Marquinhos no olvidará jamás la noche del 9 de diciembre de 2022. Pasarán los años, las décadas, y la película que protagonizó en Al Rayyan será una pesadilla que un montón de veces le quitará el sueño.

El reloj marcaba los 116’ cuando el defensa cruzó su humanidad a un remate de Bruno Petkovic que no suponía tanto peligro. Pero la pelota golpeó en la pierna derecha y descolocó al guardián Alisson Becker, quien intentó una volada desesperada, pero no tuvo éxito.

Era el empate de Croacia a casi nada del final.

A Brasil le había costado una enormidad ponerse en ventaja; la alcanzó recién en el tiempo extra tras una jugada construida por Neymar, Rodrigo y Lucas Paquetá. Toques rápidos y paredes constituían la única fórmula para desordenar el —hasta ese momento— invencible fortín balcánico. Celebró el ‘10’ porque era el paso a semifinales y porque significaba igualar a Pelé como el máximo anotador de su país con 77 goles.

La felicidad era completa para la verdeamarela, sin embargo, la pierna de Marquinhos obligó a definir la serie desde los once metros.

Y ahí el zaguero nuevamente fue el villano.

Es cierto que el error de Rodrygo condicionó la serie (el portero Dominik Livakovic adivinó el disparo coronando una jornada de ensueño), pero fue el jugador del PSG quien puso el punto final cuando remató cruzado, tan cruzado que estrelló el lanzamiento en el palo.

Risa y drama en Qatar.

El balonazo al vertical marcó el adiós de Brasil y la permanencia de Croacia, una selección con doctorado en alargues, porque es impresionante su registro en el tiempo adicional: en Rusia 2018 superó los octavos y cuartos de final en la definición desde la pena máxima, y triunfó en la semifinal, sobre Inglaterra, con un tanto de Mario Mandzukic en el minuto 109.

Eso, más las victorias en territorio qatarí sobre España y Brasil, esta última una misión que parecía imposible. Por eso su técnico, Zlatko Dalic, estaba tan contento. “Ha sido un gran partido; eliminamos al gran favorito y les digo a todos: esta es la verdadera Croacia. Cuando es necesario, cuando es más importante, ¡somos así! Siempre digo, nunca nos subestimen… Todos los jugadores dieron lo mejor de sí; gracias también a los que están en el banquillo y viven y sufren por lograr el éxito”, dijo.

Y agregó: “Un gran saludo a todos los croatas, disfruten, veteranos croatas, esto es para ustedes. Estoy muy contento de que nosotros, con tres millones y medio de habitantes, estemos en semifinales por segunda vez consecutiva. No somos normales… Este es un equipo con jugadores que no dejan de luchar, que no conocen el cansancio ni renuncian al esfuerzo que deben hacer para conseguir lo que quieren y merecen. Así somos los croatas”, puntualizó.

Los elogios del DT a sus jugadores, terceros en el último Mundial, no se quedaron ahí: “Solo un equipo con gran temperamento puede levantarse de una desventaja ya en un segundo tiempo extra. Y esa fuerza de carácter es lo que nos llevó a ser capaces de ganar en la serie de penales”.

Croacia sigue: ahora se medirá con otro equipo que sabe de alargues y penales, la Argentina de Messi que se ilusiona en grande.

Brasil vuela a casa: fue un día que la torcida sufrirá por años, pero que Marquinhos lamentará toda una vida.

Neymar llegó a los 77 goles con la camiseta amarilla y entró a la historia del fútbol brasileño, porque igualó a Pelé. Pero el récord como máximo anotador no importaba nada. La eliminación fue un golpe demasiado bajo para estar celebrando conquistas individuales.

“Difícil, difícil encontrar palabras para consolarnos en este momento. Hay que intentar encontrar fuerzas para seguir, por más que sea difícil. ¿Yo? Tenemos que ver lo que pasará en el futuro, pero está claro que no estaré para el próximo Mundial”, sostuvo el delantero de 30 años con indisimulada pena.

El entrenador Tite, quien confirmó su alejamiento de la banca de Brasil, declaró: “Es una dolorosa derrota, pero estoy en paz conmigo mismo. Es el fin de un ciclo. Había dicho que dejaba el cargo hace más de año y medio, no soy un tipo de dos palabras. No estaba jugando para ganar y luego haciendo drama para quedarme, quien me conoce lo sabe”.

Sobre su legado, Tite situó: “El tiempo puede responder mejor. El dolor, por muy humano, coherente, consciente que pueda tener, toca la emoción. No estoy en condiciones de evaluar el trabajo realizado. Con el tiempo se hará”.