Santiago de Chile.   Mié 24-04-2024
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Las historias desconocidas de cinco momentos eternos en la vida de San Carlos de Apoquindo

El sábado 20 de agosto, cuando Universidad Católica juegue con Audax Italiano por la Copa Chile, se acaba un ciclo. Un ciclo inolvidable que duró 34 años y donde convivieron la risa y llanto, las alegrías y las tristezas, los triunfos y las frustraciones. Será el fin, pero en la memoria colectiva quedará una zaga de relatos que el hincha del fútbol recordará por siempre: la inauguración, el récord de Luka Tudor, el título de la Sudamericana, el funeral de Raimundo Tupper y el milagro del Clausura de 2016. Adiós San Carlos, bienvenido el estadio más moderno del país.
Foto: Photosport
Raúl Neira13 de agosto, 2022

JUVENAL OLMOS: “SE CONSTRUYÓ UN AÑO SIN PERMISOS, MEDIO ESCONDIDO”

4 de septiembre de 1988, la fiesta de apertura

“Quizás pocos lo saben, algunos hinchas se olvidaron o muchos ni siquiera habían nacido, pero la UC iba a tener su estadio en el cerro San Cristóbal. Hubo una primera piedra, incluso. Hicieron un proyecto para seis mil personas, pero se dieron cuenta que quedarían cortos. Cuando pensaron en más gente no tuvieron algunas autorizaciones. Y los dirigentes tuvieron que buscar un terreno arriba, en San Carlos. Construyeron un año sin los permisos municipales, medio escondido. Empezó en 1987, uno de los años más bonitos de mi vida, uno de los más importantes: me vine de Bélgica, me casé, nació mi hija Valentina y fuimos campeones. En el club nos dieron la opción de colaborar con la construcción y yo aporté con dos sacos de cemento. Un día fui al estadio con la ‘Vero’, mi esposa. Apenas se observaba la edificación del estadio, era pura tierra, no había pasto, pero sí la demarcación de los arcos. Como éramos un matrimonio joven, buscamos algo para darle fuerza a la relación. Y se nos ocurrió escribir una carta con deseos: que nos fuera bien, que podamos surgir, salir adelante… Fue una carta bien bonita. Ya hecha la quemamos y la metimos en un sobre. Nos metimos a la cancha, hicimos un hoyo de un metro y la enterramos en el arco norte. No sé si habrá sido casualidad o no, pero el primer gol de un jugador de la UC en San Carlos fue en ese arco y fui yo, a Fernández Vial; en ese arco Arturo Norambuena metió el 1-0 en el primer título local que ganamos, y yo más encima siendo técnico, y en ese arco hice el gol a Saprissa, por la Interamericana, cuando el partido se iba… Antes de la inauguración, Alfonso Swett, el presidente, se mandó un discurso para llorar: habló de lo que significaba el estadio para los hinchas, la importancia que tendría un recinto como éste en la historia y dijo que el primer jugador de la UC en hacer un gol tendría una placa. El ‘Arica’ (Osvaldo) Hurtado y Luka Tudor le pegaban de todos lados. Había compañeros cerca, pero no daban el pase. Y yo, que no hacía muchos goles, terminé siendo el primero, aunque partidos después. De la placa nunca se supo… Tener un estadio propio es un sentido de pertenencia único. Uno ve los pasillos de honor y ahí están las imágenes de quienes fueron la raíz del club: Néstor Isella, Alberto Fouillioux, Sergio Livingstone, Ignacio Prieto…”.

Los primeros bocetos de San Carlos: apenas se observan las escaleras, la maquinaria y no mucho más. Foto: Cruzados


LUKA TUDOR: “EL AÑO DE LOS SIETE GOLES ME PREPARÉ CON EL RUSO QUE TRABAJÓ CON TOMÁS GONZÁLEZ”

21 de noviembre de 1988, el récord de tantos en un partido

“En 1993 estuve muy complicado por las lesiones; no venía bien armado. Hice un trabajo específico con un entrenador ruso, Evgeni Belov, quien trabajó con Tomás González. Le metí y le metí. Me preparé bastante. Dos partidos antes de jugar con Antofagasta se pelearon Jorge Vásquez con Juan Carlos Almada, en un entrenamiento. Sacaron del equipo a Almada, que había sido goleador de la Copa Libertadores de ese año, y (Ignacio) Prieto me hace jugar en Osorno. Lo hice bien, entonces seguí de titular. La energía universal me acompañó el día del récord, el 21 de noviembre, porque me llegaron muchos rebotes y tuve en Rodrigo Barrera a un asistidor extraordinario. Mis compañeros estuvieron muy bien, fueron súper generosos. Hice tres en el primer tiempo y cuatro goles en el segundo. Terminó el primer tiempo y dije ‘listo, hice la pega’, pero fueron saliendo más. No escuchaba lo que decía la gente, no tenía idea del récord. Recuerdo que (Horacio) Rivas, cuando hice el sexto, me dice ‘empataste el récord’. En ese minuto para mí, honestamente, no era relevante, lo importante fue que los goles me aseguraban la titularidad para el próximo partido. Ya en el camarín, los periodistas, que en esa época podían entrar, me decían que Julio Martínez me quería de invitado en Futgol, otros me querían en el Zoom Deportivo. Al otro día me vi en los diarios, en la semana en la revista ‘Minuto 90’... Recuerdo que Marco Cornez, arquero de Antofagasta, estaba muy triste, muy quemado. ‘Así es la cosa… Cada vez 21 de noviembre me harán alguna nota… Tremendo amigo, lo quiero, lo adoro, su partida fue muy dura”.



‘BETO’ ACOSTA: “PENSAMOS QUE LA IDA CON EL SAPRISSA SERÍA MÁS FÁCIL… PELLEGRINI ESTABA ENOJADÍSIMO”

1 de noviembre de 1994, la Interamericana y la primera vuelta olímpica

“Cuando fuimos a Costa Rica, para jugar con el Saprissa, siento que los menospreciamos un poco. Pensamos que iba ser más fácil, porque estábamos en un muy buen nivel en la liga local. Y nos comimos un buen bife de visitante… Igual, no sabíamos mucho de ellos; hoy, al minuto sabes cómo juega el rival. Nos hicieron los goles rápido. Manuel Pellegrini quedó muy enojado, enojadísimo, era el más enojado de todos. Había que cambiar de local si queríamos ser campeones y el partido no fue fácil, más allá del resultado. Se nos complicó después de ir ganando 2 a 0, nos comemos el descuento y llegamos a lo último, cuando Juvenal Olmos hizo el gol. Ya en el alargue fuimos mejores y terminamos ganando con claridad. No fue fácil ganar ese título, el único internacional que tiene la UC. Para nosotros es un honor, pese a que muchos dijeron que entramos por la ventana porque Sao Paulo no quiso jugarla, pero igual éramos los subcampeones de América. Recuerdo que el ‘8’ de ellos (N. de la R: Benjamín Mayorga) pegaba mucho, nos peleamos y cuando terminó el primer tiempo le saqué el cintillo que tenía… Fue una broma, pero se la tuve que devolver porque el árbitro me dijo que me iba a expulsar. Igual me echó después. El título fue un justo premio para un gran equipo. No pudimos en el plano local, porque nos topamos con una U que estuvo a la altura de las circunstancias, pero sin duda fue uno de los mejores equipos en los que jugué”.



RODRIGO GÓMEZ: “QUE EL FUNERAL DEL ‘MUMO’ FUERA EN SAN CARLOS GENERÓ ALGO DISTINTO EN TODOS”

22 de julio de 1995, el dolor más grande

“No viajé a Costa Rica en esa fatídica gira de 1995: me quedé en Santiago tratándome un desgarro… Cuando llegó Raimundo lo llevaron a una iglesia en Las Condes. Y cuando estábamos en la misa, Gonzalo Mardones, director de la Católica, dijo que lo mejor era que el funeral fuera en San Carlos. Fue impresionante llegar al estadio y ver la cantidad de gente; porque uno está acostumbrado a ver gente cuando hay partidos, no en otro tipo de situaciones. Lo otro increíble, es que me di cuenta de la trascendencia del ‘Mumo', porque no solo había gente de la UC, sino de otros equipos, de todos. Estaba la barra, sí, pero había mucha gente del fútbol. Recuerdo a muchos curas... Fue una despedida muy linda, muy distinta, pero muy ad hoc a lo que era Raimundo. Recuerdo que los maestros rompieron un arco y con eso hicieron la cruz que está en el cerro. Gracias a eso hay una conexión constante, sin que sea invasiva. Cada vez que voy al estadio uno se da cuenta que el ‘Mumo’ sigue ahí. Sí reconozco que fue difícil volver a jugar en esa cancha después del funeral, muy raro, pero al final el fútbol tiene la mecánica de la competencia y ya cuando uno hace el calentamiento como que se supera un poco. Es lo bueno y lo malo. Que sea el funeral haya sido en San Carlos generó algo distinto para cualquiera. Y entiendo que ha sido el único que se realizó en un estadio. No me olvido de la salida al cementerio. Fue muy lindo, con la carroza fúnebre acompañada por muchísima gente en un recorrido muy largo, pero del cual siempre me acuerdo”.

Un dolor que no supo de camisetas. El 22 de julio de 1995, Raimundo Tupper es despedido por casi diez mil personas en el estadio de la UC. Foto: El Mercurio


CRISTIÁN ÁLVAREZ: “ÍBAMOS A JUGAR CONTRA AUDAX Y PENSABA ‘A QUÉ VIENE ESTA GENTE, QUÉ VERGÜENZA…’”

30 de abril de 2016, el título que puso fin a las maldiciones

“Le ganamos a Universidad de Chile 2-1 en San Carlos y estaba todo bien. Igual no era decisivo, sobre todo pensando en lo que nos había pasado en los años anteriores, en las mismas instancias finales. Sentíamos la presión. Y viene San Luis en Quillota (caída 1-0 en la Región de Valparaíso)… La vuelta fue de las más feas que hemos tenido: pasamos a comer a un hotel y nadie se habló. Yo terminé de comer y me paré de la mesa. Todos nos paramos y nos fuimos. No nos queríamos ni ver. ‘Otra vez los mismos fantasmas’, pensé. Tenía vergüenza de ir al otro partido, con Audax Italiano. Era un tema mental, futbolístico ni tanto. Íbamos camino al estadio y no podía creerlo al ver la cantidad de público: ‘¿A qué viene esta gente?, qué vergüenza’. Cero esperanza. Y más encima iba a la banca. O’Higgins era local, tenía ventaja en la tabla, tenían todo para ser campeones. Por si fuera poco, empezamos perdiendo. Pero en el entretiempo las cosas cambiaron, éramos otro equipo, había otro ambiente. O’Higgins caía 2 a 0 y pensamos que lo podíamos ganar, que podíamos dar vuelta nuestro partido, que la posibilidad era clara. Si bien era difícil, no era imposible… Y la gente fue clave, levantó al equipo. Si miras el partido jugamos muy mal, pero hubo temperamento, fuerza. Fue increíble. Veo las imágenes y se me paran los pelos… Yo estaba con Franco (Costanzo) y me dolía la cabeza de tanto gritar. Hablábamos con la gente, preguntábamos cómo iba el otro partido. El ‘Nico’ Castillo llevó un celular para ver el CDF, escondidos. Vino el gol del ‘Chapa’, corrí a celebrar con Cristopher Toselli y se me apagó la tele. Me dolía el pecho de la emoción. Ese título, el del Clausura 2016, fue el destape. Nosotros lo hablábamos: el día que ganemos un titulo seremos campeones muchas veces, porque había un gran trabajo de toda la gente, muy profesional, muy concreto. Lo único que nos faltaba era ser campeones. Y ese abril por fin se nos dio”.


Raúl Neira

es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.

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