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Selección chilena: Es lo que hay

Es necesario enjuagar el paladar entonces, entender que la época de gloria ya pasó y exigir de acuerdo a los futbolistas que hay y no a los imaginarios que están grabados en la memoria reciente. La escasez de alternativas para relevar a la “Generación Dorada” obliga a fijar metas congruentes con esa realidad.
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Felipe Vial29 de septiembre, 2022
Por el nivel futbolístico que enseña y por la desesperanza que provoca, la actual selección chilena debe ser una de las más discretas de los últimos 20 años. Asumir esa realidad es el primer paso para sacarla del pantano en el que está entrampada desde que en octubre de 2017 quedó eliminada del Mundial de Rusia, marcando el fin de uno de los ciclos más brillantes de su historia y el comienzo de un camino zigzagueante, erizado y siempre decreciente, hasta tocar fondo en los últimos amistosos con Marruecos (0-2) y Qatar (2-2).

Es necesario enjuagar el paladar entonces, entender que la época de gloria ya pasó y exigir de acuerdo a los futbolistas que hay y no a los imaginarios grabados en la memoria reciente. La escasez de alternativas para relevar a la “Generación Dorada” obliga a fijar metas congruentes con esa realidad. Es una selección que se alimenta de uno de los torneos más pobres de Sudamérica —basta revisar el rendimiento internacional de los equipos chilenos en los últimos años—; de una pléyade de futbolistas que ya no juegan en la élite sino que en la segunda y hasta en la tercera línea europea, y de los viejos estandartes que a pesar de estar quemando las últimas energías de siguen siendo insustituibles: es impensable un recambio prescindiendo de esa camada excepcional. Es cosa de recordar quiénes salvaron el honor frente a los qataríes (goles de Alexis y Vidal) y la añoranza permanente de los ausentes: esta vez, nunca dejaron de hablar de Claudio Bravo, de Eduardo Vargas y Mauricio Isla. La parvedad de materia prima ha retrasado el cambio generacional, aunque cada tanto asomen figuras como Víctor Felipe Méndez, el jugador más refrescante de la última gira.

La contrariedad es que sin entregar soluciones que el representativo pide a gritos, el DT Eduardo Berizzo se ha convertido en parte del problema: en los cinco partidos que lleva al mando, su dibujo se descompuso en la cancha, no tuvo respuestas en la adversidad, su escuadra se vio desorganizada y confundida en la táctica: la posición de Alexis Sánchez fue una entelequia, aunque dio la impresión que fue el delantero y no el entrenador el que decidió dónde y cómo jugar los partidos de marras.

Pese a todo, sería un despropósito condenar a Berizzo en estas incipientes alturas de su gestión, solo que debe recuperar la claridad de sus años dorados en O'Higgins y también trazos de la influencia que supone haber nacido técnicamente al alero de Marcelo Bielsa, para detener la campaña de espanto que para la desgracia de la Roja ha prolongado desde que conducía a Paraguay.

Asumiendo que pasará mucho tiempo antes de volver a ver una generación como la que conquistó el bicampeonato continental, la misión de Chile ahora es formar un equipo digno, que no pase vergüenzas ante rivales superiores y que hasta pueda sorprender de tarde en tarde. Si “Toto” Berizzo cumple ese objetivo —en el que el fortalecimiento físico de sus jugadores debe ser el eje central, porque el problema endémico del fútbol chileno ha recrudecido—, avanzar a la Copa del Mundo no asoma como un objetivo titánico ni sobrenatural. Al revés: debe ser el piso.

No olvidar un hecho esencial: al Mundial de EE.UU., Canadá y México 2026 pueden clasificar hasta siete de los diez países de la Conmebol. Si la Roja no llega, será la eliminación más humillante pero también la menos dolorosa de la historia, porque es muy distinto quedar al margen de una Copa del Mundo cuando hay savia de sobra —como ocurrió con Chile en 2018 y con Colombia en 2022—, que cuando no se puede jugar porque no hay nomás.

Felipe Vial

es el Editor de Deportes. Fue redactor en los diarios El Mercurio y La Época, en las revistas don Balón y El Gráfico; columnista de T13 Radio y Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2014.

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