Las horas no mitigaron la rabia de los azules por el "despojo" que, dicen, sufrieron en La Serena a manos del árbitro Ángelo Hermosilla, quien en el epílogo de la brega anuló un gol a Mario Sandoval que inicialmente había validado, lo que impidió que los universitarios rompieran el 0-0 y conquistaran su primera victoria de la temporada.

Los dirigentes azules hicieron carne su desazón presentando un reclamo formal en contra del cuestionado juez: "Como club estamos muy molestos con el arbitraje de Hermosilla: Fue desprolijo, anuló mal un gol legítimo y terminó afectando el resultado. Es muy grave lo que pasó. Queremos manifestar nuestra molestia y extrañeza por lo señalado por la comisión arbitral por justificar la anulación de la jugada (el gol) sin siquiera exponer que el juez había dado la orden de jugar. Le pedimos a la ANFP una investigación más profunda que la explicación entregada por esa comisión", dijo Rodrigo Goldberg, director deportivo del club universitario.

El triunfo, entienden en el club, hubiese servido también para mitigar las críticas en contra de su entrenador: Rafael Dudamel, quien sigue en el ojo del huracán por el nivel de juego que enseña el equipo y ahora también por la reunión que celebró el miércoles pasado en su hogar, en compañía de algunos miembros de su cuerpo técnico y otros cuatro jugadores del plantel estando la Región Metropolitana en plena cuarentena.

La Seremi de Salud de la RM ya había instruido un sumario sanitario en contra de Rafael Dudamel, lo que provocó que el viernes pasado le tomaran una declaración sobre lo ocurrido en su viviendael. Entonces, el estratega azul entregó los nombres de los futbolistas que asistieron al cónclave que él había convocado. Y en la tarde de este lunes (15:30 horas), la Seremi llegó al Centro Deportivo Azul (CDA) poco antes del inicio del entrenamiento para notificar de la apertura de un sumario sanitario en contra de Joaquín Larrivey, Luis Casanova, Marcelo Morales y... Ramón Arias.

Sin embargo, Arias se sorprendió pues aseguró que no había participado en la reunión de marras y no escondió su molestia "por la confusión del técnico", como les dijo a los presentes. La protesta del uruguayo llevó a que los funcionarios del servicio de salud requirieran nuevamente el testimonio de Dudamel, quien corrigió su equivocación informando que no fue el charrúa quien estuvo presente en su casa, sino que el mediocampista argentino Marcelo Cañete, quien también fue rápidamente sumariado.

“Nunca estuvimos los cuatro jugadores juntos, ni tampoco coincidimos dos o tres al interior del hogar del técnico. Entraba uno para recibir instrucciones cuando el compañero que estaba adentro había salido. No pensamos que era tan grave”, asegura uno de los futbolistas afectados.

El nuevo flanco que abrió Dudamel con su criticado e inoportuno cónclave, es seguido a distancia por los próximos controladores del club, según informan en Azul Azul. Sin embargo, aclaran que el entrenador depende exclusivamente de los resultados y que la transición que vive la compañía por el cambio de la propiedad “asegura” su permanencia por lo menos hasta que asuman los próximos controladores.

“Los nuevos propietarios de la U están en contacto con dirigentes específicos del club y a ellos les manifestaron que si bien pueden tener una preocupación normal por el nivel de juego que muestra el equipo, no contemplan un cambio anticipado de técnico. Cualquier decisión vendrá luego de que asuman en propiedad”, afirman en el CDA.