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Mbappé y la copa que lo puede consagrar como el mejor jugador del mundo

El atacante francés de 23 años protagoniza un torneo de alto vuelo, con un desequilibrio fuera de norma. ¿Es el futbolista más determinante en Qatar? Los expertos lo debaten. Una aceleración única que lo distingue y también la autoconfianza de un “niño prodigio”. Un viaje a la biomecánica de un futbolista capaz de acelerar como ninguno. Le asemejan un repertorio a “O Fenómeno” Ronaldo. “Lanzado, es imposible de frenar”, se rinden los que saben.
Foto: Associated Press.
Claudio Herrera de la Fuente03 de diciembre, 2022
“Kylian no tiene ego”, decía a principios de semana el seleccionador galo Didier Deschamps, un intento quijotesco del técnico por blanquear la personalidad de Mbappé, acaso el jugador más determinante de la Copa del Mundo 2022. A despecho de que construye fama de presuntuoso, aumentada por sus tensiones de convivencia en el vestuario del Paris Saint-Germain y por restarse de sesiones publicitarias con ‘Les Bleus’ en desacuerdo de los derechos de imagen (sigue sin hablar en las zonas mixtas de Qatar), el atacante protagoniza en torneo descomunal: en los dos encuentros que fue titular, ante Australia y Dinamarca, la FIFA le premió como el jugador del partido. Y los minutos que ingresó frente a Túnez fue un factor desestabilizador para los africanos.

Lleva tres goles en el certamen —totalizando una bitácora mundialista de siete tantos en 10 jornadas— además de una asistencia. Es el futbolista galo con más remates (15), centros (21) y recepción entre líneas (72).

“Es una de las figuras del Mundial, sin duda”, razona Alberto Márcico, exatacante argentino que jugó y consume la Ligue 1, y todo el devenir del seleccionado galo. “Mbappé tiene un físico privilegiado, es alto, rápido, fuerte y su mayor condición es la velocidad y la definición a la carrera, porque tiene muy buen golpe de pelota, es capaz de patear fuerte o colocarla. Es la gran carta de Francia, de los mejores del mundo, pero no te diría el mejor, no está a la altura de Messi o Neymar aun, pero junto con (Erling) Haaland va a reinar en los años que vienen. Posee una calidad terrible, lanzado es imposible de frenar, tiene muy buen pie, puede tirar una pared, dar un pase decisivo o definir. Tiene todo: es claro, fuerte, rapidísimo, hace goles, es bravo”, amplía el exfutbolista de Toulouse.


El descaro de “Donatello”, que así le apodan, para desnivelar al máximo nivel tiene su raíz en la determinación que lo distingue de pequeño. “Si bien en todos lados aparecen niños que pintan para crack, después en el camino pocos lo consiguen. Kylian siempre fue visto así, su familia lo consideró como un niño especial, un niño prodigio y puso altas expectativas en él, ha tocado instrumentos, aprendió idiomas, jugó fútbol, no sé si tenía grandes condiciones para todo, pero él siempre ha tenido mucha confianza en su capacidad”, contextualiza el Antoine Maumon, periodista de L’Equipe a cargo de AS Monaco, club en que se formó el ariete.

“Mbappé creció con la idea de que podía ser bueno en varios ámbitos, confía en su potencial y no se pone barreras de lo que puede alcanzar. Para él nada es imposible, debutó a los 16 años en Monaco (récord del club), a los 18 años hizo ganar a su equipo en la cancha de Manchester City jugando Champions (octavos, 2016/2017), no es nada del otro mundo; ganó con 19 años el Mundial y ahora conquistar el segundo es un objetivo hasta normal para él”, completa Maumon.

Consultado por la dimensión del francés, el exatacante José Luis Villanueva acota: “Viajé al Mundial, pero no he visto todos los partidos como para decir que ha sido el mejor, pero es crack, completo, un “Fenómeno” Ronaldo, tiene las mismas condiciones aunque sin la capacidad de jugar de espaldas que tenía el brasileño. En el resto, y en el mano a mano, es imparable. Dos contra uno (en el duelo) es muy difícil de parar, tres contra uno puede perder, pero varias veces pasas”.

El sprint de Mbappé es materia de estudio. En el Mundial alcanzó techos de 35,2 y 34,7 kilómetros por hora en velocidad, ante Dinamarca y Australia, respectivamente, aunque a nivel de club sus registros se documentan en 37,6 km/h.

Hay deportistas que aceleran muy rápido, pero no sostienen esa aceleración en el tiempo, vemos que él hace tramos de hasta 60 metros, mantiene la aceleración e incluso la aumenta, es muy difícil agarrarloRony Silvestreespecialista en biomecánica de Meds

“En la partida generalmente los futbolistas más bajos tienen una mayor tasa de aceleración, porque el centro de gravedad más abajo entrega mayor estabilidad y permite romper la inercia; en el caso de Mbappé llama la atención que siendo alto (1,78 metros) muestra una alta tasa de aceleración. Además, siendo muy hábil con el balón conserva esa aceleración, una combinación que tampoco abunda. En su caso tiene un sistema neuromuscular muy eficiente para que las fibras tipo 2, que son solicitadas para estos movimientos, se pueden contraer muy rápido. Ahí existe un componente genético, además de esas fibras optimizadas por el entrenamiento, y también un componente racial, porque la gente negra es más eficiente al utilizar estas fibras. Además, él es aceleración y potencia. Hay deportistas que aceleran muy rápido, pero no sostienen esa aceleración en el tiempo, vemos que él hace tramos de hasta 60 metros, mantiene la aceleración e incluso la aumenta, es muy difícil agarrarlo”, diagnostica Rony Silvestre, jefe del laboratorio de biomecánica de la clínica Meds.

—¿El cambio de dirección en la carrera también lo define, Silvestre?

“Eso tiene que ver con la percepción y agilidad mental, que son otras cualidades, de ahí su variado cambio de dirección. Eso significa que el músculo se acorta y se alarga, pasa de una fase a otra con rapidez, se llama una contracción concéntrica al acortarse y excéntrica cuando se alarga, eso determina el cambio de dirección y Mbappé lo tiene optimizado al máximo. Veo que repite una jugaba muy antigua, cuando tira el balón hacia su derecha y arranca, ante defensas muy preparados ganar el uno contra uno es muy difícil, pero como sale de la inercia cero y acelera muy rápido, el rival no es capaz de seguirlo. Es muy potente”.

La cacería sobre Mbappé, que el atacante suele resolver con aceleración y gambeta. Foto: France Press.

El especialista lo confronta con su compañero del PSG. “Si comparas a Messi y al francés, el primero tiene su gran aceleración en diagonal y eso le ha dado mucho rédito cuando se acomoda a su perfil (izquierdo), mientras que Mbappé lo supera en la aceleración lineal”.

El portal The Coach Voice, en análisis al Mejor Jugador Joven en Rusia 2018, adjunta una constante del galo cuando define: “Si está bajo la presión de un defensor que lo persigue, Mbappé alarga el paso antes de intentar rematar, dándose más tiempo para evaluar la posición del portero. Si tiene más tiempo, acorta el paso para que su tiro sea más rápido y, por lo tanto, más difícil de leer para el meta”, detalla el análisis.

Polonia lo espera en octavos de final, el cuarto de los siete obstáculos que cuenta la travesía francesa en Medio Oriente. “Sé lo que quiero hacer, a dónde quiero ir y no dejaré que nada me perturbe”, ha dicho Mbappé, que escala veloz a la cima. No es cuestión de ego, reitera Deschamps…

Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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