Quiso decir adiós vestido de corto, en la cancha. Se infiltró varias veces para completar la primera etapa del torneo. Sin embargo, el físico que tantas alegrías le dio a él y a la afición no aguantó más: una pubalgia que arrastraba por meses terminó precipitando su retiro: Esteban Paredes, el artillero récord del fútbol chileno, deja el fútbol profesional a los 41 años.

El viernes pasado, ante Unión Española, ingresó como titular y a los 63’ lo reemplazó Cristóbal Marín. Fue su última vez. Los dolores persistieron. Entonces no le quedó otro remedio que hacer caso a los consejos médicos: “Si sigues jugando, cuando tengas 50 años no vas a poder caminar”, le dijeron.

“Listo, se acabó”, reflexionó el insigne artillero a comienzos de la semana que termina. Total, ya había cumplido el último sueño pendiente: volver al Monumental, recibir el cariño, la devoción de la hinchada colocolina y despedirse frente a su familia.

Poco antes de jugar ese día, eso sí, volvió a infiltrarse. “La última vez que entrenó en forma más o menos normal fue antes del partido con Universidad de Chile. Después no. Después fue reposo, kinesiología y cuidarse para estar contra Colo Colo. Nada más. No podía. Quería, pero no podía”, precisan en Coquimo Unido, club que ya le encontró un reemplazante a Paredes: Ignacio Jeraldino.

En los últimos meses, el “Tanque” visualizó que la cuerda estaba a punto de agotarse. Por eso inició los cursos de entrenador, a los que asiste online un par de veces por semana; y también de gestión deportiva. En Pedrero están atentos a su futuro, especialmente Aníbal Mosa, el principal accionista de Blanco y Negro (ByN). “Después de colgar los 'chuteadores', puede venir a trabajar al Estadio Monumental en labores directivas, operativas, o en lo que sea, bienvenido sea”, ha dicho el directivo.

Mosa es el dirigente en el que más confía Paredes. “Cuando estaba en México y negociaba con Colo Colo le dije ‘ven, si falta algo yo me hago cargo’”, revela el directivo. Desde entonces forjaron una amistad que no se rompió cuando ByN le abrió las puertas de salida en febrero de 2021. El plan del accionista es que el ahora exdelantero sea un “embajador” de la institución, algo parecido a lo que hacía Diego Rivarola en Universidad de Chile.

Lo primero, en todo caso, es que la concesionaria apruebe el cargo que, en su momento, estaba pensado para Carlos Caszely, pero que nunca prosperó. “No deberían existir problemas”, confiesan en la sociedad alba.

Mientras, el zurdo comenzó la operación traslado. Como no participará en el partido ante Curicó Unido, el tiempo lo está destinando para trasladar sus cosas desde la Cuarta Región a la capital. La aventura en el puerto se acabó, igual que su prolífica carrera deportiva: 221 goles en la Primera División del fútbol chileno.

Se retira un goleador fenomenal, nace la leyenda.