Santiago de Chile.   Jue 25-04-2024
13:52

Pulgar y Brereton lideran la resurrección de la Roja que sigue soñando con Qatar

Con dos goles del volante y otro del atacante nacido en Inglaterra, el seleccionado de Chile superó a Venezuela, trepó al sexto lugar de las clasificatorias y quedó a tres unidades del repechaje. La matrícula en la próxima Copa del Mundo se mantiene en estado crítico, pero la “generación dorada” invita a creer. Y a soñar.
Foto: Photosport
Raúl Neira15 de octubre, 2021
Ganar o ganar. Risa o drama. Vida o muerte. No había otra para Chile.

Después del descalabro ante Perú, en una de las noches más terroríficas del último tiempo, escenario ideal para destruir todo, cortar cabezas y refundar todo, la Roja enfrentó dos partidos cual trapecista sobre la cuerda floja: una equivocación, un descuido, y la caída sería mortal. La victoria a Paraguay, el día de la esperanza y de la ilusión, debía ratificarse ante Venezuela.

Fue ganar, fue risa, fue vida.

Apoyado otra vez por diez mil almas, afónicas de gritar los 90 minutos, el equipo de Martín Lasarte no jugó un partido de colección, brilló mucho menos que en la jornada del último domingo, pero en las clasificatorias más difíciles del mundo los tres puntos se cotizan en oro.

Nuevamente en una noche de máxima tensión, era urgente un tranquilizante que permitiera aflojar los nervios. Respirar más calmados. Jugar sin el peso que demanda la condición de equipo eliminado de la próxima Copa del Mundo.

Erick Pulgar no una, sino dos veces, tenía la llave de la felicidad. Fue en situaciones calcadas: córner de Alexis Sánchez y golpe de cabeza superando la marca de Tomás Rincón. Uno de cada esquina: en el primero apareció destapado por el medio, en el segundo en el palo más alejado del portero Wuilker Faríñez. Rápido 2 a 0 que permitía de todo: jugar con la desesperación del rival, ceder el terreno, liquidar de contra, hacer correr la pelota y hasta meter un par de cambios.

Panorama ideal, justo y necesario. Era una pausa en medio de la vorágine de días de infarto.

Las condiciones mentales eran muy distintas a cómo arrancó el compromiso frente a Paraguay o la previa ante Venezuela; el marcador a favor invitaba a instantes de serenidad, de traspasar la inquietud. Chile dejó venir a su rival y la Vinotinto mordió el anzuelo. Ben Brereton, en otra performance que atesorará por mucho tiempo, corrió sin pausas y liquidó el asunto con un tiro sobre la humanidad de Faríñez, indefenso ante el poder de fuego del enemigo.

El resto físico ya empezaba a pasar la cuenta. Sebastián Vegas abandonó por dolores musculares, Arturo Vidal terminó fatigado, Brereton lo mismo y Sánchez terminó enredado porque las piernas ya no obedecían lo que pedía la mente. Venezuela, en tanto, demostró por qué cierra el lote sudamericano: gran fragilidad defensiva, poca marca en la zona media y nulo poder ofensivo. Claudio Bravo asomó bien entrado el segundo tiempo para contener un remate de distancia.

Y sería.

Benjamín Brereton, en una corrida memorable, anota el 3 a 0 final. El delantero aportó con dos goles en los seis puntos que sumó la Roja. Foto: Photosport

Si hasta Eduard Bello, que en la competencia local es de los buenos, y frente a Ecuador había estado a la altura de las circunstancias, se contagió del mal juego de su escuadra y resultó sustituido.

El externo de Deportes Antofagasta no pudo doblegar la marca de Vegas, perdió en todos los duelos y su presencia pasó inadvertida. Brayan Hurtado, otro conocido, pues juega para Cobresal, aportó más ganas, pero no otra cosa.

“Que se paren los chilenos, que se paren los chilenos”, fue el coro final de un estadio que ayudó a creer en lo imposible. Y la “generación dorada”, que sabe de hazañas, que sabe de momentos heroicos, que sabe de conquistas únicas, aportó su clase para registrar canasta completa y avisarle al mundo que Chile está más vivo que nunca.

Que se niega a morir, que peleará hasta que el corazón no dé más.

Lo que viene, como lo que ya pasó, será de miedo. Paraguay, ahora con técnico nuevo, es el próximo escollo. Y la Roja volverá a plantarse cual equilibrista sobre la cuerda floja.


LAS CLAVES TÁCTICAS QUE INCLINARON LA BALANZA A FAVOR DE LA ROJA



La titularidad de Valdés

Martín Lasarte sorprendió con la estelaridad del volante de Santos Laguna, porque Marcelino Núñez y Pablo Galdames eran las cartas que se postulaban para relevar a Charles Aránguiz. Criticado y ajusticiado por su poco aporte a la Roja, Diego Valdés jugó el mejor partido desde que defiende a Chile y transformó pifias en aplausos. Flotando como interior ofreció un repertorio distinto al que había mostrado la selección: pelota al piso, pauta, aceleración, características que Venezuela nunca leyó. El diestro se retiró ovacionado.


El indescifrable Brereton

El jugador de Blackburbn Rovers volvió a jugar para el equipo y no para el lucimiento personal. Arrancó de ‘7’, pero luego apareció por donde Chile atacaba; ayudó en labores defensivas, facilitando enormemente el trabajo de los defensas, y colaboró en pelotas aéreas aprovechando su estatura. Con la salida de Luis Jiménez se ubicó como nueve clásico, posición que los defensas de la Vinotinto no pudieron leer, pues no se entregaba a la marca, sino retrocedía y buscaba arrancar con viento a favor. Los técnicos lo calificarían como un jugador táctico, de esos que gustan y suman votos en cualquier cuerpo técnico.


Extremos de poco peso

Ante Ecuador, Venezuela fundamentó su fútbol, y posterior victoria, en el trabajo de los externos Eduard Bello y Darwin Machís. En San Carlos la propuesta no funcionó: el primero fue neutralizado por Sebastián Vegas y el segundo jamás pudo con la fortaleza física de Mauricio Isla. Ni siquiera pudieron intentar el uno contra uno y terminaron más preocupados de defender que de acercarse a Bravo. Destacable trabajo de los laterales de Lasarte.


Pulgar, el patrón

Cuando los cálculos eran negativos tras la suspensión de Charles Aránguiz, Erick Pulgar demostró el por qué es el volante que más ha progresado en el último tiempo. Posicionado de ‘6’ tuvo la suficiente inteligencia para hacer jugar y realizar las coberturas cuando Valdés y Arturo Vidal quedaban en posiciones ofensivas. Jugando a un toque dio salida clara, aportó dos goles y se comió, futbolísticamente hablando, a Adalberto Peñaranda, el creador de los venezolanos.

Raúl Neira

es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.

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