a ser uno de los mejores réferis del continente y hasta del mundo: dirigir con sentido futbolístico, evitando cobrar cada roce, ignorando los reclamos y, como consecuencia, provocar que los partidos tengan más continuidad en su desarrollo y crezca el tiempo efectivo de juego.

Los futbolistas parecen estar adaptándose a esa idea, aunque cuesta erradicar viejos vicios. Pero también queda margen a las dudas. Como en el cuento de Pedrito y el Lobo, varios réferis han dejado de cobrar faltas fuertes por considerarlas simples roces. Hasta el momento no ha habido problemas graves por este tema, pero podría pasar. Al fin y al cabo, como lo resumió airadamente Pablo “Vitamina” Sánchez en una protesta el fin de semana pasado, no todos pueden dirigir como Tobar.

El VAR también ha reducido su participación, lo que es bienvenido. Se acabó la tendencia de tener a árbitros “descansando” en la red de seguridad que proporciona la tecnología y la herramienta volvió a aparecer solo para evitar errores groseros, como el de Piero Maza al confundir un movimiento natural de un arquero con una agresión en el partido entre Unión Española y Everton.

Eso sí, hay un hecho sobre el cual hay que poner atención, y es el espíritu que rige al referato nacional. Como declaración de principios, Tobar sostiene que la labor arbitral debe “favorecer al ataque, darle la derecha al equipo que quiere ir en busca del gol”.

Ojo con eso: el arbitraje está para poner justicia, para cobrar lo que corresponde, para ayudar a que el partido transcurra por cauces normales. Nada más. ¿Por qué los jueces deben favorecer un estilo de juego sobre otro? ¿Por qué darle un valor moral o filosófico a la forma en que se debe plantear un equipo sobre la cancha? Sí, los árbitros son parte del fútbol, pero no son los protagonistas ni los encargados de definir cómo se debe jugar. Para eso están los futbolistas y los entrenadores.

No hay que confundir los roles.
Alejandro Cisternas

es coordinador periodístico de Deportes El Mercurio. Periodista titulado en la PUC, ha cubierto eventos nacionales e internacionales de fútbol, automovilismo, golf, básquetbol, tenis y otras disciplinas.

Relacionadas
A fondo con...