Este viernes se realizó el consejo de presidentes de la ANFP para definir las bases del campeonato nacional de 2022. Y un tema clave era la forma en que se iba a manejar un posible brote de covid-19 en un club.

En 2021, la normativa fue “jugar como sea”, lo que llevó a casos como el de Colo Colo, que debió enfrentar con juveniles a Ñublense y Audax Italiano; o Curicó Unido, que se presentó con una banca mínima ante La Serena.

La doctrina para la próxima temporada se modificó radicalmente. Tal como está ocurriendo en el fútbol europeo u otras ligas, no habrá partidos si los clubes no cuentan con suficientes futbolistas.

El nuevo artículo en las bases dice así: “En caso de que exista entre sus jugadores un contagio masivo de covid-19 y/o contactos estrechos determinados por la autoridad sanitaria, y el club no cuente con un número mínimo de 10 jugadores profesionales habilitados, el directorio de la ANFP deberá suspender el partido”.

La norma fue aprobada por unanimidad. Lo mismo ocurrió cuando se revisó el Artículo 89°, Descenso por sanciones, por desafiliación o expulsión: “En el evento que durante el desarrollo del campeonato un club fuera sancionado con la pérdida de la categoría, expulsión o desafiliación, se entenderá, para todos los efectos, como el último de la tabla de posiciones al término del campeonato, contabilizándose todos los partidos que hubiere disputado o que le restare por disputar, como perdidos por un marcador de 3x0, salvo que dicho equipo rival hubiere obtenido un triunfo por una diferencia mayor”, reza la norma aprobada.

Además, se zanjó que ahora —a partir de lo ocurrido con Melipilla— el plazo para denunciar a un club será de cinco días hábiles desde ocurrido el hecho.

¿Otro cambio? También se puso término a una prohibición que duró una década: si antes un técnico no podía dirigir a dos clubes distintos en el mismo torneo, en 2022 podrá hacerlo, siempre que entre uno y otro contrato haya 60 días de diferencia.

La determinación siempre fue polémica: la permisiva y la prohibitiva.

La primera, porque distorsionaba un campeonato al permitir que un DT dirigiera, por ejemplo, un equipo en el primer semestre y otro en el segundo con “información privilegiada” del rival en caso de pelear un partido relevante.

La segunda, porque la prohibición afectaba la libertad de trabajo de los entrenadores.

El origen de la norma se sitúa en 2012, con la llamada “Ley Basay”, que desde entonces prohibió a un técnico dirigir dos equipos distintos en un mismo torneo, que fue lo que ocurrió en 2011 cuando Ivo Basay fichó por Colo Colo el mismo año en que había encabezado a O’Higgins.

El cambio de equipo de Basay generó todo tipo de líos, quien quiso explicar su decisión en una rueda de prensa en el recinto celeste, pero el club le negó el acceso: afuera, un grupo de hinchas esperó al “Hueso” con billetes falsos de mil pesos a modo de protesta.