Hasta el viernes se queda la mayor parte de la selección femenina de fútbol en Antalya, a la espera del retorno a suelo nacional. Mientras quienes militan en Europa ya volvieron a sus clubes, el resto sigue soportando el frío del balneario turco mientras se apagan los festejos por la inédita clasificación a los Juegos Olímpicos.

Con la garganta dañada por las bajas temperaturas y por los gritos que repartió en la cancha, Karen Araya, una de las figuras del equipo nacional como barómetro en el mediocampo, sigue reviviendo una y otra vez las imágenes de la histórica serie ante Camerún.

“Nunca había sentido tanta alegría después de finalizar un partido. Fueron muchas emociones juntas, muchos recuerdos, me puse a pensar en mi familia y en todas las cosas que son importantes para un deportista. Sentí que por fin habíamos logrado el objetivo que nos habíamos propuesto y que se venían cosas muy importantes para la selección”, cuenta la volante de Santiago Morning.

“Todavía no logro comprender lo que hicimos, pero tengo clarísimo que sí es el hito más importante del fútbol femenino en Chile. Clasificamos a un Mundial, ahora estaremos en los Juegos, es algo que no voy a asimilar hasta que pase. Nos lo merecíamos”.

“Necesitamos mantener el apoyo que hemos tenido ahora en la selección, pero también necesitamos a los clubes y sobre todo más gente que quiera aportar en el fútbol femenino. Requerimos profesionales adecuados, futbolistas que quieran seguir adelante y también el apoyo de todos los clubes, que son muy importantes en esto. Además, necesitamos más jugadoras jóvenes, que esté trabajando una sub 17, una sub 20… No solo que trabaje bien la selección, sino que todos los clubes también lo hagan. Es la única manera”.

“Noooo, cuando empecé a jugar fútbol era pasar más tiempo con mis hermanos y primos, siempre fue una entretención y nunca pensé que iba a llegar hasta aquí. Cuando ya empecé a jugar profesionalmente, entre comillas, porque en ese tiempo no era profesional de verdad, jamás pensé que iban a pasar todas estas cosas que estoy viviendo. Me da gusto recordar todos esos momentos, cada club en el que estuve, hasta mi paso por el equipo de barrio hicieron que sea la deportista que soy hoy”.

“No hay secretos. Solo trabajo, esfuerzo, dedicación y pasión. Cuando todo el mundo creía que esto no iba a darnos nada, seguíamos perseverando, luchando. Fueron muchos sacrificios, perderse comidas familiares, no estar en los cumpleaños de tus amigos, no salir de ‘carrete’, privarte de tantas cosas, la alimentación… un millón de cosas que hacen que seamos las deportistas que hoy somos”.

“Ha cambiado un montón. Antes ni siquiera teníamos balones para todas, hoy sobran… El apoyo ha sido fundamental, tener una cancha donde poder entrenar, contar con profesionales para poder trabajar bien, un PF, un preparador de arqueros, un ‘kine’, un médico, contar con ropa de entrenamiento y no ir con lo que uno tenga en la casa. Eso ha sido fundamental, además de que algunas jugadoras ya reciban un sueldo, es lo que necesitamos que siga pasando”.

“Yo creo que sí, sobre todo en el extranjero. Cuando te vas fuera del país, te tienen que dar un lugar para quedarte y al final vives del fútbol y tienes un buen sueldo. En Chile tenemos que aspirar a eso, que todas las jugadoras estén contratadas, que tengan buenas remuneraciones, porque entregan todo por esa disciplina”.