Las expectativas eran altas para ver el debut oficial de la Universidad de Chile de Mauricio Pellegrino y un estadio Santa Laura vestido completamente de azul así lo confirmaba. Una vez más los hinchas se ilusionaban con un equipo renovado en nombres, pero que en la cancha, en esta primera fecha, estuvo lejos de mostrar un fondo de juego claro o el desequilibrio que puede aportar alguna de sus figuras.

Y ese dicho acuñado tristemente en el tiempo por los simpatizantes estudiantiles, “si no se sufre, no vale”, volvió a asomar, pero esta vez sin final feliz, en la paupérrima cancha hispana. Huachipato fue un rival que entendió cómo complicar y enredar a la U. Brayan Palmezano se ubicó por la derecha para presionar la salida de José Castro y cuando su equipo recuperaba la pelota se centralizaba, ubicándose a las espaldas de Mauricio Morales, generando peligro. Además, el lateral acerero Joaquín Gutiérrez se proyectaba constantemente entendiendo que Leandro Fernández, cargado como extremo, no sentía la función de retroceder para ayudar a Castro por esa franja.

Un zurdazo de Palmezano, que Cristóbal Campos envió al córner, fue el primer aviso de que la tarde no sería fácil. Luego, un desborde del mismo Gutiérrez terminó con Nery Domínguez vistiéndose de héroe, al sacar en la línea la pelota cuando los sureños ya celebraban, y segundos más tardes Cris Martínez llegaba tarde a empujar la pelota cuando esta cruzaba el área local, con los azules rezando. ¿Y la U? Respondía con dos tiros libres de Fernández, uno fácil a las manos de Gabriel Castellón y el otro que se desviaba en la barrera, pasando cerca de un vertical.

La apertura de la cuenta llegó a los 27’, con la fórmula expuesta: Palmezano recogió una pelota en la zona media y envió un pase con ventaja para que Javier Altamirano concretara con un zurdazo ante la salida desesperada de Campos. Por suerte para la U, pasaron solo sesenta segundos para la igualdad: un centro del habilidoso Renato Huerta terminó con Federico Mateos apurando la pelota de zurda para traer el desahogo.

Aún así, a esas alturas, el circuito entre los laterales universitarios y sus respectivos extremos, así como la asociación con los volantes, no asomaba y quedaba claro que la visita, pese al gol, no sufría mayormente. Martínez anotó el segundo, pero fue anulado por offside. Pero a los 60’ un remate de Altamirano, que remeció el horizontal, fue recogido por el paraguayo para el 2-1.

En los minutos finales la U mostró hambre: un cabezazo del ingresado Cristián Palacios, un gol perdido increíblemente por Huerta, un remate en el horizontal de Morales y el posterior remate de Mateos, que Castellón envió al córner, coronaron el martirio de un equipo que demostró estar en rodaje y que terminó viendo cómo Maximiliano Rodríguez sentenciaba todo con un globito.

“Universidad de Chile, esta hinchada te quiere ver campeón”, rezaba un letrero gigante de la barra azul. Deseo que, por lo visto, hoy está lejos de cumplirse.

Mauricio Pellegrino quedó con sensaciones encontradas tras la derrota. “El rival nos hizo sufrir. Nos ganaron en los duelos y lanzamos demasiados pelotazos. En un momento nos olvidamos de jugar. El equipo entró nervioso por la situación y siento que hemos competido y luchado, más que jugado. Sus extremos se cerraban y sus laterales pasaban y te sorprendían, como en el primer y segundo gol… Nosotros no tuvimos la certeza que tuvieron ellos: tuvimos tres travesaños cuando íbamos 1-2 y el tercer gol rompió esa paridad que hubo en el encuentro. La diferencia estuvo en la efectividad: ellos acertaron mucho y nosotros poco, ahí está el mérito del rival. Competimos todo el partido, pero no encontramos el fútbol ni la solidez que queríamos. La actitud con que terminamos es la correcta, eso nos dice que vamos por buen camino”, analizó el DT de la U.

Gustavo Álvarez, técnico de Huachipato, celebró: “El equipo supo jugar desde lo estratégico, fue el partido que imaginábamos: salimos a buscar al rival, lo presionamos, y nos llevamos los puntos”.