Chile jugaba un duelo decisivo ante Venezuela para mantener la ilusión de clasificar al Mundial. El empate le bastaba a la Roja para clasificar al hexagonal final, pero el equipo dirigido por Patricio Ormazábal no generó una sola oportunidad clara de gol en todo el duelo y se quedó con las manos vacías.

El técnico de la roja juvenil dejó en la banca a Darío Osorio, gestor de las únicas oportunidades claras para Chile en todo el campeonato, hasta que el marcador en contra lo obligó a decidir su ingreso. “Todas mis decisiones son por los rendimientos que vemos en los entrenamientos, son decisiones tácticas”, explicó tras la eliminación.

“Estamos muy dolidos, nuestro objetivo era pasar de ronda y lamentablemente no se dio”, lamentó Ormazábal, argumentando que el Sudamericano “es un campeonato muy físico, con partidos seguidos, y muy psicológico. El equipo estuvo tenso, no competimos bien y eso te mata en este tipo de torneos”.

Empezando el segundo tiempo del partido decisivo, Yahir Salazar intentó una palomita en el área y cometió un penal absurdo, que le sirvió en bandeja el gol, triunfo y clasificación al cuadro que dirige el argentino Fabricio Coloccini.

“Hoy era nuestra final y tuvimos esa fatalidad del penal, que nos tiene muy tristes. Empezamos bien y tuvimos la posibilidad real de clasificar”, señaló el estratega chileno.

Tas el gol, Chile adelantó a sus hombres en el campo, pero al igual que en casi todo el campeonato, la Roja fue un equipo predecible, con rutas de juego muy anunciadas, o simplemente inexistentes, y una búsqueda excesiva de Lucas Assadi, el más destacado de los nacionales que apenas tuvo chispazos en Cali.

Además, la escuadra juvenil cometió errores imperdonables, como el propio penal ante Venezuela o la suspensión por tarjetas amarillas de Joan Cruz, que privó al equipo de un hombre clave en ofensiva.

Hacia el final del partido, la Roja alineó a todos los hombres en ataque posibles, pero el gol no llegó.

Venezuela se cerró en defensa apostando a los contragolpes e incluso generaron las ocasiones más claras de los últimos minutos, consagrando al portero Vicente Reyes como figura.

“Estos son partidos muy rápidos, sin preparación previa, donde solo puedes recuperar jugadores. Es un nivel muy competitivo”, trató de explicar Ormazábal.

Sin dejar pistas sobre la continuidad a cargo de la Sub 20, el DT manifestó: “Si hay un lugar donde quería estar es acá, es el máximo orgullo dirigir a Chile”.

Aún así, se trata de “un golpe durísimo en lo personal, por la pena de estar defendiendo al país entero”.

El líder del cuerpo técnico nacional finalmente reiteró estar “decepcionado por no lograr el objetivo”.