Pocos segundos de paz en La Florida. Quizás los 17 del inicio, justo antes del apagón de las luminarias, que obligó a congelar en 25 minutos el reinicio del partido, pero nada más.

El resto, lucha, mucho choque y también estrategia, porque en escena estaban dos escuadras de técnicos inquietos y flexibles. Ariel Holan retomó el diseño matriz de sus tiempos más felices en el club (4-1-2-3) y Juan José Ribera optó por un diseño espejo, apostando a muchos duelos. Osvaldo Bosso bien cerca del juvenil Bryan González, Matías Sepúlveda sobre César Pinares y Jorge Henríquez cayendo en la zona de Luciano Aued, ubicado esta vez de volante central.

Cancha sintética y eso significa regular los envíos. El pase al pie era mejor negocio que la búsqueda al espacio. Lo entendió mejor la visita, un poco más profunda en el inicio, con José Pedro Fuenzalida, que lanzó dos buenos centros antes de la media hora. Y también hay que saber caer: las rodillas de Clemente Montes, sangrantes, acusaron la dureza del piso.

Audax Italiano resistió con buenas armas, pero tuvo poco circuito para llegar al arco del meta Sebastián Pérez, que no atajaba desde la Copa Sudamericana.

La UC, combativa bajo la lluvia permanente, logro el desnivel en una pelota parada, tras una falta que consiguió Pinares cuando se iba la primera aparte. Jugó rápido la escuadra franjeada para Alfonso Parot, lo suficiente para evitar que los zagueros itálicos lograran escalonarse para proteger la zona, y apareció Branco Ampuero para conectar el centro desde la izquierda y vencer al portero Tomás Ahumada, rompiendo entre el posicionamiento tardío de Fabián Torres y Germán Estigarribia (45’).

Ribera movió las piezas tras el descanso: dispuso línea de tres con el ingreso de Pablo Alvarado, se descubrió atrás y adelantó líneas. La UC entendió la nueva escena, se endureció en defensa y metió dos bien rapiditos –Gonzalo Tapia y Fabián Orellana- para la descarga ofensiva. Y lo tuvo dos veces, primero con el “Chapa” Fuenzalida y después con Tapia.

Audax empezó a perder jugadores: salió Luis Riveros, tras un choque con el “Zanahoria” Pérez, y también Roberto Cereceda abandonó con molestias físicas. Pero los cambios obligados no mermaron la energía itálica. Fabián Torres ganó un par de pelotas aéreas en el área cruzada y en uno de ellas Alvarado remeció el travesaño tras una contorsión (76’). Holan se desgañitaba con gritos y correcciones para un colectivo todavía inestable en el juego y que cae en lagunas irritantes. Un zurdazo de Nicolás Aedo, sobre el final, casi arruina la obra cruzada.

La UC, acorralada y sin juego, terminó desfigurada muy cerca del arco propio y arañando la ventaja. Los ingresos agónicos de Ignacio Saavedra y Daniel González (casi regala el empate cuando Michael Fuentes le robó un balón) son testimonio de una resistencia de emergencia. El tanto de Fernando Zampedri, tras tiro libre de Orellana, cuando la jornada perecía, decoró un guarismo holgado en demasía. La Copa Chile, el torneo que ofrece rédito directo sin importar las flaquezas del año, lo exige.

El líder de la B, Magallanes, sacó una buena ventaja en su visita a Universidad de Concepción: se impuso por 2-0, con goles de César Cortés (64’) y David Salazar (79’, de penal), en el Ester Roa.

“A pesar del estado de la cancha, siempre tratamos de proponer, de controlar el juego. Tenemos que seguir encarando los partidos con la misma seriedad, no hay que conformarse con la diferencia que hicimos”, comentó “Chester” Cortés sobre el duelo jugado en el esponjoso terreno penquista.

En el local, Gonzalo Lauler lamentó que “por un par de desconcentraciones nos terminaron convirtiendo. Fue un partido parejo, pero ellos fueron más certeros que nosotros”.

El escolta del torneo, Cobreloa, igualó sin goles en su visita a Santiago Morning en La Pintana, pese a jugar con un jugador más la última media hora por expulsión de Fernando Manríquez (61’). De todos modos, los naranjas tendrán la ventaja de la localía en la revancha.

“Enfrentamos a un rival intenso, que nos hizo daño en la pelota parada y además la cancha estaba muy barrosa, en Calama ojalá sea un partido más atractivo. Allá vamos invictos, en la altura nos hacemos fuertes para asegurar la llave”, valoró el ariete David Escalante.

Los ganadores de ambas llaves se enfrentarán entre sí para definir a un semifinalista.