Santiago de Chile.   Vie 19-04-2024
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2013, el año en que la ANFP de Jadue y Etcheverry se cruzó en el camino de Michael Clark

El desembarco en la U del controvertido Mauricio Etcheverry, exmano derecha del calerano, no es casual. El lazo comenzó en 2013, tiempo en que la ANFP de Jadue pidió un crédito de US$30 millones a dos bancos, uno de ellos Penta, el primer trabajo de Michael Clark vinculado al fútbol. El empréstito fue a parar a los clubes, entre ellos al Curicó de Pablo Milad y el Rangers de Jorge Yunge, actuales habitantes de Quilín. Hoy, Etcheverry hace lobby con el gerente de ligas y la comisión de árbitros de Quilín.
Antonio Valencia18 de agosto, 2022
Los pasillos hablan. Los de Quilín, por cierto, también. Y en menos de siete días vieron pasar a un viejo conocido con total soltura: Mauricio Etcheverry, exbrazo derecho de Sergio Jadue, pieza clave en la estrecha relación con los clubes que componían, votaban y recibían caudales de dinero gestionados por el calerano.

Etcheverry no perdió el tiempo y comenzó el trabajo para el cual fue contratado a honorarios por Azul Azul sin que se enteraran en el directorio de la concesionaria, ni siquiera los directores designados por Sartor, según admitió Roberto Nahum.

Etcheverry fue fichado por la U de Michael Clark como lobbista, dada su amplia cartera de contactos, pero no solo para conseguir estadios para ejercer la localía. También para reunirse con actores clave de la actual ANFP: la semana pasada, cuentan conocedores de esos pasillos, fue recibido por el gerente de ligas, Yamal Rajab, jefe del estamento que se encarga de las programaciones de los partidos, un funcionario que el propio Jadue llevó a trabajar a la ANFP.

Y este jueves, según reveló Redgol, Etcheverry sostuvo una cita con la cúpula de los árbitros, que encabeza Patricio Basualto.

En el edificio de Peñalolén narran que Etcheverry volvió a territorio conocido “como Pedro por su casa”, y que en rigor lo hizo para marcar presencia y también para reencontrarse con antiguos interlocutores, como el propio Pablo Milad y Jorge Yunge, ex directivos de Curicó Unido y Rangers, respectivamente, en los tiempos en que Jadue dirigía el balompié nacional.

Etcheverry, como eficiente jefe de gabinete, se reunía periódicamente para atender las necesidades de los clubes que eligieron y reeligieron a Jadue.

EL CRÉDITO


Una de las grandes gestiones en la ANFP del, a la postre, confeso corrupto que espera sentencia en Miami por el FIFAGate, fue conseguir un crédito para cubrir agobiantes deudas con los factorings que tenían sus electores.

El dinero fresco no fue poco: US$30 millones otorgados por dos instituciones financieras, BBVA y Penta.

En ambos trabajó Michael Clark, actual presidente de Azul Azul. En el primero lo hizo entre 2004 y 2011, y en el segundo es donde, coincidencia o no, surgen varias historias cruzadas.

“Michael Clark tuvo diversos roles en Penta, el banco de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín. Durante cuatro años dirigió el área de Debt Capital Markets, donde tuvo su primera experiencia con el negocio del fútbol: asesoró a la ANFP en materias financieras”, escribió el diario Financiero en noviembre pasado.

“Fue en esos años en que conoció a personajes de la ANFP. Porque además de Jadue y Etcheverry, en ese directorio estaba Alex Kiblisky, hermano de Patrick, ex dueño de Ñublense que después recibió la asesoría financiera de Redwood Capital, firma creada por Clark cuando se independizó tras el escándalo de las platas políticas del banco Penta”, comentan conocedores de la historia.

El actual presidente de la U trabajó hasta 2015 en banco Penta.

“Clark fue quien llevó a Etcheverry a Azul Azul”, afirman cercanos al club. Y lo hizo sin pasar por el directorio. Hoy el ex mano derecha de Jadue juntó dos mundos con un apretón de manos y una asesoría que, a cada paso que avanza, levanta más controversia.

En Azul Azul corroboran. Clark conoció a Etcheverry en esos años y Clark, efectivamente, como jefe del área de estructuración del banco Penta gestionó el millonario crédito que, finalmente, fue repartido entre los clubes, a razón de un millón de dólares para cada equipo.
Antonio Valencia

es redactor de Deportes El Mercurio.

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