De acuerdo a las estadísticas de FIFA, España alcanzó una posesión del 63%. Su rival, Marruecos, apenas llegó al 21%, en tanto un 16% se considera “en disputa”.

Así y todo, y según el mismo registro, el equipo de Luis Enrique disparó dos veces a puerta. Los africanos, por su parte, totalizaron tres. “¿De qué sirve tanta posesión si no tienes profundidad?”, se pregunta Jorge Contreras, exvolante de la Roja.

Y sigue: “Si todos quieren tener la pelota y tocarla, y no hacerle daño al rival, esa posesión no sirve de nada. Es la confusión que se crea con los famosos porcentajes de posesión. La gracia del fútbol es hacer daño al rival y meter la pelota en el otro arco. España insistió en ser el que mejor maneja la pelota, pero sin los jugadores adecuados para terminar una jugada”.

Ricardo Dabrowski, campeón de la Copa Libertadores con Colo Colo, reflexiona: “El resultado es el que manda, independiente de las formas. La tenencia es bárbara, pero si no se concreta… A España no le sirvió manejar tanto el balón. Marruecos aguantó, no dio espacios y terminó ganando por penales. Luis Enrique intentó por todos los caminos, pero los que deciden son los jugadores. Al final hace entrar a Sarabia, quien tuvo el gol; entonces la visión del entrenador estuvo bien, pero el jugador no respondió. Todo lo que imagina un técnico, lo que lee durante el partido, se realiza si los jugadores desarrollan una idea. Pero al final, claro, el responsable siempre es el entrenador”.

“Las tendencias las genera la continuidad. En su momento, Grecia ganó la Eurocopa, pero quedó en eso. Tuvo el logro, pero no generó escuela. Uno siempre quiere pensar que las cosas buenas y positivas generan escuela. Lo de Marruecos lo veo como momentos. Si juega así lo que queda de Mundial, no creo que gane todo, porque para ganar hay que generar. En la primera fase, de cuidar el arco, está bien. Y no hay que restarle méritos a eso”.

Para Osvaldo Hurtado, “España cayó en una exageración, porque cerca del área hay que rematar. Exageraron la posesión. Si bien el cierto el gol llega por consecuencia del juego, es uno, como jugador, el que determina hasta dónde llega. Le faltó hambre, como decían los técnicos antiguos, no tuvieron hambre de gol. La tenencia es buena, pero el abuso no sirve”.

Contreras cree que la apuesta africana “es una muestra de lo que pueden hacer los equipos inferiores con disciplina y orden táctico. En este Mundial ha quedado demostrado en varias situaciones. Lo he conversado con gente del fútbol: cuando el rival es superior, te ordenas, eres disciplinado y puedes complicar. Pasó con Arabia y Argentina, con Japón y Alemania, con Camerún y Brasil. Se pueden dar, pero para eso tienes que hacer el partido perfecto”.