Todo sirve para ganar. Las recetas son infinitas. Y los estilos de las selecciones anotadas en los cuartos de final de la Copa del Mundo lo ratifican.

Desintegrada la selección española en los penales ante Marruecos, el torneo se quedó sin el exponente más puro del juego de posición, aunque los especialistas advierten en otros escudos algunos rasgos de esa línea. “Brasil tiene algo de aquello, pero más por intuición de sus jugadores que por una orden estratégica. Ellos hacen rotaciones, logran buena conservación de balón y un orden que lo da una buena secuencia de pases, eso le permite recuperar rápido la pelota cuando la pierde, porque básicamente Brasil ataca mucho, y con tanto volumen que el rival de turno va quedando atrás, hundido, y cuando logra recuperar la pelota está lejísimo del arco rival”, expone Nicolás Núñez, el entrenador de Magallanes y ferviente seguidor del juego posicional.

No es casual que de las selecciones que quedan en competencia, el "Scratch" sea el que más remata a puerta: suma 30 disparos al objetivo de un total de 70 intentos.

“En esta instancia se están observando distintos estilos de juego, algunos proponen un protagonismo a través de la tenencia del balón, algunos con un ataque más posicional, otros apuestan a ceder la pelota y atacar los espacios, hay equipos de transiciones, no existe una sola fórmula para ganar”, referencia Vicente Muglia, analista del diario Olé argentino.

“Las selecciones están tratando de jugar un poco de acuerdo a la cultura que identifica a cada país y no traicionarse haciendo algo distinto. Argentina es un equipo que propone un ataque más funcional que posicional. Este último suele darse con extremos o laterales avanzados, con el rol de fijar por la banda a los laterales del equipo rival, todo a partir de una distribución geográfica en el campo, en que cada uno ocupa una zona puntual (ataque posicional); en el ataque funcional la organización no parte de las posiciones sino del rol que cumplen los jugadores organizándose a partir de donde se encuentra la pelota, propone un juego asociado, se trata de juntar pases y desequilibrar a partir de ese juego combinativo. Un juego donde está abierta la posibilidad de la gambeta, y no tanto ese juego de control y pase que vemos en los futbolistas españoles. Esta selección argentina rescató esa esencia, que nosotros denominamos "la nuestra", que es ser cultores del toque, pero también de la gambeta, del engaño, de la búsqueda de posesiones más que posiciones fijas, un juego que Argentina lo hace bien por el perfil de sus jugadores”, detalla Muglia.

“El concepto más importante que nos deja el Mundial hasta ahora es la importancia de las transiciones”, observa Christian Godoy, analista de rendimiento y docente del INAF. “España lo sufrió, porque tenía transiciones muy lentas. El cambio de ritmo es fundamental ante rivales agrupados en un bloque bajo, la alternancia en el juego y las improvisaciones para generar espacios son clave, que es también la gran carencia que tiene la selección chilena. Francia e Inglaterra son equipos de transiciones brutales, se repliegan muy bien y salen atacando a gran velocidad. Lo hace Marruecos, Holanda, Croacia a ratos. A Brasil lo distingue el buen manejo del balón, pero le suma cambio de ritmo, improvisa, y logra una presión post pérdida eficaz producto de la cantidad de gente con la que ataca. A Argentina le cuesta generar, pero tiene a (Lionel) Messi”, completa.

El rosarino es uno de los que más pateó al arco en el torneo con 19 disparos, solo superando por el galo Kylian Mbappé (20). Ambos tienen más remates a portería que todo el equipo neerlandés (14) y marroquí (11). “La ventaja que tiene hoy Francia con Mbappé es mucha, es como cuando el Santos tenía a Pelé”, calibra el mundialista Leonardo “Pollo” Véliz.

Núñez se detiene en la escuadra británica de Gareth Southgate, la más goleadora del certamen (12 tantos) junto a Portugal. “Inglaterra tiene una influencia del City y del Liverpool, ataca directo pero de tres cuartos hacia arriba tiene patrones muy claros, con diagonales y rupturas de los interiores, con (Jordan) Henderson y (Jude) Bellingham; antes el equipo inglés dividía históricamente la pelota, ahora en cambio hay más valor por el balón, no da lo mismo como se terminan las jugadas. Hay jugadores que tienen el sello de esos entrenadores (Guardiola y Klopp): Henderson, (Raheem) Sterling, (Jack) Grealish, (Phil) Foden, el mismo (Bukayo) Saka con Arteta en Arsenal…”.

Los consultados ubican a Países Bajos como uno de los equipos “estratégicamente más sólidos” de los ocho en carrera. De Marruecos, que prepara resistencia ante Portugal, “se valora el compromiso defensivo, cuando el balón lo tiene el rival en una banda, hacen basculaciones rápidas y dejan muy poco espacio entre líneas, porque repliegan todo el equipo en 20 metros”. El tono de los africanos se refleja en los números: es el equipo que menos goles recibió (1), el que menos anotó (4) y también el más escuálido en pase completados (1.102).

El analista Godoy también marca el diseño táctico que predomina en defensa: “Hay una tendencia a utilizar la línea de cuatro, dos tercios de las 32 selección tenían ese diseño y de los ocho en carrera siete juegan con línea de cuatro, la excepción es Países Bajos, que utiliza línea de tres o de cinco cuando retroceden los laterales Dumfries y Blind”.

Luego añade: “Otra tendencia es la ubicación mayoritaria de los equipos en bloque medio bajo, salvo cuando Arabia tiraba la línea del offside, o Japón a ratos puntuales presionaba por una cuestión estratégica; los equipos si no recuperan de forma rápida, todos retroceden. Se privilegia estar bien parados en defensa, pocos aparecen defendiendo corriendo hacia atrás o en igualdad numérica. Y al tener equipos bien parados y ordenados, hay pocas infracciones y menos acciones de balón parado, reduciendo el número de goles en pelota quieta, disminuyó considerando que en el último Mundial alcanzaron el 45%”.