Santiago de Chile.   Vie 19-04-2024
19:17

Berizzo versión 2022: un entrenador mejorado en Europa, con la esencia intacta y rasgos que lo diferencian de Bielsa

Para referenciar el modelo del “Toto” hay que ir a la médula de O’Higgins y Celta de Vigo, los equipos donde mejor sostuvo su idea. El alero de su mentor genera discordia. “Nunca ha jugado como Bielsa”, opinan algunos. “Tiene cosas de él, pero ha mutado”, estiman otros. “Tiene una inteligencia por sobre la media, ahí está su fortaleza”, refrendan testigos. Su matriz del 4-3-3, el recurso de las persecuciones individuales, la capacidad de gestionar emociones en un vestuario y también la mano dura en situaciones extremas.
Foto: Reuters.
Manuel Eduardo Berizzo (52 años) será presentado este lunes como nuevo seleccionador de Chile. ¿Es el mismo técnico que logró un inédito título de O’Higgins hace nueve años? “Claramente ha tenido una evolución, llega mejorado como entrenador, con demasiada experiencia y recorrido en clubes de segundo escalón europeo (Celta, Sevilla, Athletic), llegando incluso a semifinales de Europa League (con los de Vigo ante Manchester United, 2016-2017), maduro, aunque sin alejarse de su esencia. Eduardo es sumamente inteligente, intelectualmente está por sobre la media, ahí está su fortaleza. Asumir la Roja es para él como volver al origen, pero reforzado en madurez”, confidencia un testigo que conoció desde adentro el ciclo del técnico en Rancagua.

“No tengo dudas de que Berizzo está mejorado, su experiencia con (Marcelo) Bielsa, en O’Higgins, lo que conoce el fútbol chileno, lo que sienten los hinchas por él, todo lo que ha crecido es muchísimo”, sintetiza Facundo Sava, técnico que sucedió al cordobés en el “Capo de Provincia” y uno de los amigos que le dejó la actividad.

Después de trabajar en el fútbol chileno Berizzo sumó la vivencia de 190 partidos al frente de conjuntos españoles (incluida Champions y Europa League) y otras 31 jornadas con el seleccionado paraguayo (clasificatorias a Qatar 2022 y dos ediciones de Copa América). Pero también aprendió fuera de la cancha. Superó un cáncer de próstata durante su estadía en Andalucía y a su manual de decisiones también le sumó mano dura: separó por indisciplina a Fabián Orellana en Balaídos y al galo Steven N’Zonzi en el “Nervión”.


“Su llegada a la selección es muy acertada. Humanamente es lo que necesita el futbolista chileno: la exigencia, pero también esa comunicación efectiva y clara, y él la tiene. Conoce la idiosincrasia para poder convencer y entusiasmar al futbolista de brindarse por amor al juego y no solo por el dinero. Posee buen manejo de grupo, sabe gestionar las emociones de un vestuario”, observa Hugo Vilches, que colaboró en tareas “menores” de análisis con el coach en el ciclo de Bielsa en Juan Pinto Durán.

“Se trata de un trabajador minucioso, donde todos los detalles importan, su metodología seguramente es parecida a la de Bielsa, en su momento —con O’Higgins— fue el único que le pudo competir a la mejor U de Sampaoli. Pero su gran potencial está en la conducción de grupo, la convicción que transmite, el liderazgo”, refrenda el exmeta Roberto González, suplente en el equipo celeste que se coronó en el Apertura 2013.

Su vínculo férreo con Bielsa y posterior desapego en matices del juego será materia infinita de debate en los próximos meses. El propio exdefensor lo zanjó en el diario La Nación de Argentina, en 100 preguntas que le concedió a Diego Borinsky. “¿Qué tomé de Bielsa? En lo macro, la planificación y organización. El método de entrenamiento y la ejercitación son parecidas, yo también tengo mis ejercicios y estructuro la semana de manera diferente. En el juego, tal vez la presión, la manera de recuperar, de hacerte dueño de la pelota, son los mismos patrones generales, más allá de ir más o menos rápido hacia arriba, con más o menos elaboración, pero a grandes rasgos quiero asumir el control del partido y quitar la pelota lo antes posible, no me gusta sentirme dominado”, remarcó.


Vilches da más pistas: “No sería bueno compararlo con su mentor, que tiene características muy específicas, cada uno tiene su identidad (…) Cada uno aplica la teoría a partir de cómo sentimos el fútbol, pero también cómo sentimos la vida y las relaciones humanas. Eduardo nunca ha jugado como Bielsa, quedó claro en España donde tuvo un fútbol muy bueno”.

“Los equipos de Berizzo tienen más basculación con la pelota, son menos verticales, donde mejor volcó su idea fue en O’Higgins y Celta”, dice un conocedor del coach. “Al principio en Rancagua era más vertical, pero después fue matizando, entendiendo los momentos del juego. Pero ante todo Eduardo es valiente, lo primero es ir al arco del frente y no te obliga a eso, te convence, que es muy distinto. Recuerdo que con Sevilla le hizo grandes partidos a Liverpool (Champions 2017-2018)”, agrega González, hoy en el staff técnico de Unión San Felipe.

Su diseño táctico de cabecera es el 4-3-3. Lo explicó el propio DT. “Uso un 4-3-3 modificando el medio de la cancha. Me gusta la línea de 4 para salir jugando con volantes que se muevan y delanteros que bajen y se transformen en volantes, y laterales que sean defensores, pero que luego se transformen en delanteros. No me gusta la rigidez de los esquemas” (La Nación, enero 2020).

El “Tucu” Hernández fue pieza clave en dos etapas de Berizzo: O'Higgins y Celta. El zurdo jugó en el medioterreno del equipo celeste que salió campeón junto a César Fuentes y Braulio Leal, mientras en Balaídos compartió línea con el danés Wass y el serbio Radoja. Foto: France Presse

Cuando llegó a Sevilla, hubo algunos puristas que repararon en las persecuciones individuales que hacía el Celta del argentino en la mediacancha al perder la pelota. Oscar Arias, el director deportivo que lo fichó, tuvo que salir a aclarar aquella faceta: “Él no es partidario de las marcas individuales como tal. Es un técnico al que le gusta atacar y para atacar una de las premisas es recuperar el balón pronto. Entonces tienes que ir a por el contrario en su campo. Si quieres hacer presión tienes que fijar pares. En el inicio de esa presión evidentemente cada uno tiene que seguir al suyo, pues si no, no existe la presión. Y la presión no es correr todos detrás del balón, sino que uno presiona al poseedor y los demás persiguen a los posibles receptores. Esa es una de las premisas de su juego. ¿Qué ocurre? Que en Vigo, según me comenta él, sus propios jugadores le pedían cada uno responsabilizarse del suyo y no cambiar ni permutar porque conllevaba riesgos”.

“Berizzo es mucho del 4-3-3: el medio con un volante central y dos interiores o invertir el triángulo a dos mediocentros y uno más libre. En un principio en O’Higgins sí se veían marcas individuales en momentos del juego, pero eso te genera desorden y físicamente es muy exigente, demasiado, su ideal es doblar marca con presión, ser agresivos en la zona, y siempre doblar”, apostilla González.
Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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