El 12 de junio pasado, el mismo día en que Alexis Sánchez se enteró que estaba desgarrado del gemelo izquierdo, en la Roja asumieron que su presencia en la Copa América estaba complicada. Y más que eso: complicadísima.

La lesión muscular pronosticaba un tiempo de recuperación superior a la primera fase del torneo continental, es decir, con viento a favor el tocopillano podría estar habilitado para los cuartos de final que arrancan el 2 de julio. Esa alternativa, al menos, dejaba abierta la información oficial.

La interna, claro, reunía otros ingredientes. La seguidilla de infortunios musculares a los que Antonio Conte, en ese entonces técnico del Inter de Milán, aludió más de una vez, obligaban a ser más cuidadosos en la rehabilitación.

Han pasado las jornadas y en Santiago, porque es ahí donde está mejorándose el goleador histórico de la selección chilena, siguen convencidos de que es mejor tomarse las cosas con calma. La recuperación de Sánchez va de acuerdo a los plazos establecidos, pero varios factores estarían impidiendo su participación en el torneo.

Martín Lasarte ha recalcado que las condiciones en Brasil no son las mejores. El mal estado de las canchas, tema criticado por la mayoría de los protagonistas, y el calor están teniendo un rol preponderante en los distintos rendimiento. “Salir de una lesión complicada, porque cuando la zona está afectada genera dolor y dificultad para desplazarse con facilidad, y disputar un partido de alto nivel, en superficies pesadas y con altas temperaturas, no es lo ideal”, confidenciaron en la Roja.

El ejemplo de Arturo Vidal es otro factor que analizan en el cuerpo médico. “Todos saben la tremenda capacidad física que tiene. Pero el no haber terminado bien la temporada, con el tema de la operación, y el covid, no le ha permitido rendir como acostumbra. Con Alexis puede pasar lo mismo. Y no queremos eso”, detallan.

Hay último punto, no menos importante.

Tras la Copa América, en septiembre, Chile enfrenta un tramo decisivo en sus aspiraciones de clasificar a la próxima Copa del Mundo, sobre todo después del traspié ante Bolivia. Por ahora, la Roja se mediría ante Brasil (2) y Colombia (10), primero en Santiago y luego en Barranquilla. Sin embargo, la Conmebol está dispuesta a sumar un tercer partido para recuperar las jornadas suspendidas, previa autorización de la FIFA.

Éste sería el 6, ante Ecuador

Lasarte no quiere arriesgar a Sánchez en el certamen continental, porque prefiere tenerlo en plenitud de condiciones para chocar ante los pentacampeones del mundo y rescatar puntos en la altura de Quito (2.800 metros sobre el nivel del mar), y en el calor y la humedad de la zona costera de Colombia.

El jugador, en todo caso, será el dueño de la última palabra. Quienes conocen a Sánchez aseguran que ver los partidos de Chile a la distancia es “terrible” para él. Agregan que daría todo por estar junto a sus compañeros. Pero su lado más sereno, y su círculo íntimo, logran aterrizarlo: el Mundial de Qatar puede ser el último de su carrera.

Y hacia allá prefiere apuntar todas sus municiones.